El sector salud en general, y más en específico la infraestructura hospitalaria del país, son una calamidad. Hace unos meses estalló el escándalo por la falta de medicinas, y en las últimas semanas el presidente Andrés Manuel López Obrador se quejó del “tiradero” que recibió su gobierno en ese rubro: decenas de hospitales inconclusos, lo mismo en Chiapas que en Oaxaca, Veracruz, Jalisco y Chihuahua. Y aun cuando la Secretaría de Salud federal ya esboza un plan de rescate, será hasta 2020 cuando pueda “concluir y operar” 23 de esos nosocomios, lo que demanda una inversión de 2 mil 335 millones de pesos.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El domingo 7 de julio, cuando visitó una clínica de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, el presidente Andrés Manuel López Obrador se quejó del “tiradero” de hospitales inconclusos que le dejaron los gobiernos federales anteriores.
“Se dedicaron a hacer negocios en las pasadas administraciones, se dedicaban a construir edificios y hospitales que dejaron sin terminar. Hay un tiradero de obras por todo el país” –dijo molesto.
Estas obras, agregó, contribuyen a que sea “letra muerta” el derecho a la salud. “La Constitución establece en el artículo cuarto que el pueblo tiene derecho a la salud y, hasta ahora, ese artículo es letra muerta”, insistió.
Las quejas de López Obrador se sustentan en un estudio que, un mes antes, el 6 de junio, presentó la Secretaría de Salud sobre ese grave problema. Titulado Situación de infraestructura; hospitales y unidades médicas, el reporte arroja las siguientes cifras:
Actualmente hay en el país 306 obras hospitalarias inconclusas, 180 de las cuales están de plano abandonadas, mientras que las restantes 126 aún están en “proceso” de construcción, pero con un gran rezago.
Agrega el estudio:
“Nos dejaron un Sistema de Salud en añicos. El abandono sistémico al artículo 4 de la Constitución provocó continuos desgajamientos, y los escombros fueron a parar a las espaldas de los enfermos más pobres”.