lunes, 29 de abril de 2013

SSP Producciones


Todo comenzó el 9 de mayo de 2011 y hubo millones de testigos. Magda, haciéndose pasar por una joven y atractiva viuda, logró cruzar increíblemente los filtros de seguridad integrados por dos o tres hombres malencarados y robustos, hasta llegar a lo alto de un moderno edificio de Santa Fe.

De buen porte, elegante y conservador, Magda se coló a la oficina de quien bien podría ser el presidente de un corporativo. En cuestión de segundos, hablaba de negocios con el atildado hombre. Él, Juan Antonio, al que llamaban El Míster, podría ayudarle quizá a lavar 90 millones de dólares, dijo ella y le confesó ser “muy bruta para el dinero”, mientras jugueteaba con la pata de sus lentes oscuros.

Mientras, Santiago y Mateo, en su papel de técnicos de una empresa telefónica, habían logrado subir al piso y, tonteando por aquí y por allá, con la mirada de más de media docena de guardaespaldas sobre ellos, trataban de estar pendientes de lo que ocurría al fondo del corredor.

Magda arrancaba con el escarceo comercial cuando su abogado Fermín salió, presuroso, del elevador. Bastó que dijera que iba con ella para que, tras un leve forcejeo con un par de hombretones, le permitieran incorporarse a la reunión.

En un instante, y ante la mirada perpleja de guardaespaldas y el propio lavador, Magda, Santiago, Mateo y
Fermín sacaron sus escuadras y apuntaron hacia los hombres de seguridad. Se escucharon un par de detonaciones y dos delincuentes cayeron abatidos.

En unos cuantos segundos, los agentes encubiertos ejecutaron un operativo limpio y lograron arrestar al
buscadísimo lavador de dinero. Concluyó lo que había comenzado a las 10 de la noche del 9 de mayo de 2011. Hubo millones de testigos y todos lo vieron por el canal 2 de Televisa.

* * *

La escena fue el momento culminante del primero de los 15 capítulos de la serie El Equipo, parte de
una campaña publicitaria que la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) pactó con Televisa desde 2010
para intentar revertir la negativa imagen pública de los policías federales y por la cual la institución pagó 118
millones de pesos.

Eso es todo lo que se conoció públicamente cuando en julio de 2011 la SPP respondió, a regañadientes, a
una petición de acceso a la información, pero lo hizo de manera parcial. Se negó a entregar lo que, argumentó falsamente, eran documentos inexistentes y hoy, un año y nueve meses después, han sido entregados a emeequis como parte de uno de los 19 expedientes de quejas presentados en la Secretaría de la Función Pública en contra de Genaro García Luna, entonces titular de la SPP.

En 89 oficios dirigidos en su mayoría al entonces comisionado de la Policía Federal, Facundo Rosas Rosas,
se documenta que la SSP no sólo autorizó a la televisora a grabar en sus instalaciones, sino que también puso a toda la dependencia prácticamente a sus órdenes y giró instrucciones para que tuviera acceso a áreas sensibles, como las “Salas de Mando y de Crisis” del Centro Nacional de Inteligencia.

A la Policía Federal le ordenó aleccionar y capacitar a los actores que participaron en la serie de televisión y
a decenas de agentes de cuerpos de élite se les instruyó a que respondieran a los llamados de la producción y que la hicieran, en los hechos, de extras.

Además, por órdenes de Facundo Rosas Rosas, se prestaron patrullas, vehículos blindados y rinocerontes,
helicópteros Black Hawk, ambulancias, uniformes tácticos, bombas de humo, herramienta para la apertura
de puertas y ventanas; escudos balísticos y blindados; caretas antibalas, así como cámaras de fibra óptica y de espionaje, para que en cada una de los capítulos se encargaran de enaltecer la labor de la Policía Federal.

