¿A qué se debe que tengamos malos hábitos como población?, ¿qué pasó para que ese tipo de alimentos terminara en nuestros platos y nosotros con esas elecciones? Un doctora zacatecana investigó cuáles son las causas de raíz que provocaron la epidemia de obesidad infantil en México en qué medida el estado y la industria alimentaria han sido cómplices.
Por Érika Rodríguez
Zacatecas, Zacatecas. 29 de abril (SinEmbargo/AgenciaConacyt).– Con base en revisiones estadísticas y una investigación documental que comprende un periodo de quince años (de 2000 a 2015), la doctora en estudios del desarrollo Cristina Almeida Perales determinó los factores sociales involucrados en el sobrepeso y obesidad escolar de la zona metropolitana Zacatecas-Guadalupe. Esta tesis de investigación doctoral la hizo acreedora a una mención honorífica por parte de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
El doctor Rodolfo García Zamora, miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y asesor de este proyecto en la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo (UAED-UAZ), indicó en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt que el estudio referido rápidamente llamó la atención de la sociedad zacatecana debido a la posición que ocupa México a nivel internacional en el tema de desnutrición aparejada con la obesidad infantil.
“A nivel mundial, en este momento México ocupa el poco honroso primer lugar en obesidad infantil. La relevancia de esta investigación consistió en abordar un panorama mundial sobre obesidad y sobrepeso, analizar qué es lo que está pasando con México y conocer cómo se expresa este hecho en esta zona metropolitana, con un trabajo de campo basado en cientos de entrevistas a niños, maestros y padres de familia de las escuelas primarias”.
Ante esto, informó que la doctora Cristina Almeida determinó en su investigación cuáles son causas estructurales, económicas, sociales, familiares y personales que podían explicar este fenómeno pernicioso de desnutrición y obesidad en la población infantil en escuelas primarias públicas y privadas de los municipios de Zacatecas y Guadalupe.
“Es importante señalar que para este proyecto, la doctora Cristina contó con el respaldo de una experta en cuestiones alimentarias, la doctora Michelle Chauvet Sánchez, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Azcapotzalco, así como del doctor Felipe Torres Torres, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, que fortalecieron al doctor Roberto Soto y su servidor como los asesores de esta investigación”.
Manifestó que los principales hallazgos y aportes de este proyecto de investigación ya han sido presentados y publicados en dos eventos internacionales de alimentación y nutrición. El primero en el XV Congreso Internacional del Observatorio de la Alimentación y Fundación Alicia, en Barcelona, España, en junio de 2015; el segundo, en el IV Foro Bienal Iberoamericano de Estudios del Desarrollo, del 16 al 18 de mayo en Quilmes, Argentina.
MÁS ALLÁ DE LAS CAUSAS INMEDIATAS
La doctora Cristina Almeida Perales, quien se desempeña desde hace 12 años como docente investigadora en estadística dentro del área de Ciencias de la Salud de la UAZ, expuso que entre la experiencia con sus alumnos era muy repetitivo el tema de sobrepeso y obesidad, cuyos resultados eran enfocados en las causas inmediatas, hecho congruente con el perfil, estilos de vida, dieta y actividades físicas del paciente.
“En estos trabajos se obtenían las causas inmediatas que intervienen en el sobrepeso y obesidad de las personas; pero luego empezó nuestra inquietud y quisimos darle un nuevo enfoque para conocer más allá de ellas, ¿a qué se debe que tengamos malos hábitos como población?, ¿qué es lo que sucede cuando muchos tenemos la voluntad de cambiar nuestra forma de alimentación pero persisten estas prácticas?, ¿qué pasó para que ese tipo de alimentos terminara en nuestros platos y nosotros con esas elecciones?”.
Exteriorizó que desde 2006 este tema en México se convirtió en un foco rojo cuando la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición indicó que 34 por ciento de los niños en edad escolar tenía sobrepeso y obesidad. Esto hizo que activistas y organizaciones sociales se preguntaran qué había hecho el estado para evitar o prevenir el problema y al revisar las políticas públicas no encontraron nada en absoluto.
“Con esto surgió el interés de revisar esa parte y saber en qué medida el Estado y la industria alimentaria habían sido cómplices de esta situación y en el que terminan con un discurso que indica que cada uno de nosotros es responsable de lo que está comiendo y de la condición en la que se encuentra. Entonces nos dicen que es cuestión de elección individual, algo que es válido cuando una persona se desarrolla en un entorno favorable y con información para tomar mejores decisiones. Esto no sucede con la mayor parte de los mexicanos, ya que más de la mitad vive en condiciones de pobreza”, dice.
Almeida Perales aclaró que otros de sus alumnos han documentado que tener un buen ingreso económico no asegurará la buena calidad de alimentación de las personas, pues también tiene que ver su conocimiento en nutrición y en qué medida desean mantener su nivel de salud.
HÁBITOS Y DISTRIBUCIÓN DE ALIMENTOS
Al revisar la literatura, la doctora Cristina Almeida encontró que la malnutrición y la manera en que se reproducen y distribuyen los alimentos a nivel mundial tiene una repercusión directa en México, situación que se desencadenó a partir de la crisis de 1982, cuando México comenzó a adoptar las políticas del modelo neoliberal capitalista y después con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN).
