Fue asesinado hace 33 años y el crimen sigue impune, acusan
Laura Poy Solano
Periódico La Jornada
Domingo 2 de febrero de 2014, p. 32
Domingo 2 de febrero de 2014, p. 32
Maestros, ex alumnos, obreros y colonos de Tulpetlac, Ecatepec, conmemorarán hoy el 33 aniversario del asesinato del educador y luchador social, Misael Núñez Acosta, para quien
aún no hay justicia, porque los culpables de su muerte siguen en la impunidad, incluida Elba Esther Gordillo Morales, afirmaron profesores disidentes.
Paulino Hernández Arroyo, director de la primaria Héroes de Churubusco, fundada por Núñez Acosta y conocida como escuela de La Loma, recuerda que a más de tres décadas del crimen
seguimos exigiendo que se castigue a quienes lo mataron de cuatro disparos el 30 de enero de 1981, y de quienes lo planearon. Todos plenamente identificados.
José González Figueroa, maestro con 45 años de servicio e integrante de la disidencia magisterial, señaló que desde 1983 los autores materiales están prófugos, mientras Gordillo Morales, a quien señalan como uno de los autores intelectuales,
está presa desde hace casi un año, pero sin haber pagado un sólo día por la muerte de Misael.
Hernández Arroyo, informó que este domingo se hará un homenaje en el lugar donde fue asesinado, a tan sólo dos cuadras de su escuela primaria, para
no olvidar que su legado sigue vivo, pero también los ideales que lo alentaron a organizar a campesinos, obreros y colonos para mejorar nuestras comunidades. Más tarde, indicó, se realizará un programa cívico-cultural.
Compañero en la lucha magisterial con Núñez Acosta, González Figueroa aseguró que
su ejemplo sigue presente en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, pero también en los barrios y escuelas que vio nacer y a los cuales dedicó mucho esfuerzo.
Asesinado a los 32 años, cuando era director de La Loma, y crecía su liderazgo en la zona fabril de Ecatepec, estado de México, señaló que
llevamos décadas denunciando a los autores intelectuales y materiales. A Elba Esther Gordillo, quien entonces era parte de la dirigencia del SNTE, encabezado en aquellos años por Carlos Jonguitud Barrios.
Fue un crimen “planeado para dar un golpe certero a la disidencia magisterial. Misael era uno de los dirigentes más brillantes y su trabajo en Ecatepec con obreros y colonos se consolidaba. Para asegurar su muerte intervino la cúpulacharra, incluido el ex secretario general Ramón Martínez Martín”.
Recordó que fue un colaborador de Martínez Martín, Clemente Villegas Villegas, quien fungió como intermediario para la contratación de Rufino Vences Peña, Jorge Mejía Pizaña y Joel Vences Hernández, quienes
fueron plenamente identificados como los asesinos materiales de Misael.
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