Un informe de la PGR desmenuza las historias y organigramas de las mafias de Michoacán, entidad azotada por una creciente y demencial violencia. El reporte, elaborado con informes del Cisen y del Cenapi, menciona una peculiar junta ocurrida en 2007: en ella La Familia reunió a 14 alcaldes electos y les pasó la factura por el dinero que había inyectado a sus campañas. Muchos de esos personajes ahora tienen cargos en el gobierno estatal o están enquistados en los congresos local y federal. La conclusión es que quienes realmente controlan la política (y la economía) en aquella entidad tienen nombres: La Familia, Los Caballeros Templarios, La Resistencia, el Cártel Jalisco Nueva Generación…
Una reunión tuvo lugar en noviembre de 2007 en la Tierra Caliente de Michoacán: la organización criminal La Familia convocó a 14 alcaldes electos para el periodo 2008-2011 –muchos de ellos ahora ocupan cargos en el gobierno del priista Fausto Vallejo o son diputados locales o federales– y les cobró el apoyo económico brindado durante las campañas electorales.
Esto lo revela un informe inédito de la Procuraduría General de la República (PGR) sobre las mafias que operan en Michoacán, elaborado el año pasado a partir de investigaciones del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia, reportes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y declaraciones ministeriales, documentos a los cuales tuvo acceso este semanario.
Según el informe de la PGR, 11 de los alcaldes electos eran priistas: Armando Medina Torres, del municipio de Múgica; Román Nava Ortiz, de Carácuaro; Francisco Villa Guerrero, de Nocupétaro; Reynaldo Cortés Sandoval, de Tzitzio; Francisco Gómez Olivos, de Acuitzio; Salvador Bastida García, de Tacámbaro; Everardo Cruz García, de Turicato; Rodimiro Barrera Estrada, de Churumuco; Miroslava Meza Virrueta, del municipio de Gabriel Zamora; Fernando Salomón Rosales Reyes, de La Huacana, y Marcelo Ibarra Villa, de Madero.
También asistieron tres presidentes municipales electos no priistas: por Ario, Jorge Moreno Martínez, de la alianza PAN-PVEM; por Nuevo Urecho, el panista Francisco Estrada García, y por Tumbiscatío, Adán Tafolla Ortiz, de la alianza PAN-PRI-PVEM.
Proceso revisó el historial de los 14 alcaldes. De ellos sólo Medina Torres fue detenido en mayo de 2009 en el michoacanazo (el operativo federal que aprehendió a 11 ediles y a funcionarios del gobierno perredista, acusados de colaborar con el crimen organizado). En abril de 2011 fue liberado y desde 2012 forma parte del equipo del mandatario estatal Fausto Vallejo: es director de Relación con Organizaciones de la Secretaría de Gobierno.
De los 14 alcaldes mencionados en el documento uno murió: Ibarra Villa, ejecutado en 2008. Nava Ortiz, Villa Guerrero y Cortés Sandoval actualmente no tienen actividad política pública.
En 2012 Gómez Olivos rindió protesta como dirigente de la filial michoacana del Grupo Político del Estado de México y hace alarde (según la prensa local) de su amistad con Vallejo.
Bastida García ha tenido una carrera política ascendente: en abril de 2012 fue enlace municipal en Tacámbaro de la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto y en septiembre de ese año lo nombraron subdirector estatal del Trabajo.
De Cruz García se sabe que fue candidato a diputado local en 2011, pero perdió. Barrera Estrada corrió con mejor suerte, actualmente es diputado federal (su hermano Gildardo es alcalde de Churumuco).
En septiembre de 2011 la expresidenta municipal de Gabriel Zamora, Miroslava Meza, denunció haber sufrido varios intentos de extorsión de un grupo delictivo: “Me hablaban para exigirme dinero, pero les di pura madre y después de varias llamadas ya no me molestaron”, dijo a medios locales. En julio de 2012 fue electa diputada federal suplente.
Rosales Reyes y Moreno Martínez son ahora diputados locales plurinominales.
Durante el michoacanazo de mayo de 2009 se corrió el rumor de que Estrada García era uno de los detenidos, lo cual él mismo desmintió horas después. En enero de 2010 dimitió a la alcaldía por “motivos de salud”.
