La mesa está puesta para que Televisa se despache con el estilo que le caracteriza: a lo grande. Dos artículos de la iniciativa presidencial de la Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión le permitirán al consorcio de Emilio Azcárraga Jean no ser calificada de “preponderante” en el servicio de televisión de paga, donde en realidad ya lo es, y seguir en su proceso de eliminación de competidores. Todo indica que la iniciativa de Enrique Peña Nieto será aprobada sin problemas, pues la oposición de algunos legisladores del PRD o del PAN es sólo coyuntural.
Un enorme “regalo” en los artículos 264 y 276 de la iniciativa presidencial sobre telecomunicaciones y radiodifusión, presentada el lunes 24 al Senado, le permitirá a Televisa no ser declarada “agente económico preponderante” en los servicios de televisión restringida, donde la compañía de Emilio Azcárraga Jean tiene ya casi 12 millones de suscriptores, 61% de este sector.
La redacción ambigua y claramente sesgada hacia Televisa en ambos artículos le permitirá concretar la adquisición de 51% de la empresa Cablecom por 7 mil millones de pesos (545 millones de dólares), con lo cual tendrá más de 65% del sector de televisión restringida, según el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y los cálculos de la empresa Signals Telecom.
En enero Azcárraga creó la empresa Televisa-Cablecom y ha presionado a los programadores para romper los contratos de distribución de contenidos que tienen con PCTV, según fuentes consultadas por Proceso. La idea de Grupo Televisa, advierte uno de los programadores quien habló a condición del anonimato, es bajar de su programación, a partir del lunes 31, todos los canales del Network de PCTV, quitándole fortaleza de ventas y distribución al eliminar su presencia en los canales de Cablemás, Cablevisión, TVI y posiblemente Cablecom.
Entrevistado sobre este gran “regalo” al monopolio televisivo, el senador panista Javier Corral explica a Proceso que “así como en 2006, cuando se aprobó la Ley Televisa, la nuez del negocio fue el artículo 28 de la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones, que le permitiría quedarse con el espectro sobrante de la transición digital sin pagar contraprestación alguna, ahora el gobierno de Peña Nieto redacta unas reglas de preponderancia que protegen a Televisa en televisión de paga y le imponen medidas absolutamente irrelevantes en televisión abierta”.
Corral advirtió que la redacción sobre la “preponderancia” en radiodifusión, contenida en el artículo 260 y en especial en el 264 va contra lo establecido en el artículo octavo transitorio de la reforma constitucional aprobada en 2013.
En esa reforma se estableció que “se considerarán como agentes económicos preponderantes en los servicios de radiodifusión o telecomunicaciones” a las compañías que tengan una “participación mayor a 50%, medido este porcentaje ya sea por el número de usuarios, suscriptores, por el tráfico en sus redes o por la capacidad utilizada de las mismas de acuerdo con los datos de que disponga el Instituto Federal de Telecomunicaciones”.
La trampa, sentencia Corral, es que los redactores de la ley secundaria cambiaron la noción de “servicios” por el de “sector” para la declaración de “agente económico predominante”. De esta manera los servicios que presta Televisa en televisión restringida, medidos en usuarios, suscriptores y audiencia, claramente rebasan 50%, pero no son considerados en la ley como susceptibles de una declaración de agente económico preponderante.
Esto le permitirá a Televisa continuar con la operación de concentración y compra de las compañías de televisión por cable, iniciada en 2006-2007 con la adquisición de Cablemás, TVI y tener el control de 51% de las acciones de Cablecom, propiedad ahora del enigmático financiero de origen regiomontano David Martínez, quien posee a través de Tenedora Ares más de la mitad del control de Grupo Cable TV o Cablemás.
Incluso el legislador panista bautiza como “cláusula Cablemás” el siguiente párrafo del artículo 276 sobre las medidas de fomento a la competencia:
“Tratándose de la autorización de nuevas concesiones o de la concentración de agentes económicos dentro de cada uno de los sectores de telecomunicaciones y radiodifusión, el instituto: a) Deberá considerar la existencia o no de un agente preponderante en el sector determinado o con poder sustancial.”
La única autorización pendiente de nueva concentración es la adquisición de Cablemás por Grupo Televisa, anunciada desde agosto de 2013 a la Bolsa Mexicana de Valores, y se insiste en la palabra “sector” y no “servicios”, tal como decía el texto original de la reforma constitucional.
“Por la vía de la televisión de paga, Televisa puede burlar todas las 23 disposiciones que se establecen en el artículo 264 para el agente económico predominante en radiodifusión”, sentencia Corral.
