Elementos de la PFP reprimen a estudiantes
* Protestaban contra la visita de Felipe Calderón al Centro Nacional de las Artes
* Demandan falta de apoyo del gobierno a la educación artística
México DF, octubre 2 de 2008 (Christian Rea Tizcareño/NotieSe).- Elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) reprimieron ayer una protesta que encabezaban estudiantes de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda a las afueras del Centro Nacional de las Artes (Cenart), esto en el marco de la visita del titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, y de los príncipes de Asturias, quienes inauguraron por la mañana el primer Congreso de la Cultura Iberoamericana.
Cerca de 20 alumnos se apostaron sobre el camellón de la Avenida Río Churubusco después de las diez de la mañana. Expresaron, a través de mantas, la falta de apoyo del gobierno federal a la educación artística, en contraste con los gastos extraordinarios que se usaron para recibir a Calderón y a sus invitados. "Se emplearon recursos para maquillar las instalaciones y montar una alfombra roja afuera del Teatro de las Artes, cuando habitualmente no hay ni papel higiénico en los baños", dijeron los estudiantes.
Las mantas que colocaron tenían impresa la imagen del mandatario mexicano y decían: "Bienvenido a privatizArte", "Calderón, no te queremos" y "Felipillo, privatízate el fundillo", las cuales fueron rotas y tiradas a la basura por una treintena de uniformados de la PFP, al tiempo que desalojaban a los manifestantes con gritos y empujones.
En un comunicado, los estudiantes criticaron la falta de apoyo al sector cultural y artístico de México, la negativas de la Secretaría de Educación Pública a otorgarles becas, la censura ejercida a su trabajo, así como el cierre temporal de las instalaciones bajo el pretexto de "no entorpecer las actividades" y permitir que el Estado Mayor Presidencial pudiera resguardar la seguridad de los visitantes, no obstante que sí tenían clases otras escuelas del Cenart.
"A cuarenta años de la matanza estudiantil en Tlatelolco, la represión continúa... Nos manifestamos pacíficamente, sin alterar el orden del evento y la vialidad. Fuimos llevados hasta la avenida Tlalpan. Mermaron nuestro derecho al libre tránsito y a la libertad de expresión", denunciaron.
sábado, 4 de octubre de 2008
Ahora resulta que la protesta y la inconformidad social es sólo "un espectáculo".
Gritarme espurio, un espectáculo: Calderón
Muchos de quienes recriminan al gobierno fueron del régimen autoritario del 68, dice.
México.- Andrés Leonardo Gómez fue el primero en ser felicitado por el presidente Felipe Calderón por su desempeño académico que lo hizo merecedor del Premio Nacional de la Juventud. Apenas unos minutos después, desde su lugar en el presídium, le gritó “¡espurio!”.
El Presidente, que consideró esa expresión “un espectáculo”, hablaba del derecho inalienable de los ciudadanos a decidir su destino y elegir a sus gobernantes y se dirigía a la oaxaqueña Eufrosina Cruz, quien ganó un cargo de elección popular que no pudo asumir porque se lo impidieron por ser mujer.
“Que quien se niega a reconocer tus derechos y el de tu gente y el de las mujeres en tu comunidad no puede permanecer impune. Por eso, cuenta con nuestro apoyo, por la dignidad humana, por la de las mujeres indígenas y la democracia”.
Andrés Leonardo ya había hecho patente su opinión al Presidente. Cuando el mandatario se acercó a saludar a cada uno de los 17 ganadores del Premio Nacional de la Juventud, le dijo:
—Yo no te puedo dar la mano.
—Está bien muchacho —le contestó el Presidente dándole unas palmadas.
Después del grito de “espurio”, el presidente Felipe Calderón intentó continuar con su discurso. “Nuestro país necesita mexicanos como ustedes, que puedan hablar con toda libertad”.
Entonces, desde la parte trasera del extremo izquierdo del Patio Principal del Palacio Nacional, Mario Virgilio Santiago Jiménez, de 24 años, gritó: “¿Qué libertad? No hay libertad en este país”. Y de inmediato fue llevado por elementos del Estado Mayor Presidencial a un pequeño cuarto del lugar. Después lo alcanzaría Andrés Leonardo.
El Presidente continuaba su intervención, que duró más de 20 minutos, en la que se refirió a la masacre de Tlatelolco de 1968 donde “por cierto, muchos de quienes ahora no reconocen o recriminan al gobierno federal participaban en aquel régimen autoritario. Hace 40 años no había libertad; hoy tenemos libertad, hoy tenemos instituciones democráticas, se pueden tener espectáculos como éste”.