Así, mientras la SSP le autorizaba a Televisa utilizar a 275 policías y a 78 elementos especiales del llamado
Grupo de Operaciones Especiales (Gopes) para que sirvieran de actores o extras en las filmaciones de la serie, en el país le pedían al gobierno federal refuerzos policiacos para hacer frente al crimen organizado.


El mismo día que iniciaba la serie, Jaime Rodríguez Calderón, alcalde de García, Nuevo León, se decía preocupado porque, a pesar de que los municipios no estaban preparados para enfrentar a la delincuencia organizada y encaraban serias limitaciones económicas, el gobierno federal les aportaba pocos recursos.
“Los alcaldes tenemos limitaciones reales para combatir la delincuencia organizada porque no estábamos
preparados para ello. La mayoría de los alcaldes no tenemos recursos, armas, protección, estamos con policías mal preparados”, se quejaba.

El alcalde, que en ese entonces había sobrevivido ya a tres atentados y al inicio de su gestión había dado de baja a 90 por ciento de sus policías porque estaban coludidos con los narcos, pedía recursos para equiparse mejor y contar con elementos más preparados.

No era el único que realizaba esta petición a Felipe Calderón. En Zacatecas, el gobernador Miguel Alonso Reyes solicitaba ese mismo día más policías federales para proteger las vías del estado. “Tenemos poca presencia de la Policía Federal; no sé de otros casos, pero nosotros hemos solicitado reiteradamente
más presencia federal para cuidar las carreteras”, se lamentaba.

* * *

Ahí están los datos. Televisa cobró 118 millones 166 mil pesos del gobierno por los “servicios de preproducción, producción, postproducción y difusión en televisión abierta con cobertura nacional de la campaña contingente denominada Policía Federal: héroes anónimos”, y como parte de los cuales se filmaron 15 capítulos de 25 minutos de contenido cada uno, transmitidos en horario estelar en el canal 2, el de mayor audiencia de la televisora.

No fueron los únicos ingresos para la empresa por El Equipo. Luego, en el contrato modificatorio, firmado el
2 de mayo de 2011, se estableció que la televisora tendría derecho a comercializar los cinco minutos de cortes de cada capítulo: “El prestador de servicio tendrá la facultad de comercializar la totalidad de los minutos de tiempo aire de los cortes comerciales que se transmitan durante cada episodio de la serie”.

Si se toma en cuenta que un anuncio de 20 segundos en horario estelar cuesta en promedio 278 mil pesos,
por comercializar los 75 minutos de los 15 capítulos de la serie, Televisa habría obtenido, además del dinero
público, otros 62 millones 550 mil pesos.

* * *

En las imágenes para promover la serie se apreciaa los actores Zuria Vega, Alfonso Herrera, Alberto
Estrella y Fabián Robles –enfundados en los uniformes tácticos de la Policía Federal– correr, mostrar
buena forma atlética y una actitud retadora y triunfalista.

En apenas 35 segundos se muestran imágenes de la Policía Federal en acción: elementos a bordo de los apabullantes “rinocerontes” color azul marino, helicópteros que realizan sobrevuelos y agentes uniformados, con cascos y escudos, que irrumpen en una casa.

La colaboración de la Secretaría de Seguridad Pública fue amplia y abierta. Por ejemplo, en tres ocasiones
se pusieron a disposición de los productores siete camionetas pick up de la Policía Federal; en otras cinco,
una cámara de espionaje; y en al menos 20 días distintos les prestaron entre dos y cuatro patrullas CRP pick
up o charger, radiopatrullas con blindaje en las puertas y equipo de comunicación y sistemas de torretas.

La producción a cargo de Pedro Torres solicitó tres “rinocerontes”, vehículos con un peso de hasta siete
toneladas, diseñados con un blindaje especial de ocho grados, que no puede ser traspasado por armas de alto calibre, como el fusil Barret de 50 milímetros.