Génesis criminal
Las organizaciones criminales en Michoacán se desarrollaron en cinco etapas a partir de la segunda mitad de los noventa, según el informe de la PGR.
En la primera etapa Carlos Rosales Mendoza, El Tísico, cohesionó a pequeños grupos delictivos para operaciones regionales. En la segunda se alió con Cornelio Valencia, del Cártel de los Valencia o Cártel del Milenio, entonces dominante en el estado, con operaciones en Estados Unidos vía Nuevo Laredo, por lo cual tenía nexos con el Cártel del Golfo.
En 2002 se inició la tercera etapa. El Tísico se separó de Los Valencia y Cornelio fue detenido. Eso llevó a Rosales a aliarse con Osiel Cárdenas Guillén, líder del Cártel del Golfo. Con El Tísico estaban Dionisio Loya Plancarte, El Tío; Nicandro Barrera Medrano; José de Jesús Méndez Vargas, El Chango Méndez, y Nazario Moreno, El Chayo, cuya esposa, María Elena Loya, es sobrina de Loya Plancarte.
“La incorporación de Nazario Moreno González introdujo el elemento fundamentalista en la organización”, señala el documento.
La alianza con el Cártel del Golfo tenía como fin “expulsar de territorio michoacano a la organización de Los Valencia, la cual tenía entre sus principales actividades el cultivo de mariguana y amapola”.
En el documento se señala que El Chayo y El Chango Méndez operaban un grupo de seguridad al servicio del Cártel del Golfo, conocido como Los Doce Apóstoles –encabezado por Barrera Medrano–, antecedente de La Empresa, de donde surgió La Familia.
Detalla: en 2002 surgió La Empresa, formada por El Tísico, El Chango Méndez, El Tío, Barrera Medrano y El Chayo, además de Arnoldo Rueda Medina, La Minsa. “Sus integrantes se encontraban relacionados con delitos contra la salud y cometían en paralelo ilícitos coyunturales, como homicidios, extorsión, privaciones ilegales de la libertad en las modalidades de secuestro y levantón”, señala.
Cárdenas Guillén fue detenido en 2003. En el documento de la PGR se asegura que El Tísico era el candidato más viable para sustituirlo.
La cuarta etapa se inició con la detención del Tísico en octubre de 2004, cuando planeaba un asalto al penal de Almoloya para rescatar a Cárdenas.
“En 2006 se presentaron diferencias entre La Empresa y la organización Golfo-Zetas, posiblemente por desacuerdos en la repartición de plazas que Los Zetas tenían en su poder, por lo que la alianza de conveniencia se vio severamente afectada”, agrega el reporte.
La Empresa se independizó y dio pie a la nueva organización: La Familia. El documento afirma que su estructura “nace de un proyecto de concentración de negocios delictivos (robo de autotransportes, secuestro, trasiego de drogas y armas, etcétera) a escala local y regional en el estado de Michoacán”.
La primera “incursión de alto impacto” de esta organización ocurrió en septiembre de 2006 en Uruapan, cuando sicarios tiraron cinco cabezas en la pista de baile del club nocturno Sol y Sombra con un mensaje: “La Familia no mata por dinero, no asesina mujeres, no mata inocentes sólo muere quien debe morir, sépanlo toda la gente esto es justicia divina”.
En esa etapa se unió a la organización Servando Gómez Martínez, La Tuta, un profesor radicado en Apatzingán.
La quinta etapa ocurrió tras la ausencia del Chayo, quien supuestamente murió en un enfrentamiento con la Policía Federal en diciembre de 2009. “Aunque existen indicios de que ocurrió un poco antes, por diferencias entre Moreno González y Jesús Méndez Vargas”, indica el reporte de la PGR.
Los Caballeros Templarios se dieron a conocer el 10 de marzo de 2011 con mantas y volantes distribuidos en distintos municipios de Michoacán y Guerrero. En ellos comunicaban que a partir de esa fecha continuarían con las actividades “altruistas” que habían sido el estandarte de La Familia.
“Dicho grupo delictivo imita el fundamentalismo religioso evangélico que había empleado Moreno González para controlar a sus integrantes y proyectarse socialmente; asimismo, se rige a través del documento denominado Código de Los Caballeros Templarios de Michoacán”, indica el documento de la Procuraduría.