–¿Eso qué significa?
–Que podrá establecer barreras de entrada, bajar la programación de todos aquellos canales de televisión restringida que no sean de su propiedad, de sus filiales o de sus aliados y comercializar hasta el exceso en los contenidos. Podrán quitarse a todos los competidores incómodos e incluso ejercer un dominio sobre las otras compañías de televisión abierta.
–¿Este es el único punto en donde se observa favoritísimo a Televisa? –se le pregunta.
–No. El trazo de Televisa en la Ley Peña son los criterios de preponderancia restringida sólo a sectores y no a servicios, excluyendo así a la televisión restringida, pero también las inútiles medidas asimétricas que se le imponen como preponderante en televisión abierta, la indefinición de la propiedad cruzada, la inexistencia de límites a la concentración y la cláusula Cablecom.
“Al no ser preponderante en televisión de paga, se le hace un traje a la medida para que Televisa pueda adquirir ya Cablecom”, sentenció.
Corral considera una auténtica “burla” algunas de las 23 disposiciones que el artículo 264 establece contra la preponderancia en radiodifusión. Por ejemplo, en el numeral XVII se establece:
“Abstenerse de participar en sociedades que lleven a cabo la impresión de periódicos escritos de circulación diaria, ya sea local, regional o nacional, según lo determine el instituto”.
El legislador se cuestiona: “¿Por qué le ordenan abstenerse en periódicos? Porque no tiene ningún periódico. ¡Es un traje a la medida! ¿Por qué no dice que debe abstenerse de participar en revistas, que sí tiene, o en agencias de publicidad, que también son suyas?”.
Hiperconcentración
En contraste con las medidas muy concretas que se le imponen a América Móvil, el agente económico predominante en telecomunicaciones que no podrá participar en el mercado audiovisual hasta un mínimo de dos años y condicionado al cumplimiento de una serie de medidas consideradas como “correctas” por la mayoría de los especialistas, en televisión de paga se le permitirá a Televisa tener prácticamente todo el control.
Uno de los competidores más afectados sería PCTV, la compañía creada para la producción y distribución de contenidos en televisión por cable formada en un inicio por compañías independientes al control de Televisa.
Según uno de los programadores consultados, la medida no es casual. Desde hace seis años PCTV creó el canal TVC Deportes, que ha sido incómodo para la Federación Mexicana de Futbol, y sus audiencias han creado “fuertes dolores de cabeza al canal TDN, propiedad de Grupo Televisa”.
El negocio de la posible desaparición de PCTV será redondo porque desintegrará el paquete básico de industria conocido como PBI que el propio PCTV genera para sus asociados, ya que también “pretende eliminar la compra conjunta de señales internacionales que los programadores venden a PCTV para comprarlos ahora ellos de manera directa y obtener beneficios individuales en la adquisición de dichas señales”.
El “golpe final”, advirtió esta fuente, será propiciar “la muerte de 300 cableoperadores pequeños que ante un PCTV debilitado, sin canales propios y sin representación global de las señales extranjeras, ausente de distribución en el área metropolitana y ciudades clave, e imposibilitado de bajar el costo de señales por vía de la generación de volumen de compra, dejaría a su suerte a los operadores del interior del país que finalmente su única salida será vender sus sistemas de cable a un operador grande llamado justamente Televisa”.
No solamente serán afectados los operadores independientes agrupados en PCTV, sino los que forman parte de la Asociación de Redes de Telecomunicaciones de México. Muchos han optado por vender a Grupo Televisa ante la imposibilidad de competir con el gigante.
De acuerdo con Signals Telecom, Televisa tiene a través de sus filiales Cablemás, Cablevisión y Cablevisión del Norte (antes TVI) un control de 56.2% de los suscriptores en cable y 38.4% de televisión satelital con Sky. Sólo en este sector tiene una competencia seria con Grupo Dish, una sociedad de MVS con EchoStar y Telmex, a la cual Grupo Televisa ha combatido frontalmente.
La operación de compra-venta de 51% de Cablecom se anunció en agosto de 2013. Esta empresa es considerada la tercera más grande del país, con presencia en 16 entidades, y con 3 millones de suscriptores y 800 usuarios de triple play, sólo después de Megacable, de la familia Yamuni, y de Cablevisión, de Azcárraga Jean. Megacable ya es socio de Televisa en la marca Yoo, pero Cablecom estaba fuera de su dominio.
