El gobernador de Chihuhaua, Javier Corral, a su llegada a la conferencia de prensa que ofreció el lunes pasado en Ciudad de México, donde acusó que la Secretaría de Hacienda no entregó recursos al estado en represalia por la investigación que realiza su gobierno al priísta César Duarte Jáquez por corrupciónFoto Jesús Villaseca
Enrique Méndez y Roberto Garduño
Periódico La Jornada
Jueves 11 de enero de 2018, p. 13
Jueves 11 de enero de 2018, p. 13
El enredo financiero-electoral promovido por el gobernador de Chihuahua, el panista Javier Corral Jurado, contra la administración federal y el PRI ocupó a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
El priísmo criticó con dureza al mandatario estatal y lo acusó de “ser un actor; le encanta la telenovela; vean a la familia de Miroslava (Breach Velducea), la periodista –de La Jornada– que asesinaron. Pregunten a su familia qué está pasando allá adentro”.
Los desatinos y verdades a medias entre Corral y su contraparte (el gobierno y su partido, el PRI) derivaron en San Lázaro en una serie de argumentos –en pro y en contra– que impactaron sobre todo contra el gobernador.
Fue el presidente de la Comisión Permenente, Jorge Carlos Ramírez Marín, quien describió con ironía al mandatario estatal:
esperaba una actuación un poco más considerada de Corral hacia los chihuahuenses. Esperaba que diera estas conferencias de prensa para presumir logros, pero no iba a presentarse a decir que el secuestro aumentó 130 por ciento en Chihuahua. ¿Iba a a hacer una rueda de prensa así para invitar a Guadalupe Acosta Naranjo, a Agustín Basave, a Denisse Dresser? Por supuesto que no. Yo esperaba que fuera un buen gobernador mediático, pero es pésimo.
En la tribuna del salón verde en San Lázaro, el senador panista Gabriel Ávila trató de contrarrestar el vendaval priísta contra su correligionario, pero fue una defensa casi insustancial, pues sus argumentos fueron las repetidas consignas contra el tricolor y una suerte de apología mal elaborada del gobernador del PAN.
“En Acción Nacional estamos decididos a terminar con el pacto de impunidad establecido por los gobiernos del PRI. En Chihuahua, Corral descubrió el modus operandi de la corrupción política encabezada por su antecedor, César Duarte. Está luchando contra la corrupción de manera contundente: se han librado 10 órdenes de aprehensión contra el ex gobernador Duarte, hay 23 personas vinculadas a proceso y cinco condenas sancionatorias.”
La respuesta ortodoxa del priísmo no se dejó esperar. David García arreció la critica político-mediática contra el gobernador:
en esta semana hemos visto cómo en Chihuahua, mirándose en su espejo diario que refleja su naturaleza mitómana, Javier Corral miente. La pregunta es: ¿Qué hizo con los recursos extraordinarios? ¿Acaso los utilizó para viajar en avión privado a jugar golf, cuando en su entidad al mismo tiempo la delincuencia asesinaba a 14 personas? ¿Los usa para pagar una oficina de ocho personas, la de Gustavo Madero, quien tiene asignados 80 millones de pesos sin ninguna función ejecutiva o social, pero tal vez electoral?
La maquinaria del PRI dio el último golpe a Corral en el Congreso. Diva Hadamira Gastélum señaló la cortina de humo que está poniendo,
porque Javier Corral es un actor, le encanta la telenovela. Además de mentiroso, es peligroso para Chihuahua. Este señor quiere congraciarse con el PAN y encontró una nueva chamba, ser activista de Anaya, que es más peligroso que López Obrador, tenemos que decirlo.