El Presidente ensalzó “el ambiente de tolerancia y pluralidad” y que los jóvenes tienen la responsabilidad de preservar y defender las instituciones “aún a pesar de los riesgos de la libertad y de la tolerancia”.
Les pidió rechazar la violencia “de obra o de palabra” y avanzar en la transformación por las vías institucionales. “Que hoy que se premia a los jóvenes más destacados del país, independientemente de su credo, origen, profesión o preferencia política.
“Y hago votos porque las próximas generaciones de mexicanos, incluyendo ésta que hoy se galardona, sepan tener una visión mucho más amplia, una visión con mucho menos prejuicios, una visión de mucho más largo alcance, una visión mucho más audaz, mucho más plural, mucho más democrática y mucho más pacífica de la visión que ha caracterizado a otras generaciones que les han precedido”.
Claves
Otros reclamos
• El 4 de abril de 2000, durante una gira por Comitán, Chiapas, la preparatoriana Tania Ocampo encaró a Ernesto Zedillo con un pequeño cartel donde escribió “¡Cumplan los acuerdos de San Andrés”. El mandatario le respondió: “los acuerdos yo los cumplo, los que no cumplen son otros”. Y pidió a los asistentes no molestar a la joven.
• El 5 de junio de 2002 Martha Sahagún premió a los ganadores del concurso del cartel Los derechos de las niñas y los niños. En el acto, Luis Enrique Flores, de 23 años, rompió ante ella su diploma. “Si ellos van a hacer lo que quieran con mi cartel, yo puedo hacer lo que quiera con el papel que me dieron”, justificó.
• El 27 de abril de 2005, Raúl Alberto Sánchez, estudiante de derecho, increpó a Vicente Fox cuando concluía una visita a Cuilapam, Oaxaca. Se abrió paso entre la multitud para mostrarle al mandatario un cartel con la leyenda “Fox traidor de la democracia”. “¿Por qué crees que soy traidor?”, le preguntó el presidente. “Por el asunto del desafuero”, le contestó el joven en referencia al conocido caso de López Obrador.
Muchos de quienes recriminan al gobierno fueron del régimen autoritario del 68, dice.
México.- Andrés Leonardo Gómez fue el primero en ser felicitado por el presidente Felipe Calderón por su desempeño académico que lo hizo merecedor del Premio Nacional de la Juventud. Apenas unos minutos después, desde su lugar en el presídium, le gritó “¡espurio!”.
El Presidente, que consideró esa expresión “un espectáculo”, hablaba del derecho inalienable de los ciudadanos a decidir su destino y elegir a sus gobernantes y se dirigía a la oaxaqueña Eufrosina Cruz, quien ganó un cargo de elección popular que no pudo asumir porque se lo impidieron por ser mujer.
“Que quien se niega a reconocer tus derechos y el de tu gente y el de las mujeres en tu comunidad no puede permanecer impune. Por eso, cuenta con nuestro apoyo, por la dignidad humana, por la de las mujeres indígenas y la democracia”.
Andrés Leonardo ya había hecho patente su opinión al Presidente. Cuando el mandatario se acercó a saludar a cada uno de los 17 ganadores del Premio Nacional de la Juventud, le dijo:
—Yo no te puedo dar la mano.
—Está bien muchacho —le contestó el Presidente dándole unas palmadas.
Después del grito de “espurio”, el presidente Felipe Calderón intentó continuar con su discurso. “Nuestro país necesita mexicanos como ustedes, que puedan hablar con toda libertad”.
Entonces, desde la parte trasera del extremo izquierdo del Patio Principal del Palacio Nacional, Mario Virgilio Santiago Jiménez, de 24 años, gritó: “¿Qué libertad? No hay libertad en este país”. Y de inmediato fue llevado por elementos del Estado Mayor Presidencial a un pequeño cuarto del lugar. Después lo alcanzaría Andrés Leonardo.
El Presidente continuaba su intervención, que duró más de 20 minutos, en la que se refirió a la masacre de Tlatelolco de 1968 donde “por cierto, muchos de quienes ahora no reconocen o recriminan al gobierno federal participaban en aquel régimen autoritario. Hace 40 años no había libertad; hoy tenemos libertad, hoy tenemos instituciones democráticas, se pueden tener espectáculos como éste”.
El Presidente ensalzó “el ambiente de tolerancia y pluralidad” y que los jóvenes tienen la responsabilidad de preservar y defender las instituciones “aún a pesar de los riesgos de la libertad y de la tolerancia”.