Pese a que el grupo delictivo ha manifestado brindar una supuesta protección a los michoacanos, “ha continuado con la línea operativa de sus antecesores: (…) ejecuciones, extorsiones y secuestros, así como el fomento a la incorporación de menores al mercado de las drogas”, afirma el documento.
Desde 2011 Los Caballeros Templarios mantienen una disputa con los remanentes de La Familia por dirigir a las bases, controlar los suministros para la producción de drogas sintéticas y el tráfico de droga hacia Estados Unidos.
“Tienen fuerte presencia en Michoacán y en menor medida en los estados de Guanajuato y Guerrero, ello a través de diversas actividades delincuenciales: extorsiones a empresarios y comerciantes; ejecuciones, detenciones y activación de movimientos sociales de apoyo para encarar a las fuerzas federales”. Se señala que también tienen presencia en el Estado de México, Jalisco, Baja California y Colima.
El enfrentamiento con Los Caballeros Templarios hizo que La Familia pactara primero una alianza con Los Zetas y recientemente con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), vertiente del Cártel de Sinaloa.
Según el documento, los grupos que hoy se disputan Michoacán son La Familia, Los Caballeros Templarios, La Resistencia y el CJNG.
El recrudecimiento de la violencia en la entidad deriva de que el CJNG comenzó a atacar a Los Caballeros Templarios en Tancítaro, Zinapécuaro y Lázaro Cárdenas, en un intento por desplazarlos.
Se afirma que “la fractura y detención del líder de La Familia también incidió en el desarrollo de las actividades de La Resistencia, la cual (…) estaba integrada por cuadros de El Golfo, La Familia y Milenio”. Se añade que ahora La Resistencia pactó una alianza con Los Zetas.
De acuerdo con la PGR, antes de la aprehensión del Chango Méndez (el 21 de junio de 2011), La Familia parecía llevar la delantera a Los Caballeros Templarios. “Ahora se percibe más sólida la organización” de éstos, se indica.
En el documento elaborado en 2012 se asegura que “mientras esta confrontación se mantenga, los índices de violencia y extorsión aumentarán, debido a que ambos bandos requerirán recursos para financiarse”.
Cooptación del Estado
Según los documentos consultados, La Familia “se ha caracterizado por establecer redes de protección institucional, principalmente elementos de la Policía Estatal a través de sobornos, presiones, amenazas e incluso agresiones físicas a elementos policiales para obligarlos a participar con ellos, con la finalidad de afianzarse en el control territorial y de todas las actividades delictivas en la zona, como mecanismo para socavar las estructuras institucionales y mantener su penetración en la sociedad”.
Se afirma que para penetrar las estructuras institucionales La Familia aplicó dos acciones. La primera “se orientaba inicialmente a cooptar a los secretarios o jefes de la Policía Municipal, como medio para disponer de una red que permitiera el libre tránsito y comisión impune de actividades delincuenciales o, en casos extremos, incluso a establecer mecanismos de seguridad paralelos a la institucional y cobros por ese servicio”.
La segunda “consistió en aspirar a controlar el poder municipal por varios mecanismos, principalmente la intimidación de las autoridades locales, y utilizaron desde extorsión hasta agresiones directas que provocaron la muerte de algunos regidores u otros integrantes de los cabildos”.
Se asegura que un antecedente de “los esquemas de cooptación” fue justamente la reunión de Tierra Caliente convocada por La Familia, en la que participaron los 14 alcaldes mencionados y a quienes se les pasó la factura por el dinero recibido en sus campañas electorales.
“Actualmente este grupo se ha convertido en una estructura delictiva que actúa como un Estado paralelo en gran parte del territorio michoacano y realiza, entre otras actividades: extorsión a empresas financieras, diversos ataques a corporaciones policiales y directamente hacia la figura de la autoridad, control de grupos delictivos menores (…) y desarrollo de proyectos comunitarios.”
Además de cooptar a la autoridad de Michoacán, La Familia y Los Caballeros Templarios necesitan tropa nueva. Ambas mafias tienen “una invitación abierta y permanente a cualquier ciudadano que desee pertenecer al grupo”. La mayor parte de los candidatos son jóvenes adictos, alcohólicos o sin hogar. Se les engaña inculcando primero “valores éticos y sociales a través del espíritu de sacrificio y el mesianismo”, y después se les obliga a delinquir.