La lista de requerimientos incluyó más vehículos blindados, equipo abre puertas, 110 bombas de humo negro, tres ambulancias y tres patrullas de la Policía Federal, herramienta especializada para apertura de
ventanas, cerraduras y puertas; escudos balísticos y blindados, caretas antibalas, así como cámaras de fibra
óptica y de pelota.

No hubo límites: con el propósito de infundir realismo a la serie, la SSP accedió a prestar en cuatro fechas distintas unidades Black Hawk, helicópteros donados por el gobierno de Estados Unidos como parte de la Iniciativa Mérida, cada uno de los cuales tiene un costo aproximado de 20 millones de dólares.

El 22 de febrero de 2011 se acordó poner a disposición de la televisora cuatro helicópteros Black Hawk para las grabaciones que tendrían lugar el 3 de marzo siguiente, con un horario de 8:00 a 11:00 horas, para que “las aeronaves realicen ascensos y descensos, sobrevuelo y formaciones y la realización de la práctica de descenso de cuerda”, según se lee en el contrato.

Para la grabación programada para el 11 de marzo de 2011, se solicitaron dos patrullas CRP tipo charger, cuya utilización era central en una escena de alto impacto: “No omito comentar que con respecto a las unidades policiales una será utilizada para chocar de frente contra tambos de plástico denominados trafitambos, sin riesgo alguno; la otra patrulla uno de los actores pasará brincando sobre el cofre y cajuela, evitando daños (sic)”. Todo, material y equipo, todo fue autorizado sin contratiempos.

Desde un principio, en un oficio firmado el 27 de enero de 2011, María Luisa Olivas, entonces directora de
Prevención del Delito y Participación Ciudadana de la SSP, le solicitó al comisionado de la Policía Federal,
Facundo Rosas Rosas –nombrado hace unos días secretario de Seguridad Pública en Puebla– su apoyo
para proporcionar a los actores de la televisora los uniformes que utilizarían en la grabación de la serie:
“Me dirijo a usted para solicitar su anuencia, a efecto de que la División de Fuerzas Federales esté en condiciones de proporcionar uniformes tácticos completos, así como accesorios y chamarras, los cuales
serán utilizados durante los periodos de grabación de los próximos meses”.

En total se solicitaban 27 chamarras, 27 chalecos, 28 pares de botas y 27 uniformes tácticos con su
respectivas fornituras, casco, gorra, gogles, guantes, pasamontañas, coderas, rodilleras y careta.

* * *

Como una granizada bestial, los rayos del sol de ese domingo 8 de mayo de 2011 atacaban inmisericordemente el sombrero tipo Indiana Jones y el chaleco de algodón color caqui de Javier Sicilia. Parado en la plaza del Zócalo, el poeta gritaba sin gritar:

“Si hemos caminado y hemos llegado así, en silencio, es porque nuestro dolor es tan grande y tan profundo,
y el horror del que proviene tan inmenso, que ya no tienen palabras con qué decirse. Es también porque a través de ese silencio nos decimos, y les decimos a quienes tienen la responsabilidad de la seguridad de este país, que no queremos un muerto más a causa de esta confusión creciente que sólo busca asfixiarnos”.

La marcha del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad colocaba en lo más alto de la escena pública
la demanda creciente. Javier Sicilia era el conducto para comunicarla:

“Quiero pedir la renuncia del secretario de Seguridad Pública. Queremos oír un mensaje del Presidente de la
República con esa renuncia diciendo que sí nos oyó”, dijo el activista ante un Zócalo lleno.


A su petición, la gente respondió: “¡Fuera Calderón!”, “¡Muera Calderón!”. “Que no muera, no queremos más muertos, no más odio. Pedimos la renuncia (de Genaro García Luna) para evitar más violencia“, replicó Sicilia.

Ni Felipe Calderón ni García Luna escucharon. Por el contrario, respondieron un día después con el estreno
de El Equipo.