Les pidió rechazar la violencia “de obra o de palabra” y avanzar en la transformación por las vías institucionales. “Que hoy que se premia a los jóvenes más destacados del país, independientemente de su credo, origen, profesión o preferencia política.
“Y hago votos porque las próximas generaciones de mexicanos, incluyendo ésta que hoy se galardona, sepan tener una visión mucho más amplia, una visión con mucho menos prejuicios, una visión de mucho más largo alcance, una visión mucho más audaz, mucho más plural, mucho más democrática y mucho más pacífica de la visión que ha caracterizado a otras generaciones que les han precedido”.
Claves
Otros reclamos
• El 4 de abril de 2000, durante una gira por Comitán, Chiapas, la preparatoriana Tania Ocampo encaró a Ernesto Zedillo con un pequeño cartel donde escribió “¡Cumplan los acuerdos de San Andrés”. El mandatario le respondió: “los acuerdos yo los cumplo, los que no cumplen son otros”. Y pidió a los asistentes no molestar a la joven.
• El 5 de junio de 2002 Martha Sahagún premió a los ganadores del concurso del cartel Los derechos de las niñas y los niños. En el acto, Luis Enrique Flores, de 23 años, rompió ante ella su diploma. “Si ellos van a hacer lo que quieran con mi cartel, yo puedo hacer lo que quiera con el papel que me dieron”, justificó.
• El 27 de abril de 2005, Raúl Alberto Sánchez, estudiante de derecho, increpó a Vicente Fox cuando concluía una visita a Cuilapam, Oaxaca. Se abrió paso entre la multitud para mostrarle al mandatario un cartel con la leyenda “Fox traidor de la democracia”. “¿Por qué crees que soy traidor?”, le preguntó el presidente. “Por el asunto del desafuero”, le contestó el joven en referencia al conocido caso de López Obrador.
La detención de jóvenes, muestra temor del Ejecutivo
La detención de los dos jóvenes que increparon a Felipe Calderón Hinojosa en Palacio Nacional representa “el rechazo y la animadversión que el Presidente de la República provoca aún en amplios sectores de la sociedad; y es muestra del grado de intolerancia y temor del Ejecutivo federal hacia sus opositores”, señalaron diputados de PRD y PT.
Humberto Zazueta y Silvano Garay coincidieron en que el suceso del día de ayer, durante la ceremonia de entrega del Premio Nacional de la Juventud, se “repetirá y seguirá a Felipe Calderón durante el resto de su mandato”.
Para Zazueta, la actitud de los integrantes del Estado Mayor Presidencial, “que además reciben su instrucción y su haber con recursos públicos, es decir, aportados por la misma sociedad, es relevante porque criminaliza la oposición y la discrepancia; manifiesta, además, el temor que al sistema le provoca el malestar de los ciudadanos.
“A pesar de no habérseles sometido a un proceso legal, por la buena voluntad de la Presidencia de la República, los jóvenes inconformes ya fueron tachados como rebeldes por la mayoría de los medios de comunicación que los tomarán como carne de cañón para defender a quien es indefendible, me refiero a Felipe Calderón”.
El legislador perredista señaló que si “el Presidente hubiese tenido visión de Estado, es decir, de conocer lo más intrínseco del poder, hubiese impedido que los agentes que le vigilan las espaldas se lo hubiesen llevado, en lo que constituye un hecho vergonzoso para quien ocupa Los Pinos”.
Con preocupación, Silvano Garay, del Partido del Trabajo, recordó que en los hechos y en el discurso se manifiesta “el endurecimiento del régimen panista. Al rechazo y la animadversión que concita, en una gran porción de la sociedad, Felipe Calderón ha respondido con una campaña mediática para inculcar el temor y el miedo, acompañada de mensajes subliminales para que se aliente la intolerancia contra aquellos que no comparten en nada la visión de la vida que defiende el encargado en turno de Los Pinos”.
Humberto Zazueta y Silvano Garay coincidieron en que el suceso del día de ayer, durante la ceremonia de entrega del Premio Nacional de la Juventud, se “repetirá y seguirá a Felipe Calderón durante el resto de su mandato”.
Para Zazueta, la actitud de los integrantes del Estado Mayor Presidencial, “que además reciben su instrucción y su haber con recursos públicos, es decir, aportados por la misma sociedad, es relevante porque criminaliza la oposición y la discrepancia; manifiesta, además, el temor que al sistema le provoca el malestar de los ciudadanos.