“En febrero de 2010 se tuvo conocimiento de que La Familia había creado sus propias clínicas de rehabilitación de adictos en más de seis poblaciones localizadas en la costa de Michoacán y sus albergues llamados Gratitud, donde atraían a los drogadictos mediante programas religiosos. Una vez que dejaban las drogas se les encomendaba trabajar como narcotraficantes o de lo contrario serían asesinados”, afirma el documento.
“Los pacientes eran llevados a retiros donde recibían lecciones de moral; sin embargo, en la medida en que avanzaban en el tratamiento, esas prácticas se transformaban en sesiones de lavado de cerebro para futuros delincuentes”, se añade.
El reporte revela que Rafael Cedeño Hernández, El Cede, detenido en Morelia el 18 de abril de 2009 –era director del Centro de Rehabilitación de Alcoholismo y Drogadicción Gratitud y se le acusó de ser brazo derecho del Chayo–, presuntamente en 2008 “reclutó a más de 9 mil jóvenes, aunque no se sabe con exactitud cuántos de ellos procedieron de las clínicas de rehabilitación”.
La diferencia entre La Familia y Los Caballeros Templarios y otras organizaciones criminales es que aquellas inculcan a sus miembros supuestos preceptos evangelistas y de autoayuda. Nazario Moreno fungía como “líder espiritual, predicaba el derecho divino para eliminar a sus enemigos, llevaba una biblia de sus propios pensamientos o razonamientos”.
Recientemente se ha detectado que La Familia y Los Caballeros Templarios han comenzado a acudir a escuelas para cooptar estudiantes.
La Familia y Los Caballeros Templarios “han asentado su presencia en los municipios de Acuitzio, Aguililla, Angamacutiro, Álvaro Obregón, Apatzingán, Aquila, Ario de Rosales, Arteaga, Briseñas, Buenavista Tomatlán, Carácuaro, Charo, Churumuco, Coahuayana, Cuitzeo, Gabriel Zamora, Huandacareo, Huetamo, La Huacana, La Piedad, Lázaro Cárdenas, Maravatío, Madero, Morelia, Múgica, Nocupétaro, Nuevo Urecho, Parácuaro, Pátzcuaro, San Lucas, Tacámbaro, Taretán, Tzitzio, Tumbiscatío, Uruapan, Zamora, Zitácuaro”.
También en Puruándiro, Villa Morelos, José Sixto Verduzco, Panindícuaro, Penjamillo, Turicato, Nueva Italia, Tancítaro, Paracho, Nahuatzen, Cherán, Charapan y Tanhuato.
El CJNG tiene presencia en Tepalcatepec, Marcos Castellanos, Jiquilpan y Ecuandureo.
Es decir, el crimen organizado tiene presencia en al menos 54 de los 113 municipios de Michoacán. Pero el mismo documento señala que, según las declaraciones de Alberto López Barrón, El Gordo –detenido el 22 de julio de 2009 en Arteaga–, La Familia y Los Caballeros Templarios “tienen presencia en todas las plazas o municipios del estado”.
Se afirma que estas dos organizaciones participan también “en algunas otras conductas ilícitas, como extorsiones, cobro de derecho de piso, privación ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro, trata de personas, homicidios y levantones”, así como en la “venta de recursos naturales (minerales) explotados ilegalmente en la región sur del territorio michoacano”.
“Recientemente se tuvo conocimiento de que han incursionado en la trata de personas, particularmente en Zitácuaro (…) en donde a los estudiantes, en su intento de integrarlos a sus filas delincuenciales, los obligan a participar en diversas actividades ilícitas y a prostituirse.”
Quién es quién
El reporte de la PGR menciona a los presuntos líderes de la delincuencia organizada en Michoacán.
Tras la detención de Méndez Vargas quedaron al frente de La Familia sus hermanos Godofredo y Luis Antonio, en alianza con el CJNG.
“Difícilmente la organización de La Familia mantendrá la cohesión, en virtud de que los hermanos Méndez Vargas aún no maduraban su liderazgo”, se afirma.
