A
l llegar a su cuarta asamblea nacional, Morena, el nuevo partido político, muestra, una cara vigorosa, plural, rebosante de madura juventud. Es, por cualquiera de los ángulos que se le mire, toda una organización ya consolidada. Su existencia es un mentís rotundo a todos aquellos que le predican a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ser destructor de instituciones. Levantar un cuerpo político a partir de su insólito y consistente caminar por la República, en estos tiempos tan turbulentos, es una hazaña digna de ser reconocida sin tapujos. Es, también, innegable alternativa para llegar al poder y con aliento suficiente para gobernar. Sin duda podrá, tal y como se lo propone, iniciar la dura lucha para la transformación del país. Tiene, Morena, los cuadros dirigentes para dar suficientes garantías al electorado que puede atender y cumplir sus mandatos. Y, sobre todo, la militancia de base dispuesta a funcionar como correa de trasmisión entre las necesidades y aspiraciones del pueblo y…