“A pesar de no habérseles sometido a un proceso legal, por la buena voluntad de la Presidencia de la República, los jóvenes inconformes ya fueron tachados como rebeldes por la mayoría de los medios de comunicación que los tomarán como carne de cañón para defender a quien es indefendible, me refiero a Felipe Calderón”.
El legislador perredista señaló que si “el Presidente hubiese tenido visión de Estado, es decir, de conocer lo más intrínseco del poder, hubiese impedido que los agentes que le vigilan las espaldas se lo hubiesen llevado, en lo que constituye un hecho vergonzoso para quien ocupa Los Pinos”.
Con preocupación, Silvano Garay, del Partido del Trabajo, recordó que en los hechos y en el discurso se manifiesta “el endurecimiento del régimen panista. Al rechazo y la animadversión que concita, en una gran porción de la sociedad, Felipe Calderón ha respondido con una campaña mediática para inculcar el temor y el miedo, acompañada de mensajes subliminales para que se aliente la intolerancia contra aquellos que no comparten en nada la visión de la vida que defiende el encargado en turno de Los Pinos”.
Editorial de la Jornada : 4 de Octubre del 2008
Protestas de jóvenes, división del país
Ayer, en el contexto de la entrega del Premio Nacional de la Juventud 2008, los jóvenes Andrés Leonardo Gómez Emilsson y Marco Virgilio Santiago Jiménez, de 18 y 24 años, respectivamente, fueron retenidos durante casi dos horas por elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP). El primero, ganador del referido galardón, llamó “espurio” al titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, mientras éste daba un discurso; poco después, el otro exclamó: “no hay libertad en este país”. Ambos estudiantes permanecieron incomunicados en oficinas de Palacio Nacional, sin que las autoridades dieran información respecto de su estado. Más tarde, por medio de un comunicado, la Presidencia de la República informó que los jóvenes habían sido trasladados al juzgado cívico 33 “por la probable realización de conductas que son sancionadas penal o administrativamente por la legislación vigente”, y declaró que no levantaría cargos contra ninguno.
Ciertamente, no es la primera ocasión en que algún joven estudiante confronta a los estamentos del poder político nacional: entre los antecedentes de este episodio puede mencionarse el reclamo lanzado por Lucía Morett Álvarez –la mexicana herida durante la incursión del ejército colombiano en Ecuador de marzo pasado– al ex presidente Ernesto Zedillo, durante un acto en Texcoco, por las políticas de contrainsurgencia emprendidas durante su administración; deben recordarse también la protesta protagonizada por un estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana, en 2002, quien rompió un reconocimiento en presencia de Marta Sahagún, por el “oportunismo” de la fundación Vamos México; así como la de Carla Solares Romero, estudiante del Tecnológico de Monterrey que en 2005 increpó al presidente Vicente Fox con una cartulina en la que se leía: “se consumó el desafuero, no permitiremos que se consuma la democracia”, en alusión al proceso que enfrentó el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador.
En el caso que se comenta, por añadidura, ha quedado en evidencia una reacción por lo menos excesiva e inadecuada del mando castrense a una protesta a todas luces inofensiva de dos jóvenes estudiantes. Al respecto, no puede pasarse por alto el contexto en que estos reclamos tienen lugar: una fractura política que recorre a la sociedad mexicana y que se originó, cabe recordarlo, a finales del foxismo, cuando la camarilla político-empresarial del país se empeñó en impedir por todos los medios –legales e ilegales– el triunfo de un proyecto alternativo de nación; fue agravada con el desaseo del proceso electoral del año antepasado y con la negativa sistemática del grupo que hoy detenta el poder por llevar a cabo un recuento total de los sufragios, lo que derivó en una presidencia impugnada y deficitaria en legitimidad, y se ha profundizado en los últimos meses a raíz de los intentos del actual gobierno por trasladar los sectores más redituables de Petróleos Mexicanos a manos de empresas privadas nacionales y –sobre todo– extranjeras. En ese sentido, el descontento manifestado ayer por ambos jóvenes es reflejo del sentir de un amplio sector de la sociedad ante la percepción de una democracia endeble y ante los estragos de un proyecto político-económico de corte antipopular, que ha generado profundas desigualdades sociales; obstaculiza el mejoramiento en calidad educativa; reduce dramáticamente las perspectivas de empleo y desarrollo profesional y cancela, por tanto, las perspectivas de movilidad social, y en función del cual se pretende, para colmo de males, privar al país de su riqueza más importante: la industria petrolera nacional.