Desde un inicio, la serie provocó polémica porque, justo cuando cientos de miles, quizá millones, de mexicanos exigían dar un giro a la política de combate al narcotráfico para evitar el baño diario de sangre,
la SPP atacaba con un programa propagandístico que buscaba enaltecer el criticado trabajo de la Policía Federal.

La sinopsis difundida en la página de Televisa la describía como “una serie sobre el valor, el esfuerzo y el
amor de un equipo de hombres y mujeres, policías federales, que cada día arriesgan su vida para proteger la
nuestra. Ellos luchan, se sacrifican y se entregan por un compromiso: que el bien siempre derrote al mal”.

Las críticas se hicieron más agudas un par de meses después. El 13 de julio de 2011, la periodista Lilia Saúl
Rodríguez difundió el contrato firmado con Televisa para la grabación de la serie. Se sabría entonces que la
Secretaría tenía una partida destinada para este fin y que las filmaciones se realizaron en las instalaciones de
la dependencia.

Sin embargo, la periodista no pudo conseguir acceso al anexo único –marcado como “confidencial”– ni a cada uno de los oficios por medio de los cuales diversos funcionarios de la SSP autorizaron el uso de armas, elementos, helicópteros y uniformes.

La SPP hizo público sólo un documento: un oficio mediante el cual se solicitaba al comisionado de la Policía
Federal su autorización para que personal de Televisa pudiera ingresar a las instalaciones de la Secretaría
de Seguridad.

Así que el 15 de septiembre de 2011 el Instituto Federal de Acceso a la Información (Ifai) ordenó a la dependencia entregar todos los oficios existentes. El instituto argumentaba que si había un permiso, debería
haber otros relativos al uso de armas, vehículos, policías y demás equipo. La SPP mintió y dijo que no existían.

Quien sí pudo tener acceso a la documentación completa fue la Secretaría de la Función Pública, cuyos funcionaron desahogaron una queja presentada por la diputada perredista Leticia Quezada en contra de
Genaro García Luna, a quien acusó de desviar recursos públicos, humanos y materiales, para la grabación de El Equipo.

Aunque no quiso dar detalles de la investigación, el entonces titular de la Función Pública, Salvador Vega
Casillas, reconoció que sí se habían utilizado helicópteros, armas, elementos de la Policía Federal y hasta instalaciones oficiales para las filmaciones, pero concluyó que no hubo ninguna irregularidad en la realización de esta serie porque así lo establecía el contrato.

Aunque se desestimó la denuncia –de la cual emeequis obtuvo una copia a través de una solicitud de
acceso a la información–, los anexos de ésta incluyen cada uno de los oficios que la Secretaría de Seguridad
Pública nunca quiso entregar.

* * *

En el estudio, sentados en un amplio sillón, los actores Zuria Vega, Alfonso Herrera, Alberto Estrella y Fabián Robles lucen guapos, sonrientes y bien peinados. A su lado, el productor Pedro Torres –recordado por haber traído a México el reality show Big Brother– le cuenta a Andrea Legarreta de qué trataría la serie.

–¿Qué es El Equipo? –pregunta la conductora durante el programa matutino Hoy.
–El Equipo es una serie dramática, con suspenso, acción y mucho amor, y que habla de estos policías
federales que están dispuestos íntegramente a dar la vida –detalla con entusiasmo.

Armando Araiza, otro de los conductores del programa, le pregunta a Zuria Vega qué le llamó la atención
del proyecto, a lo que ésta responde que fue un reto conocer el mundo policiaco, por lo que se tuvieron
que entrenarse físicamente.

–¿De qué manera reciben el apoyo de la Policía Federal? –pregunta Legarreta a Pedro Torres.
–Tuvimos para ello un entrenamiento especial. Conocimos casos reales con los cuales queríamos
identificar a los personajes, y descubrimos ahí seres humanos de carne y hueso que, al igual que en muchas
profesiones, salen de trabajar y tienen que enfrentar lo cotidiano de cualquier familia.

