Yo hice caso a los policías, agarré a mi niña y me fui, relata un sobreviviente en Acapulco
Niños aguardan turno para recibir atención médica, este sábado, en la comunidad de La Pintada, municipio de Atoyac de Álvarez, a unos 100 kilómetros de AcapulcoFoto Reuters
Héctor Briseño
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 22 de septiembre de 2013, p. 3
Domingo 22 de septiembre de 2013, p. 3
Acapulco, Gro., 21 de septiembre.
“¡Sí había gente del gobierno avisando que nos saliéramos!, pero muchos prefirieron quedarse a ver la pelea en la tele; yo le hice caso a los policías y agarré a mi niña y me fui con mi suegra”, relata Luis Omar Moreno, habitante de la colonia Nueva Esperanza, asentada a un costado del río de La Sabana, entre La Venta y El Quemado, mientras carga a su bebé de cuatro meses en una tribuna del polideportivo Cici de Renacimiento, habilitado como albergue.
De oficio albañil, dice que después del 14 de septiembre se quedó sin sus cosas, pero se encuentra tranquilo porque sus hijos y su esposa están vivos, y si a muchos de sus vecinos no los encuentran es que se los llevó el río.
“Muchos se quedaron por la pelea (entre Saúl Canelo Álvarez y Floyd Mayweather), ya habían avisado que nos fuéramos pues vivimos en zona de ríos. La pelea se acabó, pero el río ya había subido.” La mitad de su colonia desapareció bajo el agua.
Refiere que el río
se oía feo, se veía cómo pasaban los vecinos; a varios los sacaron en helicóptero dos días después, a otros ya no los han visto.
En tanto, niños damnificados de Acapulco y de La Pintada, municipio de Atoyac, reciben terapias grupales por voluntarios de la organización Save The Children y de estudiantes del Seminario del Buen Pastor en el albergue. Aquí hay unos 150 infantes.
En una de las paredes del gimnasio adaptado como dormitorio, fueron pegados decenas de dibujos realizados por los niños.
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