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Por: Jaime Avilés (@desfiladero132)
16 de junio 2015.- Miguel Ángel Osorio, secretario de Gobernachong, es el verdadero ganador de las elecciones del 7 de junio en Jalisco. Por un lado, puso fin al mandato del priísta Jorge Aristóteles Sandoval Díaz; por el otro, consolidó a Movimiento Ciudadano como fuerza política emergente en aquella entidad, y a Enrique Alfaro Ramírez, presidente electo de Guadalajara, como futuro gobernador en las elecciones de 2018.
Es verdad que Alfaro contó con un gran equipo de colaboradores, empezando por el sabio Esteban Garaiz; también es verdad que Morena se dividió en Jalisco desde su fundación y presentó candidatos lamentables, a tal grado que obtuvo un pálido 1.5 por ciento y perdió el registro estatal.
Más relevante que lo anterior es que el PRD, igual que en el DF, también retrocedió en el segundo estado económicamente más importante del país y comenzó a desvancerse el cacicazgo de Raúl Padilla, amo y señor de la Universidad de Guadalajara, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el Festival Internacional de Cine de Guadalajara y muchas franquicias más de Guadalajara, con la excepción de las Farmacias Guadalajara y las Lecherías Guadalajara.
Al derrotar a Aristóteles Sandoval, su ex aliado, Chong borró de la lista de aspirantes a la Presidencia a otro copetencito tan frívolo, corrupto e irresponsable como Rodrigo Medina, el apabullado gobernador saliente de Nuevo León, epígono del propio Peña Nieto en cuanto a malgobernar se refiere.
Una breve recapitulación redondea este planteamiento. Al llegar a Los Pinos, diciembre de 2012, asesorado por el general colombiano Óscar Naranjo, Peña instruye a Chong para que coordine a los secretarios de Defensa y Marina con la Policía Federal y todas estas dependencias pongan en marcha la organización de fuerzas paramilitares para acabar con el cartel de la Familia Michoacana.
A lo largo de 2013 el experimento avanza. Surgen los “héroes populares” como el doctor Mireles, Papa Pitufo y otros. El supuesto “movimiento espontáneo” cuenta, sin embargo, y muy discretamente, con el respaldo, las armas y los combatientes del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y del gobernador Aristóteles Sandoval Díaz.
Cuando multitudes ingenuas alucinan que Mireles está encabezando una auténtica revolución, las fuerzas armadas obligan a Peña Nieto a revertir el proyecto. El general Naranjo regresa a Colombia, el virrey Alfredo Castillo se instala en Morelia y procede a desarmar a las autodefensas a la vez que pacta con la Tuta. Éste rompe con la Familia, grupo criminal que huye del puerto de Lázaro Cárdenas, de donde exportaba acero a China, y tiene que replegarse al estado de México y a la ciudad de México.
Después la Tuta quema a todos los políticos involucrados con él, cosa que permite al virrey hacer una limpia, y por último, una vez que los nuevos encargados del narcotráfico se asientan en los territorios que él dominó, la Tuta se jubila entregándose pacíficamente, igual que el Chapo.
Una vez que las fuerzas del CJNG desplazan de Michoacán a la Familia, a los Templarios y a los Zetas, queda como relevo del cártel de Sinaloa, tanto en la tierra de Alejandro Ramírez –director de Cinépolis y cómplice electoral del PVEM– como en el estado a las órdenes de Aristóteles Sandoval. Pero algo cambia imperceptiblemente. El joven copetón tapatío rompe con los jefes del CJNG y pierde el apoyo de Goberchong.
Al amanecer del primero de mayo pasado, una fuerza mixta, integrada por soldados de élite de las fuerzas armadas, ataca por sorpresa la guarida de Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho, jefe máximo, aparentemente, del CJNG, pero no lo atrapa. Al repeler la agresión, el ejército pierde cuatro helicópteros, no uno, y sufre muchas más bajas de las que reconoce en forma oficial.
¿Qué hace Aristóteles? Viaja a la ciudad de México, se reúne con periodistas que considera amigos y se queja: El Mencho se salvó porque “alguien” de la Policía Federal le dio el pitazo. Además informa por lo bajo: “Osorio Chong me quiere chingar”. Y lo dice y lo repite hasta que se regresa a su tierra.
¿Qué hace Alfaro? Viaja a la ciudad de México, se reúne con Osorio Chong y gana la elección del 7 de junio de manera arrolladora. ¿Qué sigue? La renuncia de Aristóteles y algo más. Pero la moraleja de esta historia no se limita al estado de Jalisco. En Nuevo León, el PRI se sabía perdido gracias a la pésima gestión de Rodrigo Medina –quien al igual que Aristóteles ayudó a su papá a hacer negocios cochinísimos– pero también a la avaricia de Peña Nieto, que no involucró a los empresarios regios en el megaproyecto hídrico Monterrey VI.
En consecuencia, con el apoyo encubierto del presidente del Senado, Emilio Gamboa Patrón, alias El Chupón (apodo que recibió en la infancia), el PRI inventó la candidatura dizque “independiente” de Jaime Rodríguez alias El Bronco, y a través de este camaleón del desierto, que cambió de color mientras fue necesario, ganó, o mejor dicho, retuvo el gobierno de Nuevo León, desplazando a la gente de Rodrigo Medina y –lo que descubriremos muy pronto– quizá dejando fuera también de Monterrey VI a empresarios chapulines como Alfonso Romo y Fernando Turner, que en su momento apoyaron a Fox, que los traicionó, luego a López Obrador, a quien nada más le estorbaron, y ahora al Bronco…
Así, un nuevo elemento ha aparecido en el teatro de la política nacional: los “independientes”, como el Bronco, o los “famosos”, como Cuauhtémoc Blanco. Una fuente me asegura que Dráculo Ramírez Garrido Abreu, el desgobernador de Morelos que por alguna rama sanguínea desciende del tabasqueño Tomás Garrido Canabal, se valió del carismático futbolista para ganar el ayuntamiento de Cuernavaca, tal como Gamboa Patrón utilizó al Bronco y Osorio Chong a Alfaro.
Por lo tanto, la única fuerza auténticamente opositora y de izquierda que emergió de las elecciones del 7 de junio es Morena, que no hizo alianzas con los poderes ocultos sino con la gente de a pie, y que, para estrenarse, invertirá la mitad de la dieta que reciban sus representantes públicos en proyectos educativos.
¿Es tan maravilloso el resultado que Morena logró en su debut? Sí y no, porque si bienarrasó en el DF y triunfó en ciudades tan conservadoras como Xalapa y Mérida, lo cierto es que ni siquiera pintó en los estados en donde contendió por las gubernaturas, mientras en Tabasco, la cuna del movimiento fundado por López Obrador, de 17 municipios sólo ganó uno, porque no contó con candidatos atractivos en los demás, ni con estructura para defender sus votos ante el aparato del también desgobernador,Arturo Núñez, ni ante las trapacerías del Tucán Ecologista, que fue apoyado obscenamente por el Niño Verde de Chiapas.
Independientes, independientes, lo que se dice verdaderamente independientes hubo dos candidatos ganadores: el joven Pedro Kumamoto, que será diputado local en Jalisco, y Manuel Clouthier, que será diputado federal por Sinaloa y que seguramente en el Congreso votará con Morena, partido que ahora, en el plano legislativo, debería comenzar a seducir a los miembros de otras bancadas… como a la divina Jackie Nava, campeona de box y arquitecta, por ejemplo.
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