domingo, 22 de septiembre de 2013

Irresponsable desfogue de presa causó tragedia: damnificados en Guerrero

La Comisión Federal de Electricidad debe pagar por los daños, señalan pobladores y autoridades de la región de Tierra Caliente.
Rubicela Morelos Cruz y Sergio Ocampo, corresponsales
Publicado: 22/09/2013 19:39
Altamirano, Gro. La Comisión Federal de Electricidad (CFE)  debe  responder y pagar todos los daños que provocó el desbordamiento de las aguas del Río Balsas porque, aseguran los afectados, la presa El Caracol desfogó agua de manera irresponsable, y sin avisarles, para evitar el desastre.
Dicha acción dejó incomunicadas y sin ningún servicio básico a unas 100 mil personas, de  8 de los 9 municipios que integran la región de la Tierra Caliente, porque la crecida se llevó al menos cuatro puentes vehiculares, y además dejó a su paso  miles de familias sin vivienda y sin ninguna de sus pertenencias.
Los damnificados de la Región de Tierra Caliente, de los municipios que son atravesados por el afluente del Río Balsas (de oriente a poniente), consideran que el gobierno federal debió de alertarlos de las lluvias que provocaron las dos fenómenos naturales Manuel e Ingrid, e incluso debió haber suspendido las fiestas patrias, para que los daños fueran menores. 
La anchura del río Balsas creció en una semana 30 veces su tamaño regular y los de la presa El Caracol abrieron las compuertas de manera irresponsable,  sin importar los daños que causaría esa enorme crecida río  abajo. 
Afortunadamente, dijeron, la llegada de las aguas a las localidades de los municipios de esta región de la Tierra Caliente, como Arcelia, San Miguel Totolapan, Tlapehuala, Ajuchitlán del Progreso, Altamirano, Zirándaro de los Chávez, y Coyuca de  Catalán, permitió que  la gente alcanzara a huir a los cerros, de lo contrario el número de decesos sería incuantificable.
Aunque hasta ahora, no se sabe cuántas personas están desaparecidas o muertas en los municipios a los que no se ha podido entrar porque la crecida del río  se llevó los puentes. 
Esta misma acusación contra CFE la hicieron el obispo de la Diócesis de Altamirano, Maximino Martínez Miranda, y el alcalde de Teloloapan, Jesús Valladares, quienes coincidieron en que se desfogó agua de la presa El Caracol de manera irresponsable.El obispo  fue entrevistado  durante un recorrido que hizo la tarde del sábado en la zona de desastre en  ciudad Altamirano;  y el alcalde de Teloloapan, Jesús Valladares Salgado, fue abordado en San Miguel Totolapan, a donde acudió a entregar toneladas de víveres para los damnificados de la región.
El obispo calificó los daños provocados como "una catástrofe; a veces uno no puede evitar las cosas naturales, pero se pueden mejorar siendo responsables, soltando el agua de las presas  a tiempo, para que los daños  sean menores". 
Calculó que tan sólo en Altamirano (municipio colindante con Michoacán), unas 200 casas resultaron destruidas totalmente, además de cultivos, negocios y automóviles. 
El alcalde de Teloloapan, Ignacio de Jesús Valladares Salgado, sostuvo que los de la presa El Caracol "abrieron cuatro compuertas y toda el agua que se vino para acá ya no era el Río Balsas, era el mar. Yo pude apreciar el lunes unas imágenes a través de internet que nos llevó una maestra originaria de la región, y dije están igual o peor que allá (en donde hay mar)".  Antes de esas declaraciones, el edil argumentó que la presa  del Caracol estuvo a punto de colapsarse, por eso, según él, abrieron 4 compuertas, pero dijo que debió de hacerse responsablemente para que no provocara semejante desgracia. 
La magnitud del desastre que dejó en esta parte la crecida del río Balsas, resume el alcalde, "supera todo lo que uno pueda creer", pues las 23 toneladas de víveres repartidas no alcanzan a cubrir siquiera las necesidades de las familias afectadas de las cabeceras municipales y faltan las comunidades que quedaron incomunicadas.
Se cayeron, cuatro puentes en la región de la Tierra caliente: el de Santo Tomás, en el municipio de Arcelia; el de San Miguel Totolapan, el de Ajuchitlán, y el de Coyuca de Catalán. 
"Yo calculo que podría haber entre 80 y 100 mil gentes incomunicadas por la caída de estos puentes. De los nueve municipios de la Tierra Caliente, el único que fue a lo mejor en un  5 o 10 por ciento afectado fue Tlalchapa, pero todos los demás  fueron afectados gravemente", expresó el alcalde de Teloloapan, región de Norte del estado de Guerrero. 
Urgió al gobierno federal y estatal a que manden brigadas de salud porque hay brotes de enfermedades, que si no son paradas provocaran un daño mayor en los habitantes de estas poblaciones incomunicadas. 
El perredista llamó al presidente del país, Enrique  Peña, y al gobernador, Ángel Aguirre, que manden brigadas de médicos y enfermeras del Ejército mexicano a estas zonas, y les recordó "que Guerrero no es Acapulco y Chilpancingo, Guerrero es inmenso y aquí tenemos muchas necesidades". 
Durante tres recorridos que ha hecho La Jornada en esta región de la Tierra Caliente, la única autoridad que ha encontrado ha sido el alcalde de Teloloapan (aunque él pertenece a la zona norte del estado), mientras que los alcaldes de la Tierra Caliente, así como diputados locales y federales brillan por su ausencia en las zonas devastadas.
Valladares Salgado aseguró que aparte de la Tierra Caliente, está  muy dañada  la Sierra, ya que también están totalmente incomunicados porque todos sus accesos que tienen están destrozados, incluso aseguró que le informaron que al municipio de Tlacotepec (Heliodoro del Castillo), sólo se puede llegar por aire, por eso insistió a las autoridades también atiendan estas regiones.

