GUADALAJARA, Jal. (proceso.com.mx). – Académicos, escritores y politólogos coinciden que con la actual política del presidente, Andrés Manuel López Obrador se conduce al país al autoritarismo, al populismo, a la intolerancia, y al nulo crecimiento económico, todos estos, factores antidemocráticos.
En la mesa de diálogo titulada “La desilusión liberal: comprendiendo el descontento con la democracia” en que participaron, el periodista, Héctor Aguilar Camín; el historiador, Enrique Krauze; la investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Ana Laura Magaloni; la columnista, Valeria Moy; el escritor, Guillermo Sheridan; y el politólogo, José Woldenberg, cada uno explicaron sus preocupaciones y el por qué.
En lo particular, Enrique Krauze consideró que se vive un “momento delicado entre la prensa y el poder”, por lo que hizo un llamado a López Obrador para que en sus conferencias matutinas respete a los medios de comunicación, a quienes ha calificado como el hampa del periodismo. A la vez pidió transparencia de los contratos que se firme con los medios de comunicación.
Recordó que desde 2010, existe una Jurisprudencia en la Suprema Corte de Justicia que menciona “que entre mayor sea la relevancia pública del personaje en cuestión mayor debe ser la tolerancia de ese personaje con la crítica”, la cual se debe de acatar.
“Quisiera hacer un llamado a que esas conferencias mañaneras, tengan un tono y una presencia efectiva de diálogo auténtico y de pluralidad en quienes acuden, tiene que haber una representación plural de la prensa y de la opinión mexicana en esas conferencias”, expresó Krauze.
En tanto, Aguilar Camín dijo que el grado de populismo que se vive en México se puede medir como los grados de alcohol, si es en exceso resulta dañino. Con base en el libro de Jean Werner Muller, ¿qué es el populismo?, definió cuáles son las características del populismo, entre ellas, que el funcionario en el poder, dice representar al verdadero pueblo, y que el resto de las representaciones políticas no lo son, acción en que cae el presidente.
Otra punto es que un populista se apropia de los Poderes Legislativo y Judicial, y de los “poderes de los estados”, situación que ya se presenta con López Obrador, de acuerdo con Aguilar Camín.
Una más de las características del populista es que “desdeña”, “contiene” y “desmonta” a los órganos autónomos. En ese sentido refirió que en México, López Obrador ya ha tenido “desencuentros” y “criticas” hacia la Comisión Nacional de Derechos Humanos y con el Instituto Nacional Electoral.
Además, dijo, un gobierno populista, “genera nuevas clientelas que dependen del gobierno del estado”, en ese sentido con sus programas sociales López Obrador tendrá 23 millones de mexicanos adscritos recibiendo dinero en efectivo.
La última característica es hacer “nuevas constituciones”, que permiten cambiar a las instituciones de forma irreversible. En el caso de México está en marcha ese planteamiento de modificación a la Constitución, lo cual representaría “un proceso de destrucción de la democracia mediante procedimientos democráticos”.
Ana Magaloni habló desde la perspectiva de los jóvenes de un barrio marginado, que “piensan que la ley solo está para fregarlos”, al igual que las instituciones y el gobierno.
Consideró que se requiere acceso a la justicia, puesto que todo proceso judicial es “largo”, “laborioso” y por ello se busca un abogado, sin olvidar que cada poder judicial local es “manejable”, “corrupto”, y “débil”.
Consideró que se requiere acceso a la justicia, puesto que todo proceso judicial es “largo”, “laborioso” y por ello se busca un abogado, sin olvidar que cada poder judicial local es “manejable”, “corrupto”, y “débil”.
“Si no hacemos un país que incorpore a más personas, donde tengamos más espacio para tener libertad y desarrollo personal, va a ser muy difícil, ni López Obrador ni nadie (logrará componer), el país está atorado en la verticalidad, la exclusión, la desigualdad y la falta de prosperar de muchísimos jóvenes”, señaló la investigadora del CIDE.
Por su parte, Valeria Moy criticó que ante los graves problemas del país, se piense en “recetas fáciles”, como serían los programas sociales. “Nos encanta pensar que la desigualdad se acabará con programas sociales (…), me parece que estamos buscando respuesta fáciles a problemas muy complejos”, comentó.
En su intervención, el ensayista y narrador, Guillermo Sheridan mencionó que los ciudadanos han terminado desilusionados de la Independencia, de la Reforma, de la Revolución, y ahora “desde que entró al poder el gobierno del presidente López Obrador, es inevitable sentir una enorme desilusión ante una persona capaz de declarar con toda seriedad que México tiene unos depósitos de grandeza moral que no tienen comparación en el mundo”.
Añadió: “La cabeza de una persona equilibrada no funciona de esa forma (…) Cuidado ante una cosa así, (…) no solamente es un juicio temerario, sino un aviso intimidatorio que un presidente pueda decir con toda seguridad y con aparente aplomo que no es lo mismo la justicia que la ley (…) no se puede suponer que la justicia está por encima de la ley”.
Por su parte, el extitular del IFE, José Woldenberg habló sobre cuáles son sus preocupaciones con la política de López Obrador. Una de ellas es que se pueda perder la democratización, en especial por “el discurso de claros tintes autoritarios del presidente de la República, es decir, que no responde a los argumentos con argumentos, sino con descalificaciones cuando surge un punto de vista distinto, un análisis diferente, incluso los datos distintos, el resorte que se activa es el de la descalificación”.
Otras de sus inquietudes es el desprecio del presidente hacia la sociedad civil, y de su formulación de la justicia por encima de la ley. Subrayó que López Obrador debe respetar la Constitución y cumplir la ley, “porque sino entramos al mundo de la discrecionalidad y del capricho”.
La mesa de diálogo formó parte del Foro Internacional “Desafíos a la libertad en el siglo XXI”, organizado por la Fundación Internacional para la Libertad, que encabeza el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas; y la Universidad de Guadalajara.
El foro continuó con otras dos mesas con los temas, “La crisis del pluralismo político: ¿la libertad acorralada?”, y “Las garantías de la libertad: las instituciones como contrapesos democráticos”.