viernes, 4 de enero de 2019

Funcionarios del GDF con patrimonio inexplicable

Declaraciones patrimoniales
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Héctor Villegas Sandoval : a rendir cuentas 
Marcados contrastes en bienes de funcionarios
 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de enero de 2019, p. 28
Con un ingreso anual en el último ejercicio fiscal de 678 mil pesos reportado en su declaración patrimonial, el titular de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales de la Ciudad de México, Héctor Villegas Sandoval, ha acumulando en ocho años cinco bienes inmuebles con valor total de 15 millones 450 mil pesos, cuatro de ellos pagados al contado.
Con 20 años en el servicio público, el ex coordinador de asesores de la jefatura delegacional de Tlalpan durante la gestión de la hoy jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, Villegas Sandoval reporta sólo ingresos por su labor como funcionario, así como la propiedad de dos departamentos y tres casas que adquirió entre 2010 y 2018, la más reciente el año pasado en Tlalpan, por la que pago al contado 5 millones 800 mil pesos.
Por su parte, la directora del Sistema de Transporte Colectivo Metro, Florencia Serranía Soto, declaró la adquisición en 2018 de una casa a crédito con valor de 31 millones 400 mil pesos, y un ingreso anual de 4 millones 309 mil pesos; un millón por actividades industriales, empresariales o comerciales y el resto en el rubro de otras actividades, que se refiere a ingresos por arrendamientos, regalías, sorteos, concursos y donaciones, entre otros.
En contraste, la titular de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, Myriam Urzúa Venegas, reporta sólo la propiedad de un departamento en Benito Juárez adquirido en 1992, cuyo valor, conforme a escritura pública, es de 500 mil pesos; además de un departamento en Chile; mientras sus ingresos sumaron 404 mil pesos.
En las declaraciones patrimoniales de los principales funcionarios del gobierno local hay algunos que dicen tener bienes inmuebles en otros estados, como el secretario de Desarrollo Económico, José Luis Beato González, quien reporta la propiedad de siete terrenos y tres casas en Izamal, Yucatán, así como ingresos en el último ejercicio fiscal por 2 millones 928 mil pesos por concepto de remuneración en cargos públicos.
Otros declaran incluso propiedades en el extranjero u otras entidades de la República, pero no en la capital del país, como el secretario de Turismo, Carlos Mackinlay Grohmann, quien declara como único bien inmueble un departamento, en copropiedad, en Buenos Aires, Argentina, producto de una herencia; así como el titular de la Agencia Digital de Innovación Pública, José Merino Peña, quien reporta dos terrenos en los municipios de Tulancingo y Tenango de Doria, Hidalgo.
La funcionaria que menos ingresos reporta es la titular de la Secretaría de Inclusión y Bienestar (antes Desarrollo Social), Almudena Ocejo Rojo, con 27 mil 807 pesos por concepto de servicios profesionales.