Dado el clima político presente, no pueden descartarse nuevas protestas de este tipo. Es necesario, por tanto, que el actual gobierno atienda tales reclamos de manera adecuada y oportuna, por más incómodos que estos episodios le resulten, y por más que ello implique reconocer la magnitud de una fractura de carácter nacional que, hasta ahora, se ha empeñado en minimizar.
>
Ayer, en el contexto de la entrega del Premio Nacional de la Juventud 2008, los jóvenes Andrés Leonardo Gómez Emilsson y Marco Virgilio Santiago Jiménez, de 18 y 24 años, respectivamente, fueron retenidos durante casi dos horas por elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP). El primero, ganador del referido galardón, llamó “espurio” al titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, mientras éste daba un discurso; poco después, el otro exclamó: “no hay libertad en este país”. Ambos estudiantes permanecieron incomunicados en oficinas de Palacio Nacional, sin que las autoridades dieran información respecto de su estado. Más tarde, por medio de un comunicado, la Presidencia de la República informó que los jóvenes habían sido trasladados al juzgado cívico 33 “por la probable realización de conductas que son sancionadas penal o administrativamente por la legislación vigente”, y declaró que no levantaría cargos contra ninguno.
Ciertamente, no es la primera ocasión en que algún joven estudiante confronta a los estamentos del poder político nacional: entre los antecedentes de este episodio puede mencionarse el reclamo lanzado por Lucía Morett Álvarez –la mexicana herida durante la incursión del ejército colombiano en Ecuador de marzo pasado– al ex presidente Ernesto Zedillo, durante un acto en Texcoco, por las políticas de contrainsurgencia emprendidas durante su administración; deben recordarse también la protesta protagonizada por un estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana, en 2002, quien rompió un reconocimiento en presencia de Marta Sahagún, por el “oportunismo” de la fundación Vamos México; así como la de Carla Solares Romero, estudiante del Tecnológico de Monterrey que en 2005 increpó al presidente Vicente Fox con una cartulina en la que se leía: “se consumó el desafuero, no permitiremos que se consuma la democracia”, en alusión al proceso que enfrentó el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador.
En el caso que se comenta, por añadidura, ha quedado en evidencia una reacción por lo menos excesiva e inadecuada del mando castrense a una protesta a todas luces inofensiva de dos jóvenes estudiantes. Al respecto, no puede pasarse por alto el contexto en que estos reclamos tienen lugar: una fractura política que recorre a la sociedad mexicana y que se originó, cabe recordarlo, a finales del foxismo, cuando la camarilla político-empresarial del país se empeñó en impedir por todos los medios –legales e ilegales– el triunfo de un proyecto alternativo de nación; fue agravada con el desaseo del proceso electoral del año antepasado y con la negativa sistemática del grupo que hoy detenta el poder por llevar a cabo un recuento total de los sufragios, lo que derivó en una presidencia impugnada y deficitaria en legitimidad, y se ha profundizado en los últimos meses a raíz de los intentos del actual gobierno por trasladar los sectores más redituables de Petróleos Mexicanos a manos de empresas privadas nacionales y –sobre todo– extranjeras. En ese sentido, el descontento manifestado ayer por ambos jóvenes es reflejo del sentir de un amplio sector de la sociedad ante la percepción de una democracia endeble y ante los estragos de un proyecto político-económico de corte antipopular, que ha generado profundas desigualdades sociales; obstaculiza el mejoramiento en calidad educativa; reduce dramáticamente las perspectivas de empleo y desarrollo profesional y cancela, por tanto, las perspectivas de movilidad social, y en función del cual se pretende, para colmo de males, privar al país de su riqueza más importante: la industria petrolera nacional.
Dado el clima político presente, no pueden descartarse nuevas protestas de este tipo. Es necesario, por tanto, que el actual gobierno atienda tales reclamos de manera adecuada y oportuna, por más incómodos que estos episodios le resulten, y por más que ello implique reconocer la magnitud de una fractura de carácter nacional que, hasta ahora, se ha empeñado en minimizar.
>
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
-
La historia de la familia Ramírez es casi como de película. El matrimonio Ramírez compuesto por Enrique Ramírez Miguel y María Villalón...
-
El encargado de despacho de la PGJEM, Alfredo Castillo, explicó que el cuerpo de la niña tardó en emitir un olor fétido debido a que su cue...
-
El voto de castigo. Cartón: Rocha MÉXICO, D.F. (Proceso).- México es un claro ejemplo de la indisociable relación entre una demo...