Morena Sinaloa
Juan José Suárez Coppel, director de Pemex de 2009 a 2012. Antes fue coordinador de asesores del secretario de Hacienda, tesorero corporativo de Televisa, funcionario de Banamex para derivados y vicepresidente del Grupo Modelo.
Suárez Coppel no esperó ni un año de finalizar su gestión para ser reclutado por la empresa del sector energético Jacobs Engineering Group, a la que él mismo había otorgado un contrato. Esta empresa que tiene sede en Houston, Texas, obtuvo contratos con Pemex para construir 18 plataformas en el yacimiento Ku-Maloob-Zaap, por un monto de 2 mil 500 millones de dólares.
Siendo director de Pemex, fue responsable de grandes pérdidas en Pemex por la compra irregular de acciones de la petrolera española Repsol.
En octubre de 2011, sin autorización del consejo de administración de Pemex, Suárez Coppel decidió incrementar la tenencia accionaria de la paraestatal en la trasnacional Repsol con el argumento de que era un negocio rentable. La operación significó una pérdida para el erario por 10 mil 125 millones 912 mil pesos.
Respaldado por el presidente Felipe Calderón y la secretaria de Energía, Georgina Kessel, en 2011 Suárez Coppel autorizó la contratación de deuda para que Pemex comprara acciones en Repsol. En enero de 2013, Pemex reportó una pérdida de cerca de 920 millones de dólares, incluyendo los intereses sobre el crédito adquirido para comprar las acciones de Repsol-YPF. Éste es un ejemplo de la mala administración de Pemex y del mal uso los recursos públicos del país.
Como director de Pemex, Suárez Coppel creó una “tesorería paralela”. A partir del 27 de mayo 2010 estableció una compleja ingeniería financiera entre las subsidiarias de la paraestatal, que derivó en la creación de una ‘tesorería centralizada paralela a la de Pemex’, controlada por la subsidiaria PMI Holdings BV, con sede en Ámsterdam, de acuerdo con información de la Auditoría Superior de la Federación.
En los últimos años, Pemex realizó importantes operaciones financieras internacionales a través de la constitución de empresas filiales y figuras de fideicomiso no reguladas por estar radicadas en el extranjero.
Así por ejemplo, el vehículo financiero “Pemex Project Funding Master Trust”, con sede en Delaware, Estados Unidos fue utilizado por la paraestatal para la emisión de los principales montos de deuda contingente asociados con los proyectos Pidiregas (Proyectos de Inversión de Infraestructura Productiva de Largo Plazo).
La deuda contratada por este Fideicomiso se benefició de la garantía irrevocable e incondicional de Pemex y de sus organismos subsidiarios: Pemex Exploración y Producción, Pemex-Refinación, y Pemex-Gas y Petroquímica Básica. Los proyectos Pidiregas fueron financiados fuera del presupuesto y no se sometieron a las reglas presupuestarias establecidas en el Presupuesto de Egresos de la Federación cada año. Estas operaciones son irregulares porque fueron realizadas fuera de la norma y de la ley.
En el caso de la compra de 5% de acciones de Repsol en 2011, la tesorería paralela de Pemex aportó inicialmente los recursos para incrementar las acciones de Pemex hasta casi 10%. Pemex contrató un préstamo otorgado por el banco francés Crédit Agricole. Con esa operación aumentó la deuda de Pemex al tiempo que disminuyó el valor de las acciones por la crisis de la empresa española. Fueron pérdidas por partida doble.
Desde la administración de Calderón, Pemex Exploración y Producción se ha convertido en mera administradora de contratos. En la gestión de Suárez Coppel las empresas trasnacionales como Schlumberger, Halliburton y Weatherford concentraron el mayor número de contratos otorgados por licitaciones internacionales por un monto de más de 200 mil millones de pesos.
La estadounidense Weatherford ganó 25 contratos con valor de 22 mil 978 millones de pesos. Uno solo de los contratos es por más de 646 millones de dólares para perforar y terminar 500 pozos petroleros en Chicontepec.
Consentida del panismo, la francesa de servicios Schlumberger, que encabeza en México el ex director de Pemex, Adrián Lajous, ganó 216 contratos por cerca de 97 mil 736 millones de pesos.
A su vez, a la estadounidense Halliburton, vinculada con el ex vicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney, se entregaron 128 contratos con un valor de 80 mil 485 millones de pesos.
Pese a que los contratos más cuantiosos se concentran para la explotación en Chicontepec, la región apenas contribuye con 2% de la producción total del país. Es decir, es un negocio solo para las petroleras extranjeras y un desfalco para México.