Las negociaciones empezaron meses antes. En mayo de 2013, en plena negociación de la reforma constitucional de telecomunicaciones, David Martínez, propietario del fondo de inversiones Fintech, adquirió 95% de Tenedora Ares, poseedora de 51% de Cablecom, con opción de compra del 49% restante a un precio de aproximadamente 9.3 veces la utilidad operativa de los 12 meses precedentes a la fecha en que se realice dicha operación.
Martínez ha tenido con Televisa una relación de amor-odio. Considerado uno de los personaje más enigmáticos de Wall Street, el dueño de Fintech apoyó el litigio de Paula Cusi, última esposa de Emilio Azcárraga Milmo, contra Azcárraga Jean por la sexta parte del legado del Tigre.
Experto en comprar y reestructurar deudas de empresas y gobiernos, como el de Argentina, Martínez ha pretendido ingresar al mercado de las telecomunicaciones en México, pero tanto Televisa como Grupo Carso lo han bloqueado.
En una jugada en apariencia astuta, Televisa anunció en agosto de 2013 ante la Bolsa Mexicana de Valores una inversión de 7 mil millones de pesos para adquirir el control de Cablecom, vía la compra de deuda convertible que le permitiría hacerse del control de 95% de Tenedora Ares.
La autorización de esta adquisición quedó suspendida en tanto se formaba la nueva autoridad reguladora en competencia económica del sector, el IFT, y se conocían las nuevas disposiciones secundarias a la reforma constitucional.
Si el órgano regulador reconoce que con la adquisición de Cablecom, Televisa posee más de 65% del mercado de televisión restringida, esta ambiciosa operación se viene abajo.
El “candado” a la participación del magnate Carlos Slim en el mercado de la televisión restringida se prolongará por dos años más, según la iniciativa de Peña Nieto enviada al Senado.
Si América Móvil pudiera dar servicios de televisión por cable, expertos calculan que de golpe se incrementarían entre 6 y 9 millones los nuevos usuarios de este sistema, lo que modificaría el esquema de concentración que actualmente tiene Televisa en este mercado.
En su comunicado del jueves 27 América Móvil criticó duramente la iniciativa del Ejecutivo federal y consideró que las disposiciones “crean barreras de entrada a mercados altamente concentrados, como lo son el de radiodifusión y televisión restringida, protegiendo así al agente económico preponderante en radiodifusión y con poder de mercado en televisión restringida”, en clara referencia a Televisa.
“Segunda temporada”
Corral no duda que estamos “ante la segunda temporada de la Ley Televisa”. “Recordemos que en la primera hubo quienes salieron abiertamente a defenderla y ahora los volveremos a ver en legisladores tanto del PRI, del PAN como del PRD.
“También hubo actores que oponiéndose, supuestamente, en realidad estaban finteando, reclamando cambios en asuntos meramente cosméticos con el argumento de buscar alternativas racionales y no radicales”, dice.
–¿Observa lo mismo en este proceso?
–Va a haber actores en todos los partidos políticos que, supuestamente, son opositores a la ley, pero quieren distraer lo fundamental que es el enorme regalo que le darán a Televisa, por cosas menores o aledañas.
–¿Quién encabeza ahora la defensa de la ley?
–Sin duda el presidente de la Comisión de Comunicaciones, Javier Lozano.
Coincidentemente, en esta “segunda temporada” también es un actor relevante el coordinador de la bancada del PRI en el Senado, Emilio Gamboa Patrón, exsecretario de Comunicaciones y Transportes, ampliamente reconocido como un aliado de los concesionarios y en especial de Televisa.
Hace ocho años Gamboa era su impulsor dentro de la bancada del PRI –entonces coordinada por Enrique Jackson– y no pudo evitar la fractura de su grupo. Once legisladores del tricolor votaron contra la Ley Televisa. De ellos sólo Manuel Bartlett, actual coordinador de la bancada del PT, está de nuevo en el Senado.
En la bancada del PRD, hasta donde se han expresado las distintas corrientes, todos están contra la iniciativa. Algunos del PRD y del PAN han pedido cambios, sobre todo relacionados con el control que se le otorga a la Secretaría de Gobernación en materia de contenidos.
Pragmático, Gamboa ya declaró que a la iniciativa del Ejecutivo “tendrán que hacerles cambios” para ser aprobada en comisiones y luego en el pleno.
“Ninguno de esos cambios que han planteado van a la esencia del gran regalo que Peña Nieto quiere darle a Televisa”, sentencia Corral.
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