Sus operadores en Morelia son Juan Manuel Rangel Chávez, El Chuky, y dos grupos conocidos como Los Champis y Brown Side Family. En Maravatío es Prócoro Martínez Martínez. En Tancítaro, Alonso Gerardo Guerrero Quezada; Leocadio Guerrero Quezada; Miguel Ángel Quezada, El Chino; y Ezequiel Esquivel, El Seco, del grupo Los Guerrero. En Puruándiro es El Pacas, líder de una célula que opera en Angamacutiro, Villa Morelos, José Sixto Verduzco, Panindícuaro y Penjamillo.
En Zitácuaro opera Enrique Montaudón Ortega, director de la Policía Municipal entre 2010 y 2011 y coordinador regional de la Policía Federal Preventiva en Jalisco en 2006. Fuentes michoacanas lo ubican como quien maneja a trasmano a la policía zitacuarense. El reporte oficial lo acusa de proporcionar “información a los integrantes de La Familia sobre operaciones en su contra”.
Respecto a Los Caballeros Templarios llama la atención que en todas las referencias a Nazario Moreno González el documento de la PGR siempre habla de “presunta muerte”. Esto significa que el gobierno federal no da por confirmado su deceso, como en su momento sí lo afirmó el gobierno de Calderón.
Según información publicada en los medios el 27 de noviembre de 2012, luego de un operativo en Apatzingán la Secretaría de la Defensa habría descubierto evidencias de que El Chayo está vivo.
Respecto a los actuales y visibles dirigentes de Los Caballeros Templarios se señala a Enrique Plancarte Solís, El Kike; La Tuta, y Nicandro Barrera Medrano, El Nica.
Un hermano del Nica, el perredista Salvador Barrera Medrano, es alcalde de Turicato, municipio no exento de violencia: el pasado 26 de octubre ahí hubo un enfrentamiento entre militares y un comando con saldo de dos civiles muertos y un soldado herido.
Como coordinadores operativos de Los Caballeros Templarios se menciona a José Luis Valencia Arzate, El Chuki; Saúl Soliz Soliz, exdirector de Seguridad Pública de Turicato y en 2009 candidato a diputado federal por el PVEM en Apatzingán (fue detenido en septiembre de 2011), y El Tío.
Se menciona a Samer José Servín Juárez como “responsable del suministro de armas” a Los Caballeros Templarios. A su hermano, Marco Antonio Servín Juárez, se le ubica como “operador financiero”.
Como jefes de plaza de la organización criminal se enlista a Juan Carlos Arreguín, “enlace con el Golfo”; Gregorio Abeja Linares, encargado de Huetamo (detenido en agosto de 2013); Julio Omar Tafolla Sánchez, Osito o Gori, jefe en Lázaro Cárdenas. A Pablo Magaña Serrato, La Morsa o El Señor Jack, se le señala como encargado de la plaza de Zitácuaro y se menciona a Alfredo Contreras Espinoza y a Gabriel Mejía Flores como sus operadores.
Ignacio Andrade Rentería, El Cenizo, es jefe de plaza en Uruapan y Nueva Italia. Silvestre Fernández Valencia, El Chivo, jefe de plaza en Tancítaro “y lugares aledaños”. Neri Salgado Harrison, El Yupo, jefe en Apatzingán (detenido en agosto de 2011); Alfredo Contreras Espinoza, El Mauri, jefe en Zitácuaro; Rafael Luis Carbajal, Baby, operador “administrativo” y Félix Pérez Avilés, “relaciones públicas”.
En Paracho se identifica a Rafael Godínez López como responsable de cobrar extorsiones y secuestros: “Tiene a su cargo el traslado de drogas y madera en los municipios de Nahuatzen, Cherán y Charapan”, se afirma. En Uruapan se señala a Gabriel o Gumildo Madrigal Fuentes como operador financiero, y en Tanhuato, Javier Guerrero Martínez es identificado como líder de una célula.
El Cártel de Sinaloa, aliado al CJNG, tiene presencia en Tepalcatepec por conducto de Juan José Farías, El Abuelo, y Uriel Farías Álvarez, El Paisa, alcalde en el periodo 2008-2011, “quienes de manera directa están vinculados con el grupo de Los Valencia-Milenio”, se afirma en el documento.
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