Otra empresa también beneficiada por Suárez Coppel, con 10 contratos, fue Global Drilling Fluids, dirigida por Alfredo Coppel Salcido que, según versiones periodísticas, está vinculada con el exdirector de Pemex.
Suárez Coppel no esperó ni un año de finalizar su gestión para ser reclutado por la empresa del sector energético Jacobs Engineering Group, a la que él mismo había otorgado un contrato. Esta empresa que tiene sede en Houston, Texas, obtuvo contratos con Pemex para construir 18 plataformas en el yacimiento Ku-Maloob-Zaap, por un monto de 2 mil 500 millones de dólares.
Siendo director de Pemex, fue responsable de grandes pérdidas en Pemex por la compra irregular de acciones de la petrolera española Repsol.
En octubre de 2011, sin autorización del consejo de administración de Pemex, Suárez Coppel decidió incrementar la tenencia accionaria de la paraestatal en la trasnacional Repsol con el argumento de que era un negocio rentable. La operación significó una pérdida para el erario por 10 mil 125 millones 912 mil pesos.
Respaldado por el presidente Felipe Calderón y la secretaria de Energía, Georgina Kessel, en 2011 Suárez Coppel autorizó la contratación de deuda para que Pemex comprara acciones en Repsol. En enero de 2013, Pemex reportó una pérdida de cerca de 920 millones de dólares, incluyendo los intereses sobre el crédito adquirido para comprar las acciones de Repsol-YPF. Éste es un ejemplo de la mala administración de Pemex y del mal uso los recursos públicos del país.
Como director de Pemex, Suárez Coppel creó una “tesorería paralela”. A partir del 27 de mayo 2010 estableció una compleja ingeniería financiera entre las subsidiarias de la paraestatal, que derivó en la creación de una ‘tesorería centralizada paralela a la de Pemex’, controlada por la subsidiaria PMI Holdings BV, con sede en Ámsterdam, de acuerdo con información de la Auditoría Superior de la Federación.
En los últimos años, Pemex realizó importantes operaciones financieras internacionales a través de la constitución de empresas filiales y figuras de fideicomiso no reguladas por estar radicadas en el extranjero.
Así por ejemplo, el vehículo financiero “Pemex Project Funding Master Trust”, con sede en Delaware, Estados Unidos fue utilizado por la paraestatal para la emisión de los principales montos de deuda contingente asociados con los proyectos Pidiregas (Proyectos de Inversión de Infraestructura Productiva de Largo Plazo).
La deuda contratada por este Fideicomiso se benefició de la garantía irrevocable e incondicional de Pemex y de sus organismos subsidiarios: Pemex Exploración y Producción, Pemex-Refinación, y Pemex-Gas y Petroquímica Básica. Los proyectos Pidiregas fueron financiados fuera del presupuesto y no se sometieron a las reglas presupuestarias establecidas en el Presupuesto de Egresos de la Federación cada año. Estas operaciones son irregulares porque fueron realizadas fuera de la norma y de la ley.
En el caso de la compra de 5% de acciones de Repsol en 2011, la tesorería paralela de Pemex aportó inicialmente los recursos para incrementar las acciones de Pemex hasta casi 10%. Pemex contrató un préstamo otorgado por el banco francés Crédit Agricole. Con esa operación aumentó la deuda de Pemex al tiempo que disminuyó el valor de las acciones por la crisis de la empresa española. Fueron pérdidas por partida doble.
Desde la administración de Calderón, Pemex Exploración y Producción se ha convertido en mera administradora de contratos. En la gestión de Suárez Coppel las empresas trasnacionales como Schlumberger, Halliburton y Weatherford concentraron el mayor número de contratos otorgados por licitaciones internacionales por un monto de más de 200 mil millones de pesos.
La estadounidense Weatherford ganó 25 contratos con valor de 22 mil 978 millones de pesos. Uno solo de los contratos es por más de 646 millones de dólares para perforar y terminar 500 pozos petroleros en Chicontepec.
Consentida del panismo, la francesa de servicios Schlumberger, que encabeza en México el ex director de Pemex, Adrián Lajous, ganó 216 contratos por cerca de 97 mil 736 millones de pesos.
A su vez, a la estadounidense Halliburton, vinculada con el ex vicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney, se entregaron 128 contratos con un valor de 80 mil 485 millones de pesos.
Pese a que los contratos más cuantiosos se concentran para la explotación en Chicontepec, la región apenas contribuye con 2% de la producción total del país. Es decir, es un negocio solo para las petroleras extranjeras y un desfalco para México.
Otra empresa también beneficiada por Suárez Coppel, con 10 contratos, fue Global Drilling Fluids, dirigida por Alfredo Coppel Salcido que, según versiones periodísticas, está vinculada con el exdirector de Pemex.