Indice Político
Por Francisco Rodríguez
DE PLANO, FELIPE Calderón quiere acabar con la llamada primera industria nacional: la petrolera. Ya desde su breve paso por la Secretaría de Energía el hoy ocupante de Los Pinos hizo todo lo posible por darle en la torre a los entonces inquilinos de la torre de Pemex, pero hoy, dicen, está a punto de darle la estocada final.
Y es que por ahí se ha soltado la versión de que, among all people, ¡Miguel Ángel Yunes Linares! está a punto de relevar en la dirección general de la paraestatal a “La Diva” –DiConstanzo dixit— Juan José Suárez Coppel.
Ahora sí estamos perdidos si es que Calderón decide entregar Pemex a un nato perdedor.
La larga estela de derrotas de Yunes Linares ha sido narrada, en marzo de este año, por Eduardo Coronel Chiu, periodista veracruzano reconocido por su seriedad:
“Uno de los mitos de Miguel Ángel Yunes Linares que se ha tragado el PAN, es que él es una chucha cuerera electoral, cuando sólo ha sido un chaquetero perdedor: perdió en el PRI y sigue perdiendo en el PAN.
“Ahora que se recuerda su chaqueterismo en sus propias palabras, en nota por separado, de cuando juraba amor eterno al PRI y desdeñaba a su actual partido, el PAN, calificado como «la reacción», se actualiza también la coyuntura electoral de Veracruz en 1997, cuando Yunes como presidente del CDE del PRI provocó una debacle en este partido, perdiendo 107 municipios, el peor resultado hasta entonces.
“Tarde se convenció el gobernador Patricio Chirinos de los engaños de Yunes y de su presumido control político, que estaba sustentado en la amenaza, la fuerza y la corrupción, pero no en el reconocimiento o legitimidad.
“La ambición personal de Yunes lo llevó a operar aquellas elecciones municipales como plataforma para ser el sucesor de Patricio Chirinos en el Gobierno del Estado y se topó con pared; el electorado veracruzano le cobró la factura por cinco años de autoritarismo y egolatría.
“El plan con Chirinos era que Yunes operaría las elecciones municipales desde la presidencia del PRI estatal, al ganarlas, seguros se sentían, se convertiría en automático en el candidato del PRI a gobernador; el entonces presidente Zedillo no lo podría objetar.
“Conocida su actuación desde la Secretaría General de Gobierno, de diciembre de 1992 a julio de 1997, donde se aprovechó de las prolongadas ausencias del gobernador Chirinos para ejercer en usurpación como titular del Poder Ejecutivo, se convirtió en un riesgo real que Yunes Linares pudiera ser gobernador.
“La clase política, inclusive de dentro del PRI, el ala de Convergencia auspiciada por Dante Delgado (entonces preso político de Chirinos-Yunes-Zedillo) y los ciudadanos lo rechazaron en los comicios.
“El PRI en las elecciones del 19 de octubre cayó en 107 municipios; de éstos, el PAN ganó 39 y el PRD, que era entonces segunda fuerza, ganó 59 de ellos, hasta el PT alcanzó 6 alcaldías.
“Lo curioso es que el PRI venía de ganar elecciones –las diputaciones federales de 1997–, de 23 ganó en 20. El análisis de la votación por municipios indicaba que el PRI había ganado la votación en 164 municipios. Hasta se lo reconoció Yunes al saliente Presidente del CDE del PRI, Guillermo Zúñiga.
“No pudo negar las cifras y reconoció: «Recibo un partido triunfante, nuestro partido, el pasado 6 de julio obtuvo una de sus victorias más relevantes en Veracruz»; enumeraba, «20 de 23 distritos electorales, 164 municipios, el 60% de las casillas: tenemos 500 mil votos más que el PAN, 400 mil más que el PRD. Mas del 43% de los votos totales, casi un millón de votos».
“La derrota de 107 municipios se relaciona con la caída de la votación priísta, ese fue el saldo de Yunes. El PRI bajó a 891 mil votos, el PRD subió a casi 700 mil y el PAN alcanzó 458 mil votos.
“Llegó muy ufano creyéndose en la antesala de ser gobernador. A la distancia suena chistoso e irónico que sus boletineros le llamaban «el Hércules de la política». Qué Hércules, si acaso herculito.
“Tras la debacle, con la cola entre las piernas, salió por la puerta de atrás de la política de Veracruz. Lo corrió Chirinos, cuando estuvo sobrio.
“Antes y después Yunes Linares ha vivido otras derrotas electorales. Y las que le faltan. En 1988 perdió la elección para diputado federal por el Distrito Federal, a manos de Marcela Lombardo, entonces trascendió que intentó sobornarla para que le cediera la victoria.
“En su retorno a la política de Veracruz tampoco ha dado una (o más bien tiene una chiquita, el municipio de Boca del Río, para su hijo); perdió en la contienda interna para ser candidato del PRI a gobernador en 2004, y entonces jugó las contras con el PAN, apoyó a Buganza, a quien ahora le ha puesto zancadilla, y perdieron. Como operador del PAN no ha ganado, en 2006 Calderón perdió en Veracruz, y de las dos últimas elecciones ni se diga, el PAN fue arrollado por el PRI en 2007, en ayuntamientos y en 28 de 30 distritos, y el año pasado sólo ganaron 4 y perdieron 17 distritos.
“Algo tendrá como engañabobos o corruptor que le siguen el cuento de que es una chucha cuerera electoral. Siempre sale con que a Chuchita la bolsearon.”
Hoy, Yunes tiene engañado a Calderón. Lo peor es que éste lo está enfilando a la dirección general de Pemex, y ahí sí ¡perdemos todos!
Índice Flamígero: Mañana, en Orizaba, la familia Yunes volverá a ser derrotada. El padre quiere imponer al primogénito en la dirigencia veracruzana del PAN. Los blanquiazules de abolengo ya le han cerrado el paso.
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