Julio Scherer Ibarra recibe el reconocimiento para su padre en Oaxaca. Foto: Jesús Cruz |
OAXACA, Oax. (apro).- Por su búsqueda incansable de la verdad, su trabajo comprometido, su astucia periodística, su perspectiva política y rectitud, el presidente del Consejo de Administración del semanario Proceso, Julio Scherer García, recibió hoy el grado de Doctor Honoris Causa de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca.
En sesión solemne del Consejo Universitario encabezada por el rector de la UABJO, Eduardo Martínez Helmes, recibieron también la distinción, el rector de la UNAM, José Narro Robles; el Ministro José Ramón Cossío Díaz; el pintor, Shinzaburo Takeda, y el empresario y filántropo oaxaqueño, Alfredo Harp Helú.
La ceremonia se realizó en el Jardín Etnobotánico del Complejo Cultural Santo Domingo con la presencia del gobernador Gabino Cué Monteagudo y de 92 consejeros universitarios.
Al recibir el reconocimiento a nombre de su padre, Julio Scherer Ibarra agradeció a los miembros del consejo universitario la distinción y dijo que “Don Julio aquilata ese grado en su valor más alto, como presea que lo incorpora a los trabajadores intelectuales de esta casa de estudios y lo acepta con la mezcla íntima de humildad y orgullo propios de quien sabe que sus méritos, por obra de la generosidad ajena, han sido exaltados.
“Pero lo recibe también con la alegría de advertir que la distinción proviene de una universidad de jóvenes que están convencidos de que nunca como ahora, el destino de la nación está en manos de educadores, de que el vértice de nuestro destino está en las universidades, institutos, escuelas técnicas, y que México habrá de ser del tamaño de las juventudes que forjemos”.
Luego de justificar la ausencia de su padre por “un quebranto en su salud”, Scherer Ibarra destacó que “la misión de toda universidad es de crear y trasformar a la sociedad. Es misión universitaria mostrar al país a través de la conducta de sus hijos, la necesidad de actuar con rectitud y no admitir la mediocridad, el conformismo, la corrupción”.
Así como “la de organizar el desarrollo social en condiciones de equidad, justicia y responsabilidad para asumir todos la tarea que la vida nos ha encomendado desde la más alta a la más humilde con la finalidad de alcanzarla noblemente”.
Scherer Ibarra sostuvo que “la búsqueda incansable de la verdad, el trabajo comprometido, la astucia periodística, la perspicacia política y la rectitud de su Julio Scherer forman parte de los trazos del México actual, desde aquel Excélsior silenciado por el expresidente Luis Echeverría hasta el Proceso de esta semana.
“El 8 de julio de 1976, por órdenes de arriba, se consumó el golpe contra el otrora ‘Periódico de la Vida Nacional’. Ese día, Scherer alcanzó la cúspide de la congruencia y dignidad. Vejado, calumniado, representa hoy el periodismo crítico. Su decisión y la de quienes lo acompañaron modificó para siempre la relación entre prensa y poder”.
A sus casi 88 años, prosiguió su hijo, Don Julio Scherer García, es autor de 20 libros, sobre temas políticos y sociales, ha entrevistado a presidentes, caudillos, guerrilleros, presos políticos, artistas y hasta narcotraficantes.
“Admiro profundamente a este hombre que asumió el oficio periodístico como la pasión de su vida, que en la comunicación hace imposibles por igual, la alabanza o la ofensa, quien más allá de premios y reconocimientos sostiene que si el trabajo al que se debe vale la pena el lector lo defenderá con su preferencia”.
Finalmente citó unas palabras que dijo su padre Julio Scherer, en Guadalajara en 2005: “Honrado con amigos que rara vez se encuentran, unido a reporteros que ya son el futuro y enriquecido por columnistas y escritores admirables, giro en torno a un tema que no suelto ni me suelta, la libertad de expresión y el torpe empeño del gobierno por limitar la fuerza expansiva de la palabra impresa”.
Scherer Ibarra leyó luego un texto escrito por su padre en el que advierte que “marzo aún no termina y Peña Nieto pisa ya terrenos peligrosos. Más allá de las victorias de largo alcance mediático que significaron la captura del Chapo Guzmán y el encierro de Elba Esther Gordillo, la economía no sale de su marasmo y la seguridad no ofrece datos alentadores en su lucha contra el crimen organizado”.
Prosigue el escrito del fundador de Proceso:
“No obstante, el gobierno persiste en su discurso y sostiene que el dinero del petróleo que fue nuestro fluirá en la República como instrumento de un progreso imparable. Se abrirán fuentes de trabajo y se crearán los empleos de los que el país está urgido. Ojalá hubiera empleo para los menesterosos, analfabetos y no sólo para aquellos que avizoran un espacio en Televisa o en alguna trasnacional con la mente puesta en los negocios”.
En la ceremonia, el rector de la UABJO, Eduardo Martínez Helmes, destacó que este reconocimiento es a las personas que “con su acción diaria han dado vigencia al pensamiento de nuestro rector supremo, Benito Pablo Juárez García, quien expresaba con palabras y con hechos: La causa más grande y sagrada para los hombres y los pueblos, es la defensa de la Patria.
“Y hoy la defensa de nuestra Patria se hace en las aulas. Hoy ante la violencia, el desempleo, la confrontación y la pobreza, la Educación es la respuesta”.
Ya como doctor por Causa de Honor, el Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro Robles, manifestó que como parte del profesorado de esta universidad, la UABJO, trabajará con toda convicción en favor de la superación institucional.
Al ser distinguido con el grado de Doctor Honoris Causa por su altruismo, elevados valores humanos e invaluable aportación a la cultura y el deporte, el filántropo Alfredo Harp Helú, externó su beneplácito por la distinción otorgada, al tiempo de reafirmar su vocación y disposición de servir a Oaxaca.
Por su parte, el artista Shinzaburo Takeda agradeció a la Universidad y al Pueblo de Oaxaca por brindarle la oportunidad de transmitir lo que sabe hacer: pintar. “Esta distinción no es para mí, sino para Oaxaca y las artes plásticas”.
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