domingo, 6 de octubre de 2019

Se liquidará en 2070 el Fobaproa; todavía se deben $2 billones

Herencia del PAN y el PRI: senador de Morena
El rescate bancario es un claro ejemplo del saqueo al país de los regímenes neoliberales: Alejandro Armenta
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▲ Protesta de integrantes de la Asamblea Ciudadana de Deudores de la Banca en la puerta principal de Palacio Nacional, el 4 de agosto de 1998.Foto Ernesto Ramírez
 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de octubre de 2019, p. 4
Alejandro Armenta, senador de Morena, advirtió que los partidos de la Revolución Democrática (PRI) y Acción Nacional (PAN) no tienen memoria cuando sostienen que no hay avances económicos en el primer año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, sin asumir que le dejaron un país saqueado, con una enorme deuda externa y la carga del rescate bancario, el llamado Fobaproa, que en 1990 ascendía a 552 mil millones de pesos y ahora llega a cerca de 2 billones de pesos.
Se han pagado 700 mil millones
Desde el rescate se han entregado a los bancos 700 mil millones de pesos, pero se deberá seguir pagando hasta 2070 una deuda que es un claro ejemplo de los desvíos y desfalcos realizados por la complicidad entre el poder político y el económico.
Se trata, insistió, de una herencia del PRI y el PAN, que además de avalar el desaseado rescate bancario permitieron en décadas pasadas el robo de combustible a Pemex (el llamado huachicol), así como la existencia de cerca de 9 mil empresas que facturaron operaciones simuladas, que sólo entre 2014 y 2019 sumaron 1.6 billones de pesos.
Agregó que hay 372 fideicomisos que se han utilizado de manera discrecional, opaca y descontrolada, y acumulan 973 mil millones de pesos, que equivalen a 20 por ciento del presupuesto de este año. Se han convertido, agregó, en un instrumento de robo institucional.
El presidente de la Comisión de Hacienda del Senado sostuvo que el país ha enfrentado un saqueo que se creó desde el poder, durante décadas de corrupción de gobiernos neoliberales, en las cuales unas cuantas empresas acapararon el pequeño crecimiento económico, y la riqueza nacional jamás se distribuyó a los sectores sociales más desprotegidos de la población.
El presidente Andrés Manuel López Obrador recibió el gobierno plagado de instituciones redundantes, duplicidad de funciones y oficinas y partidas presupuestales sin propósitos ni resultados. Armenta resaltó que frente al atraco al presupuesto y lujos escandalosos de los funcionarios, el gobierno federal inició una estrategia de ajuste para acabar con el saqueo de recursos.
Acusó además que en los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón hubo mayor bonanza petrolera, pero fue derrochada por la corrupción y México pasó de ser un país exportador a importador de crudo y combustibles refinados.
Cabe preguntarse, agregó, quiénes se beneficiaron con la privatización de Pemex, quiénes tienen las concesiones y quiénes son los que hacen el negocio con la importación de gasolina. Los que hoy se oponen a la creación de la nueva refinería y la rehabilitación de las seis existentes son los que bloquearon y saquearon el desarrollo de la industria.
Sostuvo que frente a las críticas reiteradas de la oposición –que repitieron el pasado jueves durante la comparecencia en el pleno del Senado del secretario de Hacienda, Arturo Herrera– los senadores de Morena respaldan la gestión del presidente López Obrador porque se está construyendo “un nuevo régimen, con orden, sin excesos burocráticos como en el pasado ni aviadores en el gobierno, sin el huachicoleo en Pemex”.

LA PIEZA QUE FALTA-Hernández

México, entre los 10 mayores deudores del mundo: BM

Saldo histórico: 452 mil 991 millones de dólares en 2018
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Y todo era "de prestado"

 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de octubre de 2019, p. 17
El endeudamiento externo del sector público y las empresas privadas en México llegó en 2018 a un saldo histórico: 452 mil 991 millones de dólares (8.7 billones de pesos), que representan 35.8 por ciento del producto interno bruto (PIB), expuso el Banco Mundial (BM).
En ese año las tensiones políticas vinculadas al comercio con Estados Unidos redujeron los flujos de capital a los mercados financieros, recalca en un informe. México, que está entre los 10 mayores deudores en el mundo, vio un incremento tres veces mayor en el financiamiento a corto plazo.
En el desglose que realiza el BM, 65 por ciento de la deuda externa a largo plazo es del sector público, mientras la de empresas privadas que se financian fuera del país es de 42.2 por ciento, hecho que expone que uno de cada tres pesos de la economía contenida en el PIB está comprometido en el extranjero.
En el reporte International Debt Statistics, el organismo subraya que durante 2018 los sectores público y privado desembolsaron 22 mil 874 millones de pesos por pago de intereses, equivalentes a 5 por ciento del total de la deuda. El monto se redujo respecto de 2017 por efecto de mejores condiciones para lo que hace al pago del sector público.
Durante el año pasado cayeron en 2 mil 598 millones de dólares las entradas financieras a bancos comerciales. Es la reducción más alta de capitales desde 2016, año en que el presidente Donald Trump ganó las elecciones estadunidenses y se decidió la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
El Banco Mundial subraya que en países de ingresos bajos y medianos el año pasado aumentó 5.3 por ciento la deuda externa, que alcanzó 7.8 billones de dólares, mientras el flujo de deuda neta (desembolsos brutos menos pagos del principal) de países que se caracterizan por ser los que prestan cayó un 28 por ciento, hasta llegar a 529 mil millones de dólares.
Aunque, en promedio, la carga de la deuda externa de los países de ingresos bajo y mediano fue moderada, desde 2009 varios han experimentado un deterioro de la trayectoria de la deuda, recalca el informe. Hace 10 años, 68 por ciento de los países mantenían endeudamientos por debajo del 30 por ciento del PIB, ahora están en dicha condición 75 por ciento.
Para crecer con mayor rapidez muchos países en desarrollo necesitan más inversiones que se adapten a sus objetivos de desarrollo, expresó David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial.