domingo, 21 de junio de 2015

Amlofobia: nueva temporada

Por: Serapio Bedoya Arteaga . Polemón
Amlofobia: nueva temporada | ALACRANES

15 de junio 2015.- ¿Por qué la derecha se obstina en predicar cómo debe ser la izquierda? ¿Cuántas veces repitió Enrique Krauze que Cuauhtémoc Cárdenas tenía que ser líder de la “izquierda moderna”? ¿Cuántas veces más no dijo lo mismo acerca del subcomandante? ¿Por qué no usó tal fórmula para descalificar a Andrés Manuel López Obrador, sino que lo tachó sin más de “mesías tropical”, desempolvando por una etiqueta que la prensa controlada por Porfirio Díaz pegó a los dirigentes de la huelga de Cananea?
Hoy que Cuauhtémoc Cárdenas ya tiró la toalla para la derecha es un “demócrata”. Hoy que la Norcorea del Sureste Mexicano colabora con el Verde Ecologista y funge como uno más de los atractivos turísticos de Chiapas, la derecha ya no lo toca ni con el pétalo de un recuerdo. Hoy que el nuevo partido fundado por AMLO gana la ciudad de México y 33 curules en la Cámara de Diputados la derecha –desde el priísta de closet, Julio Hernández López hasta la panista Denise Dresser– ponen el grito en el cielo porque el máximo dirigente opositor del país declaró que las bodas gay y el derecho al aborto, para él, no son prioritarios.
¿Mintió? ¿Se pronunció en contra de estos avances históricos alcanzados a partir de que gobernó la capital del país? Durante la administración de AMLO –2000-2005– quedaron sentadas las bases de la agenda social que permitiría, durante el interinato de Rosario Robles, la legalización del aborto en el DF y, durante la gestión de Marcelo Ebrard, el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En la actualidad, el DF es la ciudad más gay del país. Las parejas de hombres se besan libremente en las calles y nadie se ofende o molesta. En menor escala, por temor a la violencia sexual que el morbo suscita en los machos alfa, las parejas de mujeres se conducen con mayor discreción y nadie se mete con ellas.
Jóvenes de todos los estados de nuestra mal llamada república llegan a la ciudad de México a interrumpir su embarazo en los nosocomios de la red hospitalaria del GDF, luchando muchas veces, contra las creencias religiosas personales de médicos que se niega a cumplir con su deber profesional.
Hombre participante en la marcha Gay que se realiza cada año  en la Ciudad de México. Foto: Sparta/Flickr
Hombre participante en la marcha Gay que se realiza cada año en la Ciudad de México. Foto: Sparta/Flickr
¿Y qué decir de los matrimonios unisex? En una de sus muy extrañas manifestaciones de humanismo, la Suprema Corte estableció la semana pasada que éstos son legales de pleno derecho en todo el país. ¿Qué tienen entonces de prioritarias estas exigencias satisfechas? En Facebook, al hacerse eco de la amlofobia, una joven anulista comentó así la satanizada declaración radiofónica: “Seguro está a favor de los feminicidios”.
Venimos saliendo de unas elecciones repugnantes. El Partido Verde, con el apoyo del PRI, de los gobernadores, especialmente de Manuel Velasco y Miguel Ángel Mancera, pero también de Televisa y TV Azteca, de Cinemex y Cinépolis, de un sinnúmero de empresarios y de la inmensa mayoría de los medios , violó una y mil veces cada una de las leyes electorales, pero las “autoridades” –el Instituto y el Tribunal– se limitaron a ponerle y quitarle, subirle y rebajarle, multas y más multas sin trascendencia.
Para ayudar al régimen y a la clase política de la que forma parte, Dresser llamó a anular el voto. Bloqueó a más de 64 mil seguidores de Tuiter que discreparon de ella, obligó a sus hijos a ponerse una camiseta que decía “Yo anulo mi voto” y terminó haciendo un ridículo clamoroso porque el voto nulo, de 5 por ciento que alcanzó en las intermedias de 2009 se contrajo a 4.7 en las de 2015.
Ah, pero como el gran vencedor moral de la contienda fue AMLO no ha dejado de roerle la yugular con motivo de sus prioridades, entre las cuales están la corrupción omnipresente, la falta de oportunidades para los jóvenes universitarios, el hambre, la pobreza, el saqueo del petróleo, la concesión de la tercera parte del territorio nacional a las empresas mineras y muchas otras calamidades.
La académica Denisse Dresser. Foto: Pablo H/Flickr
La académica Denisse Dresser. Foto: Pablo H/Flickr
En México once personas son desaparecidas cada 24 horas por agentes del gobierno y del crimen organizado. Las matanzas a cargo del Poder Ejecutivo a través de las fuerzas armadas eliminan personas sin distinguir entre delincuentes y “bajas colaterales”. Ayer, por ejemplo, la Marina atacó a un grupo de civiles, mató a seis adultos y dejó gravísimamente herido a un niño de 10 años.
Las investigaciones periodísticas sobre la desaparición de los 43 jóvenes de Ayotzinapa destruyen metódicamente la “verdad histriónica” del ex procurador Jesús Murillo Karam, propietario del flamante Partido Encuentro Social. Pero la derecha está obsesionada por descalificar a AMLO. ¿No dijo López Dóriga, hace un mes, que de buena tinta había sabido que ciertos empresarios querían suprimirlo? ¿No Jorge Germán Castañeda dijo que “había que pararlo” a toda costa? ¿No fue ésa la tarea conjunta de Fox, Calderón y los dueños de todo?
Vistas en retrospectiva, las exigencias de Enrique Krauze para que México tuviera una “izquierda moderna” las hizo suyas el PRD. Secuestrado por los discípulos de Rafael Aguilar Talamante (RAT), los chuchos votaron con el PRI la reforma educativa, la reforma laboral, la reforma fiscal (que nos subió los impuestos y acentuó la ruina de las zonas fronterizas) y se hicieron literalmente pendejos, caminando como caballos alrededor del Ángel de la Independencia, durante la privatización de Pemex.
Andrés Manuel López Obrador en un mitin en la Ciudad de México. Foto: Eneas de Troya/Flickr
Andrés Manuel López Obrador en un mitin en la Ciudad de México. Foto: Eneas de Troya/Flickr
Bien, pues esa izquierda “moderna”, como la quería Krauze y adora Dresser, se mantuvo como tercera fuerza política nacional gracias a sus alianzas con el PT, que perdió su registro, y al partido de Elba Esther Gordillo, una de las más vetustas exponentes del gangsterimo sindical. Sin esos flotadores el PRD se habría hundido pero, a partir de septiembre, votará con el PRI y con el PAN a favor de la privatización del agua, y la derecha empeñada en moldear a la izquierda no pondrá objeción alguna. En cambio, seguirán vigilando con lupa cada paso que den o dejen de dar Morena y AMLO.
Dresser es una panista de corazón y Julio Hernández, ex presidente del PRI en San Luis Potosí durante la época de Luis Donaldo Colosio, seguirá machacándonos que ante el fraude electoral de 2006 AMLO debió responder como Capriles en Venezuela, insistirá en que su ciclo ya caducó, y se mantendrá como ideólogo de los peñabots.
Que el país continúe hundido en la ilegalidad absoluta, eso no les quita el sueño. Al fin y al cabo pertenecen a la clase mejor acomodada, los horrores del neoliberalismo no los perjudican y harán todo lo que esté a su alcance para que nadie cambie mientras vivan.

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