ÁLVARO DELGADO
MÉXICO, D.F., 30 de junio (apro).- En medio de la precariedad y la improvisación, contrarrestadas con creatividad y entusiasmo, organizaciones y personajes de la diversidad social, política y regional de México se encontraron hoy en esta ciudad para celebrar la Primera Asamblea Nacional del Voto Nulo y tratar de dar cauce a un movimiento cuyo principal reto es sobrevivir a las elecciones del 5 de julio.
En un intento de establecer una agenda común, que se les exigirá a los partidos políticos por ellos repudiados con el voto nulo, las 43 organizaciones participantes y personajes --desde marxistas "revolucionarios" hasta un primo hermano de Felipe Calderón, o Marco Rascón, aún perredista, del brazo de Purificación Carpinteyro, exsubsecretaria de Comunicaciones y Transportes--, pactaron impulsar tres puntos.
El primero de ellos es la democracia participativa a través de las figuras de plebiscito, referéndum, revocación de mandato e iniciativa popular; el segundo es la reducción de las prerrogativas a los partidos políticos y que rindan cuentas, y el tercero es impulsar las candidaturas independientes.
La reelección legislativa era la principal demanda impulsada, por ejemplo, por la analista Denise Dresser, pero no logró la mayoría requerida y será discutida, otra vez, en la Segunda Asamblea Nacional del Voto Nulo, que se celebrará el sábado 11 de julio, cuando ya se sepa cuánto impactó en las elecciones este movimiento.
Y para ello están en vías de contratar, si es que logran reunir los 150 mil pesos de su costo, a la empresa Parametría para que, en la jornada electoral del 5 de julio, incluya en su encuesta de salida y conteo rápido preguntas para conocer las razones de la ciudadanía para anular su voto.
En el curso de la asamblea, celebrada en el cine-auditorio Villa Olímpica --que se consiguió por las gestiones de Adolfo Llubere, después de que el Instituto Federal Electoral (IFE) se negó a facilitarles sus instalaciones--, se recibieron donativos para pagarle a Parametría los 150 mil pesos de la encuesta de salida "sindicada" que, en conjunto, cuesta 575 mil pesos con IVA incluido.
Cuando concluyeron los trabajos, casi a las 19 horas --y después de ocho horas de deliberaciones--, los donativos comprometidos rondaban ya los 100 mil pesos y se perfilaba la segura contratación de un servicio para "medir" el impacto del voto nulo entre los electores que asistan a las urnas y que ha concitado el repudio de los partidos políticos.
Justamente el rechazo al régimen de partidos y al sistema político en general reunió, desde poco antes de las 11 horas, a 43 organizaciones, representadas por poco más de 170 personas, que desfilaron con sus respectivas propuestas después de que, 15 minutos antes de las 12 horas, se inauguró el encuentro con la lectura que Dresser hizo del "documento conceptual" que sustenta el movimiento.
Nacido en un contexto de desazón por el funcionamiento de la democracia mexicana, Dresser aclaró:
"La anulación no busca acabar con la democracia, sino aumentar su calidad y su representatividad. La anulación no intenta dinamitar el sistema de partidos, sino mejorar su funcionamiento. Es usar el único instrumento con el cual contamos. El único mecanismo --imperfecto, difuso, chato-- que nuestra democracia trunca ofrece hoy en día."
El movimiento anulacionista, añadió la politóloga, no busca destruir el andamiaje institucional, sino centrar su atención en sus imperfecciones: "El llamado a la anulación es tratar de componer lo que está descompuesto, tal y como lo hizo el movimiento sufragista o el de los derechos civiles, iniciado por personas que lograron cambiar las reglas de la representación."
En aparente respuesta a Calderón, quien el jueves planteó a los anulacionistas crear un nuevo partido político, Dresser respondió: "La crisis de representación no se puede combatir con lo que algunos proponen como solución. No basta con formar otro partido, si acaba corrompiéndose para sobrevivir."
Aclaró:
"El movimiento que ha surgido de manera espontánea entre tantos mexicanos no desprecia a la política ni a los partidos como organizaciones, pero sí cuestiona la manera en la cual se comportan en nuestro país, porque el andamiaje institucional está mal armado. El problema no son las personas o los partidos en sí, es un sistema político que no asume la representación como punto de partida, como cimiento fundacional."
Y, con contundencia, clamó: "No podemos seguir fingiendo. Ha llegado el momento de reconocer lo que no funciona y componerlo."
"Somos los huérfanos"
Dresser fue aclamada por la asistencia, que no llenó los 200 lugares del cine, donde se reunieron organizaciones y personajes variopintos. "Somos los huérfanos", definió a los anulacionistas Carlos Berumen, miembro del Movimiento Mexicano Social de la Izquierda.
Y tiene razón: Él mismo fue presidente del Consejo Federado del partido que se llamó Alternativa Socialdemócrata y Campesina y fue depuesto por impulsar la candidatura presidencial de Víctor González Torres, alias Doctor Simi, para las elecciones de 2006.
En la asamblea también participó Marco Rascón, frustrado aspirante a ser delegado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), impulsor de una iniciativa de crear mulares, de la que es adherente Purificación Carpinteyro, exdirectora del Servicio Postal Mexicano y exsubsecretaria de la SCT.
Gabriel Hinojosa, el exalcalde panista de Puebla y primo de Calderón, fue uno de los iniciadores del movimiento anulacionista con su iniciativa "Tache a todos", quien participó junto con el "Mexicanos al grito de guerra", una organización que se definió como marxista y revolucionaria, y otro denominado "Movimiento ciudadano dejemos de hacernos pendejos".
Entre los asistentes, procedentes de Jalisco, Morelos, Querétaro, Puebla, Coahuila y el Distrito Federal, también estaba Sergio Aguayo, dirigente de Propuesta Cívica, que intervino como la principal organizadora del encuentro que reunió al fundador de Greenpeace en México, Alejandro Calvillo, y a Daniel Gershenson, presidente de la asociación "Al Consumidor".
La Primera Asamblea Nacional por el Voto Nulo fue también arena de añejas disputas y recriminaciones, como las que trajo a cuento Guillermo Reyes García, un personaje que acusó a Aguayo de ser "agente de la CIA y del Pentágono estadounidenses", según el volante que repartió entre los asistentes.
Aguayo, seleccionado por votación como moderador, advirtió que se trata de la reproducción de un infundio por el que inició un juicio que ganó, y advirtió que procedería otra vez jurídicamente. Aunque no lo dijo, se refería a la demanda que ganó a Primitivo Rodríguez Oceguera, quien justamente estaba en una de las butacas.
Reyes García, quien se identificó como trabajador de la UNAM, miembro de una cooperativa y exmilitante de la Liga Comunista 23 de Septiembre, rechazó conocer a Rodríguez Oceguera y que éste haya instigado la imputación a Aguayo, quien con su llamado a anular el voto a alguien va a beneficiar.
--¿A quién?
--Al PRI y al PAN, a la ultraderecha.
Primitivo, traído a cuento "sin que nada tenga que ver", pidió la palabra para condenar esa acción y retar a Aguayo para que, como a él, demande a Reyes García, pero también lo emplazó a un debate sobre el viejo diferendo que ambos mantienen y que estuvo presente en el embrión de algo que nadie sabe si sobrevivirá.