El productor no mentía. La ayuda de la SSP a Televisa fue tan amplia que personal especializado de la
dependencia se encargó de impartirles una plática y programó sesiones de adiestramiento para los actores
y el personal de reparto.

El 18 de enero de 2011 se le pidió al entonces comisionado general de la Policía Federal, Rafael Aviléz,
realizar estas capacitaciones con el objetivo de que los actores conocieran el trabajo y la actuación real de un policía federal durante los operativos.

“Con el objetivo de dar a conocer a la ciudadanía el trabajo que realiza la Policía Federal en su combate
frontal al crimen organizado, la Secretaría de Seguridad Pública en coordinación con Televisa iniciará la filmación de una serie de televisión, por lo que solicito su apoyo”, se lee en el oficio que le fue dirigido para solicitarle la impartición de la plática y el adiestramiento.

Se le propone que las sesiones se realicen los días 20 y 21 de enero a partir de las 12:00 y se incluye una lista de las ocho personas que participarían en ellas.

En una de esas u otras sesiones de adiestramiento Zuria Vega aprendió a disparar, tal y como lo contó en una entrevista con Carlos Loret de Mola en Primero Noticias.

–¿Te enseñaron a disparar y a moverte como policía? –pregunta el conductor.
–Sí, a eso me refiero con que era un mundo desconocido. Yo nunca había agarrado un arma, la primera vez que disparé temblaba, estaba muy nerviosa –comentó la joven actriz.

Los actores se entrenaron y grabaron con facilidad. Según consta en los oficios, antes de que llegaran a filmar ya tenían autorizadas las áreas que emplearían y los estacionamientos para sus unidades.

Por ejemplo, a las instalaciones de la SSP ubicadas en avenida Constituyentes se autorizó el ingreso de 12
actores, 94 personas de producción y 15 autos de producción, mientras que en las instalaciones de Iztapalapa se tramitó el ingreso para nueve actores, 97 personas de producción y 15 vehículos de producción.

* * *

Una de las escenas culminantes del capítulo 13 de El Equipo es la del funeral del jefe “Zigma”, interpretado por el actor Roberto Blandón, quien muere a manos de unos delincuentes cuando –después de pedir a sus escoltas que se retiren– ingresa a su casa, donde es abatido a tiros. Zigma es descrito como un policía honesto, entregado a su trabajo y siempre fiel a su vocación de servicio.

No es el único policía intachable que sale en la serie. En los 15 capítulos aparecen elementos bien entrenados y organizados, que realizan trabajo de inteligencia previo a sus operativos. Una imagen muy distinta de la que prevalece en la opinión pública.

–¿Así son los integrantes de la Policía Federal? –pregunta Loret de Mola a Pedro Torres, productor de la
serie, en una visita que realizó al estudio de Primero Noticias.
–Hay muchos de ellos. Fíjate que tuvimos la oportunidad de estar dentro de las instalaciones con ellos y es
increíble la profesionalización y la cantidad de jóvenes que están en la policía preparándose para dar una buena lucha.
–Normalmente el estereotipo del policía es un policía corrupto, malo, mal entrenado, mal capacitado, coludido, hasta físicamente descuidado… esto viene a romper con el estereotipo, y no son inventos: es que
así está la mayoría de la policía del país. ¿Esto dónde viene a encajarse? –insiste el conductor.
–Mira, en realidad estuvimos dentro de las instalaciones y vimos que hay una serie de jóvenes que han decidido dar la vida, hay cada vez más gente que está ingresando a esta Policía Federal de manera
voluntaria, con ganas de hacer algo mejor. Gente muy preparada –destaca Torres.

Ese era precisamente el objetivo del programa televisivo. En el anexo confidencial del contrato se
explica que la serie era parte de la campaña contingente denominada “Policía Federal: héroes anónimos”,
autorizada por la Dirección General de Normatividad de Comunicación de la Subsecretaría de
Normatividad de Medios de la Segob.