Estuvo en nómina de ‘El Mayo’ jefe de seguridad de Fox

Viernes 4 de enero de 2019, Nueva York. Un general que fue oficial mayor de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) en 2007 y un coronel encargado de la seguridad personal del presidente de México en 2001 fueron identificados como colaboradores pagados de Ismael El MayoZambada, capo del cártel de Sinaloa, por su hijo Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, al testificar contra su compadre Joaquín El Chapo Guzmán Loera en un tribunal federal en Brooklyn.
Zambada Niebla, testigo cooperante con la fiscalía en el juicio contra El Chapo Guzmán, reveló que en 2007 un general que identificó sólo por su apellido (Antimo) solicitó una cita y se reunió con su padre en Culiacán, Sinaloa. En ese encuentro, donde El Vicentillo se hallaba presente, el general explicó que “estaba buscando a mi papá porque había rumores en la Secretaria de la Defensa” de que varios capos estaban buscando dividir a los generales, ofreciendo pagar por el arresto de “mi padre y de mi compa El Chapo”.
Dijo que, entre otros, los Carrillo Fuentes, los Beltrán Leyva y el cártel de Los Zetas estaban en ese juego. Sin embargo, “algunos generales pensaban que era mejor” estar del lado de su padre, y estaban preocupados por las guerras impulsadas por esos grupos delictivos en todo el país.
La reunión, indicó, duró unas cinco horas y al final “mi padre agradeció” la visita, quedaron en que el general los mantendría informados acerca de esos intentos en contra de ellos, como también de operativos del gobierno, y le entregó 50 mil dólares al militar, con el acuerdo de que esa cifra sería entregada cada mes.
El general Humberto Eduardo Antimo Miranda fue oficial mayor de la Sedena en esas fechas hasta el 31 de marzo de 2008, cuando fue retirado de ese cargo.
El Vicentillo también habló sobre un “coronel Adams”, a quien identificó como “contacto directo de mi padre”, quien era “encargado de la seguridad del presidente Fox” en 2001. Agregó que tuvo reuniones con su padre, donde le pasaba información. Indicó que cuando escapó El Chapo de la cárcel, él ayudó a informarle cómo evadir a los que lo estaban persiguiendo. Una de las reuniones con el coronel Adams fue en el restaurante El Lago, en Chapultepec. Su apodo era El Chicle (por la marca de chicles Adams).
Un coronel Marco Antonio de León Adams fue jefe de la guardia personal del Estado Mayor Presidencial en esas fechas.
Con esta novedad se realizó la audiencia 22 y la séptima semana del juicio contra El Chapo Guzmán, el cual se reanudó ayer después de un receso navideño con este testigo “estrella” de la fiscalía.
El Vicentillo, guiado por el interrogatorio de la fiscalía, se dedicó durante horas a trazar el universo del cártel de Sinaloa en el cual fue criado hasta su arresto (si no es que se entregó después de una negociación con la agencia antidrogas estadunidense, DEA por sus siglas en inglés) en 2009 en Ciudad de México. Poco después fue trasladado a Estados Unidos, donde a cambio de buscar la reducción de una condena por narcotrafico, además del traslado de su familia inmediata a Estados Unidos, firmó un convenio de cooperación con la fiscalía. Informó que como parte de su acuerdo, entregará casi 1.4 mil millones de dólares de su fortuna a Estados Unidos.
El testigo abundó sobre la extensa corrupción que es parte integral de la operación de los cárteles, señalando que comandantes y otros oficiales de las policías Federal, judicial, estatal y municipal en Sinaloa estaban en la nómina de su padre y de El Chapo a cambio de “protección”.
Calculó que a escala estatal se pagaba más de un millón de dólares mensuales –más bonos– a estos oficiales. Indicó que también se hacía lo mismo con otros integrantes de la organización de su padre en otros estados, desde Oaxaca y Chiapas, hasta Ciudad de Mexico y zonas fronterizas como Ciudad Juárez y Mexicali.
Explicó que él aprendió varios aspectos del negocio acompañando a su padre, a quien identificó como “el líder del cártel de Sinaloa”, llegando a ser un jefe más del cártel pero también el “hijo del líder”.
Resumió el propósito del cártel: “la meta, como todo negocio, es ganar dinero, mucho dinero… con el dinero se gana poder”. Pero alertó que con “envidias” a ese poder, se generan problemas, y por ello se requiere de protección, incluyendo la que se compra con la corrupción.
Pero la razón de su presencia en este tribunal era vincular a El Chapo a la narrativa de la fiscalía, en el sentido de que Guzmán era socio de su padre y otro líder del cártel. Cuando le preguntaron cuándo lo conoció por primera vez, respondió: “vi a mi compadre a finales de los años 80 en casa de mis papás”. Informó que Guzmán Loera es padrino de su hijo menor. A lo largo del día, lo identificó como protagonista principal en el desarrollo y negocio del cártel, de las guerras contra otros capos y la cercanía con su padre.
El Vicentillo se encontró por primera vez en por lo menos una década a unos metros de la mesa donde estaba sentado el hombre al que repetidamente llamó, con cierto cariño, “mi compa” o “mi compadre”. Al inicio intentó saludarlo con una sonrisa, pero El Chapo, vestido con un traje azul marino, no respondió y evitó intercambiar miradas con Zambada Niebla el resto del día.
Aunque implicó al jefe de protección del presidente Vicente Fox, ofreció evidencia para exonerarlo de la fuga de El Chapo de la prisión de Puente Grande, al subrayar: “no es cierto” que Fox y algunos de los integrantes de su gobierno hubieran sido sobornados, ya que ese escape fue realizado por otros.
También ofreció una versión, anteriormente comentada por otro testigo en este juicio, sobre una propuesta fracasada para usar barcos de Petróleos Mexicanos (Pemex)para trasladar droga.
Comentó que “un representante de políticos” y de Pemex, no identificado, se reunió con su padre y El Chapo para proponer el uso de una nave de la paraestatal para trasladar unas 100 toneladas de cocaína, y dado que el buque era de esa empresa, suponían que tal iniciativa sería “exitosa”. Sin embargo, dijo que no sabía qué sucedió, ya que fue arrestado poco después de estas pláticas.
Con El Vicentillo, la fiscalía continúa hilando la narrativa sobre el cártel y el papel de El Chapo que está presentando ante el jurado de este caso, incluyendo las alianzas y las guerras dentro de ese universo del narco. Estará de regreso en el banquillo de los testigos este viernes.

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