SALTILLO, Coah., (proceso.com.mx).- El supervisor de la empresa Minera del Norte, Guadalupe Ayala Fraire, y el operario Gerardo Hernández Corona fallecieron en uno más de los perenes accidentes que se registran en la región carbonífera, informó a Apro un portavoz de la organización Familia Pasta de Conchos.
El pasado lunes la empresa minera informó que existían “nulas expectativas de rescatar con vida a dos trabajadores que laboraban en el interior”, después de que se propagó un incendio en el centro laboral el pasado domingo.
“Minera del Norte ya confirmó los decesos”, comentó Cristina Auerbach, representante de la organización integrada por familias víctimas de las constantes tragedias mineras.
En el año que ocurrió la tragedia de la mina Pasta de Conchos sumaron un total de 77 fallecimientos, corroboró Cristina Auerbach; desde esa fecha hasta la actualidad han muerto más de 100 trabajadores en percances de la industria minera.
La organización Pasta de Conchos tiene registrado que la mayoría de esos accidentes ocurrieron en minas irregulares conocidos como “Pocitos”, que en promedio pagan 50 mil pesos como indemnización a las familias.
Proceso exhibió en un reportaje escrito por el periodista Arturo Rodríguez ( número 1842) las nulas medidas de seguridad, lo que causa constantes muertes, la violación de derechos laborales, ausencia de seguridad social, explotación de menores e impunidad de los empresarios mineros, quienes son protegidos por los gobiernos federal y estatal.
La minería del carbón en México es una zona de desastre: accidentes recurrentes con resultados fatales, y “una cínica ausencia de responsabilidad de los empresarios mineros”, escribió Rodríguez sobre las tragedias mineras.
Cristina Auerbach destacó que desde la tragedia ocurrida en Pasta de Conchos emergió el nivel de corrupción, negligencia y dolo con el que opera la industria minera de la Región Carbonífera del norte de Coahuila.
Subrayó que en esa, y en la mayoría de las tragedias posteriores, ninguno de los responsables está condenado por la muerte de los mineros.
La representante de la Organización Pasta de Conchos señaló la escaza regulación y vigilancia que mantenía la Secretaría del Trabajo federal en la zona se suma la corrupción de los inspectores.
Mencionó que recientemente se han despedido a varios inspectores federales y se realiza un tibio esfuerzo por regular y acabar con la impunidad con la que operan algunas minas irregulares.
Condenó que todas las investigaciones que ha realizado las autoridades estatales sobre los accidentes mineros se encuentren olvidadas en los archivos.
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