Algunos quieren apresurar la larga marcha a la desaparición del periodismo escrito tras seguir apurando las dosis venenosas de la tecnología: Twitter, Facebook, el agónico fax, el correo electrónico, etcétera, pues las innovaciones no tienen para cuando terminar. Pero en el periodismo en la radio, televisión e impreso todavía hay los imprescindibles reporteros, los analistas, opinadores y columnistas en un abanico de puntos de vista y pareceres para cubrir el pluralismo de la opinión pública. El columnismo tiene en nuestro país esa variedad de cuestionadores de la política, la economía, la cultura, los sucesos sociales y otros temas del más diverso jaez.
En su columna del 22 de agosto, Julio Hernández López va directo al grano y le quita la paja al discurso de Cuauhtémoc Cárdenas del lunes 19 de agosto en el Monumento a la Revolución, que desencantó a gran parte de una nación que no esperaba el guiño cardenista –con aval del chuchismo– a la embestida peñista que va a lo seguro para privatizar toda la industria petrolera y consumar la contraexpropiación. Con el subtítulo Semáforo arreglado y CC [Cuauhtémoc Cárdenas] nada de fondo, el columnista nos brinda un penetrante trabajo de interpretación. En seis contundentes párrafos vertió su opinión sobre los hechos, la palabrería del “no te levantes Lázaro” y siga adelante la modernización privatizadora de los ultraneoliberales de derecha, de centro y de un izquierdismo en franca huída de sus vinculaciones populares y nacionalistas con la democracia directa, y así “regatear apoyos logísticos para el tabasqueño [Andrés Manuel López Obrador] que va quedando en solitario, para bien y para mal, en el papel de único opositor auténtico a los designios privatizadores en curso”.
Si “la columna de opinión […] básicamente se caracteriza por ser una exposición breve que intenta interpretar, valorar, ordenar una parcela de la realidad [y] combina unos datos que el informador ha verificado con la sabiduría que conlleva el cúmulo de vivencias y lecturas, que han sido matizadas por el sujeto mediante una reflexión o ensoñación sistemática y, todo ello sintetizado con una intencionalidad que atiende a la cultura propia del autor”, entonces Julio Hernández López es un columnista “que logra inducir al debate y desbrozar elementos para la reflexión. Así el buen columnista es como el bisturí que va rasgando las entrañas de la realidad, en un columnismo que es ejercicio creativo, interpretativo y a veces también burlesco”.
*Periodista
Fuente: www.contralinea.com.mx Periodismo de investigación http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2013/08/26/astillero-de-julio-hernandez-lopez/
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