Su objetivo era intensificar la estrategia de reclutamiento a través de la difusión en televisión de las
capacidades y fortalezas de la Policía Federal. Para ello se daría a conocer “la infraestructura
tecnológica y de inteligencia, así como el equipamiento de alto nivel con que cuentan los elementos
federales, la capacitación y especialización que reciben para el desempeño de sus funciones (vertiente
operativa, de inteligencia policial y de investigación científica), así como los valores inculcados por
dicha institución, los cuales complementan su desarrollo humano y profesional”.

Para ello, la Secretaría proporcionaría a Televisa información relacionada con el Plan Nacional de
Desarrollo, así como de los programas Sectorial y Nacional de Seguridad Pública.

El punto 10 del Anexo Único establece que durante la preproducción se permitiría al personal de la televisora revisar información, como comunicados, discursos y boletines de prensa, y durante la producción podrían utilizar “instalaciones y espacios reales como locaciones”.

Además, se autorizaría la participación de “personal especializado”, lo cual se cumplió al pie de la letra. En
al menos 21 ocasiones, la producción solicitó a entre siete y 40 policías federales para las grabaciones, y en
otras ocho ocasiones requirió hasta 20 agentes del “Grupo Geo”.

En realidad se referían al Grupo de Operaciones Especiales (Gopes), conformado por 87 elementos, divididos en células de ocho a 12 integrantes, capacitados por grupos como Gafes –de la Sedena–, Grupo GEO –de la Policía Nacional de España–, Grupo Élite –de la Policía Nacional de Colombia–, Grupo Raid –de la Policía Nacional de Francia– y los Federal Air Marshals –de Estados Unidos–.

El Gopes no es un grupo cualquiera: tiene como misión participar en la liberación de personas secuestradas,
en operativos para detener a delincuentes de alta peligrosidad, en acciones contra el narcotráfico, terrorismo
y combate a la delincuencia organizada, y sus miembros son especialistas en la desactivación de artefactos
explosivos.

Ellos, al igual que los policías federales, tuvieron una participación muy activa: se les pedía acudir “completamente uniformados y armados”, en horarios de grabación que podían ir desde las seis y media de la mañana hasta las 10 de la noche.

El 24 de febrero de 2011, por ejemplo, se le solicitó a Facundo Rosas que enviará a ocho elementos del grupo Gopes (“perfectamente uniformados para operativo”) a la locación ubicada en Autopista Circuito Exterior Mexiquense. “El llamado de grabación para la Policía Federal es (en) un horario de 7:00 a 19:00 horas”, se le instruía.

El 18 de febrero de 2011 se solicitaron policías federales para que mostraran sus destrezas. “Se requieren
10 policías federales, tres de ellos realizarán técnicas de rapel para descender del techo de una casa, arneses, cuerdas y equipo requerido para el descenso, así como dos patrullas CRP tipo pick up”.

Para la grabación del 10 de febrero, el llamado para la Policía Federal fue a las 10 de la mañana y para el
desarrollo de las escenas se requería contar con la participación de siete elementos de los Gopes, eso sí, con
su uniforme operativo completo.

Los policías federales no sólo acudieron a las filmaciones en la sede de la institución, también lo hicieron en Puerto Vallarta, Jalisco. Para las escenas que grabarían los días 30 y 31 de marzo, Televisa requirió la participación de 20 elementos de fuerzas federales (uniformados y armados).

* * *

Roberto Blandón, quien interpretó en la serie al comandante Sigfrido Martínez, se emocionó cuando contó que estuvo en el Centro de Inteligencia de la Policía Federal.

“Estuvimos en el búnker de la Policía Federal, ese que se ubica en Constituyentes, y vimos el muro donde
están escritos los nombres de los policías caídos durante operativos. Eso definitivamente te cambia
cualquier opinión negativa que puedas tener de la policía”, compartió en una entrevista realizada en mayo
de 2011.

