Luis Linares Zapata
Dos sexenios consecutivos con panistas al mando del Ejecutivo federal son suficientes para extenderles reprobatorio certificado por hipócrita deshonestidad, pésima gestión y entreguista actitud operativa. Su legado es, en verdad, indigno de un partido que declaraba al bien común como su norma y horizonte. Sus varias generaciones de funcionarios y políticos involucrados en tal empresa tendrían que reclamar el insulto que implica la triste actualidad de sus seguidores.
El país ha resentido su conducción en carne viva pero, en especial, la padece por el quiebre ético que proyectan, ya sin recato alguno. Las mayorías del país han salido más que perjudicadas en sus haberes y expectativas de futuro. Poco habría que agregar dada la incapacidad panista para edificar un mundo de oportunidades asequibles, pujante construcción económica, paz con justicia y vida digna para los más.
El dilatado periodo panista frustró el cambio entrevisto y deseado por muchos.
Las mayorías, aho…
Dos sexenios consecutivos con panistas al mando del Ejecutivo federal son suficientes para extenderles reprobatorio certificado por hipócrita deshonestidad, pésima gestión y entreguista actitud operativa. Su legado es, en verdad, indigno de un partido que declaraba al bien común como su norma y horizonte. Sus varias generaciones de funcionarios y políticos involucrados en tal empresa tendrían que reclamar el insulto que implica la triste actualidad de sus seguidores.
El país ha resentido su conducción en carne viva pero, en especial, la padece por el quiebre ético que proyectan, ya sin recato alguno. Las mayorías del país han salido más que perjudicadas en sus haberes y expectativas de futuro. Poco habría que agregar dada la incapacidad panista para edificar un mundo de oportunidades asequibles, pujante construcción económica, paz con justicia y vida digna para los más.
El dilatado periodo panista frustró el cambio entrevisto y deseado por muchos.
Las mayorías, aho…