Mineros de Cananea colocan barricadas en el acceso al socavón, el 16 de abril de 2009, luego de que la Secretaría del Trabajo negó que el sindicato tuviera un amparo directo contra el laudo que dio por terminadas sus relaciones laborales con Mexicana de CananeaFoto : Ulises Gutiérrez
C
ananea en camino a pueblo fantasma. Paro patronal en los fundos mineros porque los trabajadores fueron a la huelga y los
concesionariosde Grupo México paralizaron la zona entera, dejaron morir de inanición al pueblo, a los descendientes de quienes hicieron estallar la huelga en el porfiriato que permitió a los patrones extranjeros traer mercenarios del otro lado y asesinar a los hombres de Sonora. Germán Larrea, el patrón del tercer milenio, usó esquiroles y la vida comercial de Cananea se hundió con las vidas de los mineros traicionados, marginados por los gobiernos de la transición democrática.
El sindicato ha ganado en tribunales, pero el líder Napoleón Gómez Urrutia sigue en Canadá, en el ostracismo. Los sindicatos de Canadá apoyan al dirigente laboral mexicano y en México nadie parece recordar a Esteban Baca Calderón, a sus compañeros abatidos por los pistoleros gringos. Si acaso, el corrido que canta las tristezas de
la cárcel de Cananea, donde yo fui procesado a causa de mi pobreza. Eso no cambió con la formidable labor de los constituyentes de 1917. Y las empresas mineras de Canadá recibieron vastas extensiones del territorio nacional como concesiones para fundos mineros. Las vueltas del tiempo. Con Vicente Fox se inauguró el gobierno de gerentes al servicio de la Patronal; Felipe Calderón vino también p’a servir al patrón.
El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, Juan Pablo Castañón, informó que en cuanto sea votado el régimen fiscal para 2014 empezarán una campaña para dar a conocer los nombres de los legisladores que hayan votado
a favor o en contra de la sociedad. Si el infantilismo democrático ya hubiera logrado privar del fuero a diputados y senadores, podrían los patroncitos exhibir en las plazas públicas a quienes hayan votado en favor de la reforma. De hinojos y atados a un cepo, diría Germán Larrea. Es la voz del amo: Grupo México, amenaza, dejará de invertir en México si el Congreso aprueba el nuevo impuesto de 7.5% a las regalías de la minería; se vería obligado, dice,
a redirigir nuestro programa de inversión de 5 mil 388 millones de dólares a países con mayor oportunidad de rendimiento a la inversión y donde exista un régimen fiscal estable que estimule el desarrollo de la industria.No se trata de capitales golondrinos,sino de criar cuervos...
Las empresas de Canadá, favorecidas por gobiernos al servicio del patrón, afirman en voz de Ronald Wilson, presidente del comité de minería de la Cámara de Comercio de Canadá, que se frenarían las inversiones en el sector si el Senado aprueba el impuesto de 7.5% a las utilidades operativas de las compañías mineras. ¿Adónde irán los patrones de aquí y los que vinieron del norte? Izquierda y derecha intercambiables de nuestro sistema plural coinciden en que las reformas hacendaria y fiscal de Enrique Peña Nieto son
tímidas, en el mejor de los casos. Y desde el fondo de los socavones o desde los montes deforestados, destrozados por la minería a cielo abierto, surge la voz de Ildefonso Guajardo, secretario de Economía:
México tiene que actualizarse, es el único país en el mundo que no cobra regalías al sector minero.
Ildefonso Guajardo, norteño emprendedor, lo más distante que puede haber de un radical de izquierda. Y no digo comunista porque vivimos después de la caída. Impera el capitalismo salvaje de los Urales a Kamchatka. Y sólo en el vecino imperio del norte acusan de
socialista, de
estatista, a veces de
comunista, a Barack Obama. Pero lo hace el coro del Tea Party,ultramontanos de Pedro el Ermitaño, criaturas de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, engendros de Barry Goldwater. Y Luis Videgaray es de la escuela y estilo de Pedro Aspe. No incluyeron en la iniciativa de reforma el impuesto de 10% a las utilidades en Bolsa, ni metieron mano al régimen de consolidación fiscal porque crean que
a largo plazo todos estaremos muertos, sino porque topamos con la terca realidad. Los grandes consorcios privilegiados por la consolidación pagan menos de la mitad de los gravámenes que pagan las micro, pequeñas y medianas empresas.
Los datos corresponden a un estudio del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana de Puebla. Poblana y jesuítica, ni a los admiradores de #YoSoy132 se les ocurriría que se trata de un ataque de infantilismo marxista: 95% de las empresas paga una tasa de 30% de ISR sobre sus utilidades, y los grandes consorcios 14.4%. Hay que
actualizarse. Ni modo, aunque el privilegio de la consolidación no desaparecerá del todo si los senadores se ponen de hinojos al oír la voz de su amo. Por ahora, en espera de regulación firme y efectiva, simplemente cambia de nombre:
Régimen Opcional para Grupos de Sociedades. De todas maneras, la realidad llevó a la decisión de cambiar el paradigma y proponer una política de economía contracíclica.
Y si a Enrique Peña Nieto no se le enredan las pitas al enfrentar el debate institucional y los choques de la política de barricadas callejeras, ya no tan simbólicas como las anticipaban los intelectuales inorgánicos, tendrá a la mano los instrumentos legales para cumplir sus propuestas: crecimiento económico, empleo, salud, educación y, sobre todo, abatir el hambre que padecen millones de mexicanos; no con políticas asistenciales, sino con una política social de Estado. Vale la pena recordar a Lula y su liderazgo, la forma en que enfrentó y silenció a los
amosde Brasil que aseguraban que ese obrero, ese maestro tornero, era
incapaz de gobernar un país paralizado por la pobreza, la burocracia y cierto desprecio por parte de la comunidad internacional(Jesús Ruiz Mantilla, entrevista a Lula enEl País Semanal del 20 de octubre de 2013.) Ni una palabra sobre Petrobras y nuestro bizantino debate en torno a la empresa de un país que nunca nacionalizó el petróleo.
De política y de quien pudo romper
el umbral de la pobreza para 40 millones de sus compatriotas y conseguir años de crecimiento sostenible, alto y continuado. No elude Lula el conflicto de los jóvenes que tomaron las calles para protestar contra el gobierno de Dilma Rousseff:
Esas protestas son sanas. Un pueblo hambriento no tiene predisposición para la lucha. Cuando 40 millones de personas han accedido a la clase media, cuando en 2007 existían 48 millones que podían viajar en avión y en 2013 esa cifra ha ascendido a 103 millones; un país que era la décima economía del mundo y que en 2016 será la quinta, ha producido una sociedad que quiere más, es normal. La sociedad ha descubierto que sí es posible. Tenemos que enaltecer la participación democrática y no permitir que los jóvenes renieguen de la política, porque cuando ocurre esto lo que viene es el fascismo.
O el caos anarquizante en el que alzan la voz los amos y la clase política enana escucha y obedece; olvida a quién representa, de dónde viene y adónde va. En las últimas tres décadas, recuerda Lula,
la economía empezó a determinar el rumbo de los gobiernos y no al revés.Hay que fijar el rumbo del cambio, porque entre el fango de los desastres naturales aflora la corrupción que trastoca el federalismo en feudalismo caciquil.
Mujeres oaxaqueñas a las que dejan parir en el suelo frente a la clínica. Un jornalero agrícola al que dejan morir a las puertas del hospital general de Guaymas. Y los cadáveres abandonados en el socavón de Pasta de Conchos. Muchas cuentas pendientes, señoritingos de la soberbia.
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