Explica: “Al ser la agricultura una actividad estratégica y México un fuerte productor de granos básicos como maíz y frijol, con estas políticas de ajuste estructural, se impuso una disminución importante de esta producción para impulsar el cultivo de otros alimentos no tradicionales para su importación, pues había que seguir el paradigma de las ventajas comparativas, que sostiene la preferencia de comprar mercancías que resulten más económicas para el país, que el costo de producirlas localmente”.
Esto ocasionó que en los últimos 10 años, el coeficiente de dependencia alimentaria (valor de importación de alimentos sobre el valor de producción alimentaria total) se ha mantenido en una proporción media de 45 por ciento.
“Asimismo, mediante análisis en censos económicos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE), comprobamos que la cantidad de supermercados y tiendas de conveniencia se mantiene a la alza. A pesar de que en México ya teníamos marcas muy bien posicionadas, empezaron a situarse en nuestro país competidores extranjeros que ahora prácticamente lideran las ventas del mercado en detalle en alimentos”.
¿CUÁNTA PROTEÍNA Y GRASA DE CONSUME?
Mediante un estudio documental con estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), la doctora Cristina Almeida hizo un esquema que refleja los niveles de proteínas y grasas del consumo del mexicano entre 1999 y 2011.
“En el consumo de proteínas hubo una disminución de 98 a 85 gramos al día; sin embargo, en donde visualicé cambios notables fue en el consumo de grasas, pues de 75 gramos al día que se detectó en 1990, en 2011 aumentó a 93 gramos. Esto pareciera que se mantiene en un comportamiento lineal positivo, que nos indica que a la próxima consulta podría tener un número más alto”.
SOBREPESO Y OBESIDAD EN ZACATECAS
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), la población del estado de Zacatecas, en 1999, tenía una tasa de sobrepeso y obesidad de 17 por ciento. En 2006, hubo un incremento de más de diez puntos porcentuales, a 29 por ciento. En 2008, fue de 30 y en 2012, de 27 por ciento. Las cifras correspondientes a 2016 ya fueron publicadas por Ensanut a nivel nacional, pero faltan los resultados por estado para conocer la situación de Zacatecas.
“Aunado a esto, ¿qué sucede con el abasto y la distribución de los alimentos en el estado de Zacatecas? En la zona metropolitana hay un crecimiento notable y una saturación de supermercados. En 2010, de 101 tiendas de conveniencia, teníamos 56 en la zona metropolitana. En 2015, de 167 tiendas, 88 se localizaban en esta zona también. El número sigue creciendo y cerca de la mitad sigue distribuida en estas dos ciudades. Esto tiene gran influencia en la alimentación y es ahí cuando notamos que nuestras elecciones de consumo no son tan individuales, pues estamos sometidos una disponibilidad alimentaria perniciosa que se transforma en ambientes obesogénicos convertidos en oportunidades de influencia de una sobrealimentación”, explicó la doctora Cristina Almeida.
A pesar de que las estadísticas de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) han indicado que Zacatecas es de las entidades del país con una mayor producción de frijol, la doctora Cristina Almeida expuso que al revisar la frecuencia de consumo de alimentos en los alumnos de escuelas primarias de Zacatecas y Guadalupe, encontró que uno de cada diez niños no consume frijol o alguna leguminosa de esta familia.
“Además, en función del plato del buen comer, más de 50 por ciento de los niños consume leguminosas por debajo de lo recomendado, al igual que en el caso de frutas y verduras, ¿qué es lo que están consumiendo en su lugar? Azúcares y cereales, principalmente. Luego tenemos los productos de origen animal y lácteos. Esta es una dieta occidentalizada y estadounidense que está adoptando México en sus patrones de consumo”.
La doctora Cristina Almeida expuso que las encuestas no indicaron distinción de sobrepeso y obesidad entre las escuelas públicas y privadas. La diferencia es que en las escuelas privadas tienen un mayor consumo de productos de origen animal y lácteos, mientras que en las escuelas públicas comen mayormente cereales.
Este dato coincidió con un estudio desarrollado en 2015 por el cuerpo académico de Modelación Matemática Multidisciplinaria de la UAZ, liderado por la doctora Leticia Adriana Ramírez Hernández, en donde el equipo detectó que son los mismos factores que se reportan en el modelo general de sobrepeso y obesidad entre escuelas públicas y privadas del estado de Zacatecas; el contraste fue en los casos de desnutrición, con dos por ciento más de presencia en las instituciones públicas.
“Esto me hizo llegar a la conclusión de que no se está atacando el problema desde la raíz, sino superficialmente. Con esto también observamos que el sobrepeso y obesidad están relacionados con el régimen alimentario vigente, que beneficia a las grandes empresas trasnacionales que transcriben la alimentación de la población y también someten a la agricultura. Es lo que sucede en México y lamentablemente no son buenas noticias”, expuso Cristina Almeida.
INTERVENCIONES EDUCATIVAS
La doctora Cristina Almeida hoy en día ha contribuido y planea continuar en la solución de este problema con una serie de intervenciones educativas alimentarias, con la intención de educar en temas de nutrición, hábitos y elecciones de alimentación a la población escolar y padres de familia.
“En un principio, los padres de familia se sorprendieron pero luego se interesaron. Entonces, como resultado hemos tenido respuestas, mucha claridad en el tema, y en lo personal y profesional me sirvió como punto de partida para desarrollar otras investigaciones al respecto. Ojalá podamos implementar estas propuestas en más escuelas del estado y sean consideradas a nivel nacional”, concluyó.
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