Los daños de los pueblos incomunicados 

Elementos de Protección Civil municipal de Altamirano reportaron que el jueves y viernes pasado sacaron del río Balsas dos cuerpos de personas del sexo masculino que fueron arrastrados por la corriente, además  familiares de afectados de localidades del municipio de San Miguel Totolapan denunciaron que murieron dos personas por falta de atención médica. 
Al arribar La Jornada al municipio de San Miguel Totolapan (municipio que colinda con Sierra madre del sur), exactamente en donde se rompió el puente vehicular, militares afirmaron que la situación en esta parte de la entidad es cada vez más difícil porque el alcalde Saúl Beltrán Orozco acaparó los víveres y sólo los da a su gente, lo que ha provocado la inconformidad de miles de familias que están sin recibir nada en las comunidades de este municipio.
A este hecho se suma que grupos armados han bajado a dos comunidades del municipio para pedir víveres a la buena o a la mala. 
A esa llegada de maleantes se atribuye que no se hayan repartido víveres en las localidades del municipio, y que hasta allá no llegue el Ejército Mexicano.
Miles de familias están sin alimentos, sin agua, sin atención médica, y no se ha hecho un censo para saber si están o no todos los habitantes. 
Cientos de familias imploran que les envíen alimentos.
Familiares de las personas que quedaron incomunicadas en el municipio de San Miguel Totolapan y habitantes del poblado de Santa del Aguila construyeron un barco de madera, como de unos cuatro metros de largo por dos de ancho, para pasar al otro lado del río y llevar víveres.
Antes de la construcción del puente en 1993 se pasaba el río en barcos, incluso estos pasaban camionetas o camiones grandes. 
Ese barquito, dijeron quienes lo construyeron, servirá  para  sacar a personas enfermas de aquel municipio, porque, aseguraron, los helicópteros sacan a quien quieren, y dejan en el olvido a las personas con menos recursos económicos.

Grupo armado se lleva a gente de sus casas  
Una fuente civil oficial denunció que la noche del 18 al 19 de septiembre un grupo de unos 30 hombres armados, disfrazados de policías municipales, se llevaron a 14 personas de la población Lomas de las Piedras. 
Según la fuente, que pidió el anonimato, los armados tocaron puerta por puerta, y se llevaron a 14 hombres adultos y a una mujer.
Entre los nombres que dieron de los ahora desaparecidos se encuentran Elvis Mendoza, Feliciano Mendoza, Omar Beltrán Pascual, Pedro y Reyna Viniedra Olmos. Los otros no han sido identificados.

Mejor ser evacuados
Atemorizados, los pobladores de estos municipios de la Tierra Caliente pidieron que se envíen más elementos militares, brigadas completas de salud,  y que mejor los evacuen de sus pueblos porque las lluvias que no cesan, y podrían reabrir las compuertas de El Caracol
, lo que causaría más inundaciones.
Asimismo, exigieron que el gobierno federal, así como la CFE, responda por todos los daños que provocaron, porque, hasta hoy, a una semana de la crecida del río (el pasado domingo) ni siquiera se han podido contabilizar los daños que dejó a su paso la crecida del Río Balsas por esta region del estado de Guerrero.

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