Blandón no mentía. La producción de la serie se realizó en el complejo de Constituyentes, donde se grabó
en el Centro de Inteligencia, la Sala Nacional de Mando, así como en pasillos y jardines.

El viernes 15 de abril utilizaron el Centro de Mando en Iztapalapa. Otras filmaciones fueron programadas
en el edificio de la Policía Científica (estacionamiento exterior), en el edificio de Análisis Táctico (interior,
planta alta) y en la Sala Nacional de Crisis o Sala de Consejo.

Ahí, el personal, transporte y equipo de Televisa (planta móvil y cámaras) ingresaban “por el acceso de
fuerzas federales” y se les permitía estacionar sus unidades. Televisa proponía y en cuestión de días la SSP elaboraba y enviaba oficios que pasaban por la oficina del comisionado de la Policía Federal, para que los actores y personal de producción pudieran disponer con facilidad de las instalaciones.

* * *

El 27 de mayo de 2011 la serie llegó a su fin. En el último capítulo, los agentes Santiago y Mateo lideran un operativo para capturar al líder del Cartel del Norte, Elías Valenzuela, alias El Vale, que llegaría a una residencia en busca de uno de sus socios. Para lograr su aprehensión, los policías cuentan con la ayuda de otras dos agentes que juegan el rol de prostitutas.

Una vez que el narcotraficante arriba, Mateo, que finge ser uno de los hombres de seguridad del socio
de El Vale, tiene una pequeña discusión con el narcotraficante, quien termina encañonándolo con su
pistola.

Desde el Centro de Mando, Fermín les da la orden para que procedan. Entonces Santiago –escondido en
el baño de la recámara donde esperan las dos agentes encubiertas–, sale a ayudar a su amigo. Al mismo tiempo las policías se levantan del sillón y apuntan su arma hacia la cabeza de El Vale. Se escuchan unos cuantos disparos y la escena termina.

En un siguiente bloque se observa un funeral: Santiago y Mateo son despedidos con honores por sus superiores, amigos y familiares. Sin embargo, en la siguiente escena, en los últimos dos minutos de la serie, el final da un vuelco.

Magda y Fermín llegan a una casa. Adentro, completamente ilesos, descansan Mateo y Santiago.
–¿Estuvo triste? –pregunta el primero.
–Muy triste –contesta Magda.
–Pues esperemos que valga la pena –dice Fermín vestido aún con la ropa que usó para el funeral.
–Tenemos que hacer que valga la pena. Hay que llegar hasta arriba, tenemos que aniquilar al monstruo… ¡A
trabajar! –exclama Santiago.

* * *

El viernes 27 de mayo por la noche llegaban a su fin las aventuras de los policías de El Equipo. Pero unas horas antes, en un jardín de niños de la colonia La Estancia, en Monterrey, Nuevo León, la maestra Martha Ivette Rivera Alanís vivía una realidad distinta: protegía a sus alumnos de una balacera a las afueras de la escuela.


Con un tono tranquilo, les pedía a sus alumnos que se colocaran en el piso.
–No nos pasa nada corazón, nada más pongan su carita en el piso.
Afuera, las ráfagas de una balacera rompían el aire.
–No pasa nada, aquí no nos va a pasar nada, nada más no me levanten la cabeza, por favor –repetía la
profesora a sus alumnos, que obedecían colocándose en el piso del salón de clases.

Las ráfagas continuaban, sin tregua. La maestra seguía tratando de mantener entretenidos y en calma a sus pequeños alumnos. Ahora les pedía cantar: “Si las gotas de lluvia fueran de chocolate…”.

Luego se sabría que esa noche los integrantes de El Equipo festejarían con todas las de la ley. Y, en internet primero y luego en televisión, se seguirían escuchando el canto de los niños y la maestra. “Si las gotas de lluvia fueran de chocolate…”.

Investigación publicada en Revista Emeequis


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