WASHINGTON (apro).- En el problema de seguridad y narcoviolencia que enfrenta el país, el objetivo del gobierno de Enrique Peña Nieto es lograr la pacificación y no necesariamente frenar el tráfico de drogas, aseguró aquí el embajador Eduardo Medina Mora.
Desde una perspectiva nacional, “el objetivo no debería ser el ponerle fin al tráfico de drogas, porque está más allá de nuestro alcance, sino darle a los ciudadanos el derecho de vivir en paz con sus familias y en sus comunidades”, explicó el también exprocurador general de la República en la primera parte del sexenio de Felipe Calderón, durante su ponencia en la cena organizada por el Instituto México del Centro Woodrow Wilson.
Sin embargo, añadió que “las estrategias nacionales deben ser coordinadas y entendidas desde un punto de vista regional; (en caso contrario) únicamente estamos empujando los problemas hacia nuestros vecinos”.
Justo cuando se mantiene suspendida la cooperación bilateral en materia de inteligencia para combatir al crimen organizado, debido a que la Secretaría de Gobernación, que dirige Miguel Ángel Osorio Chong, está diseñando la nueva estructura de trabajo con Washington, Medina Mora alimenta la especie de que el gobierno de Peña Nieto pretende negociar una tregua en la guerra contra con los cárteles del narcotráfico para atenuar la violencia.
Desde el 1 de diciembre pasado, cuando Peña Nieto asumió la Presidencia, el gobierno mexicano dejó en claro al de Obama que desmilitarizaría la lucha contra el narcotráfico, regresando al Ejército a los cuarteles, aparta de que “desnarcotizaría” el eje central de la relación con Estados Unidos.
Esta perspectiva de Peña Nieto, distante en mucho de la de Calderón, quien abrió todas las puertas del país a las agencias de inteligencia de Washington, con el argumento de la cooperación antinarcóticos, generó de inmediato los rumores en la prensa estadunidense de que el nuevo mandatario mexicano negociaría la paz con los cárteles de la droga.
Periódicos de relevancia nacional, como el New York Times y el Washington Post, entre otros, han repetido en varias ocasiones que se habla de que Peña Nieto daría más libertad a los cárteles de la droga para el trasiego de narcóticos hacia Estados Unidos, a cambio de que le ayuden a contener la narcoviolencia y disminuir los niveles de otros tipos de delitos asociados al crimen organizado.
“Déjenme regresar a mi premisa esencial, el tráfico de drogas no es el verdadero problema, es solamente un componente del crimen organizado internacional, aunque hace que las cosas sean más complicadas”, subrayó Medina Mora.
El diplomático explicó a académicos, analistas y demás invitados del Instituto México que aun cuando las estructuras del crimen organizado usan a las drogas como su plataforma, en realidad privilegian otros delitos para lograr mayor beneficio económico, entre ellos la extorsión, el secuestro, el tráfico de armas y de personas y los ilícitos cibernéticos.
“El problema es complejo y no puede abordarse con una sola estrategia”, subrayó Medina Mora en referencia directa al combate frontal contra el narcotráfico que México y Estados Unidos han llevado a cabo en los últimos años en el marco de la Iniciativa Mérida.
“Necesita una estrategia holística: prevención, políticas sociales cohesivas, combate al lavado de dinero y confiscación de bienes, políticas de salubridad, un gobierno eficiente, la aplicación de la ley, un sistema judicial efectivo y transparente; instituciones fuertes y respetadas, bajos niveles de violencia, una economía floreciente y estable, educación, empleo y oportunidades empresariales; y todo esto enfocado en el objetivo del respeto a los derechos humanos y al derecho de cada individuo para todo su potencial”, agregó Medina Mora.
En este que fue su primer discurso como embajador en Washington, en el que el tema de seguridad y lucha contra el narcotráfico fuera el tópico mas importante, Medina Mora admitió que el crimen organizado tiene la capacidad de retar a los poderes básicos del Estado, al monopolio del uso de la fuerza; de promulgar reglas generales y legislaciones, e incluso de recolectar impuestos.
“Ha habido pérdida del control territorial en geografías relevantes”, admitió el exprocurador del sexenio calderonista.
Sobre la responsabilidad que tiene Estados Unidos en el problema de la narcoviolencia que priva en México y en al trasiego de las drogas, el embajador mexicano dijo que se han abordado todas las vías disponibles para lograr la estabilidad y paz, pero sin lograr los resultados deseados.
“Estoy, todos estamos, frustrados e insatisfechos con el estatus actual. No está funcionando, se dice con frecuencia; el tráfico y el consumo de drogas continúan siendo de manera obsesiva el foco de nuestra atención”, remató Medina Mora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario