La obsesión de Felipe Calderón Hinojosa por acabar con la violencia en Michoacán a paso de botas militares ha quedado plenamente transferida a su sucesor en la Presidencia. En una medida desesperada, Enrique Peña Nieto, reprodujo el arranque de la guerra calderonista: el domingo 20 envió más de 6 mil efectivos militares y cientos de policías a esa entidad. Al caos y al desgobierno que han impuesto los cárteles de la droga, Peña Nieto responde con medidas apresuradas y comete sus primeros errores tácticos.
Proceso recorrió algunos municipios en Michoacán y constató la movilización de fuerzas federales… y grupos de autodefensa…
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