Publicado por Robert Galarga
Elementos de la Policía Federal destacamentados en Michoacán, podrían convocar a todo el personal operativo del país, para manifestarse y exigir lo que ya se han ganado, que es el bono de operatividad por riesgo de trabajo, según lo dieron a conocer a este medio.
El jueves anterior, algunos de los agentes federales que se encuentran destacamentados en Michoacán, denunciaron públicamente, que son obligados por sus mandos, a trabajar hasta 18 horas diarias, sin depositarles viáticos para alimentos, y en caso de que se quejen o pidan un descanso, los amenazan con mandarlos a la ciudad de México para que les practiquen los exámenes de confianza.
También dijeron que anteriormente les depositaban un bono como riesgo de trabajo pero, desde hace dos meses dejaron de recibirlo y ello ha causado indignación entre los policías que, han roto el silencio y ahora amagan con convocar a un paro de labores a nivel nacional para manifestarse, toda vez que dijeron que ellos también tienen derecho a exigir lo que les corresponde y no sólo los maestros.
Dijeron que no les importarán los conflictos que se aproximen en estas fechas, ya que también, recalcaron, que tienen derecho a manifestarse como lo hacen los maestros, los estudiantes y otras organizaciones, agregando que sus mandos los tratan con prepotencia y no les importa que no coman, los levantan a las seis de la mañana y regresan a dormir si bien les va, a la una o dos de la madrugada del día siguiente.
Finalmente, insistieron en que el problema es generalizado y ya todos decidieron romper el silencio a nivel nacional para ser escuchados, por lo que de un momento a otro, sino les depositan lo que les deben, que es alrededor de 20 mil pesos a cada uno, podrían parar los operativos en contra de la delincuencia y el narcotráfico.
Sobre el carácter de clase de la Policía
Como afirmaba Trotsky en La lucha contra el fascismo en Alemania “es la existencia la que determina la conciencia. El obrero, convertido en policía al servicio del Estado capitalista, es un policía burgués y no un obrero. En el curso de los últimos años, estos policías han debido enfrentarse mucho más a menudo a los obreros revolucionarios que a los estudiantes nacionalsocialistas. Por semejante escuela no se pasa sin quedar marcado. Y lo esencial es que todo policía sabe que los gobiernos pasan, pero la policía continúa”. De ese modo, Guerrero olvida el carácter de clase de la policía y genera la ilusión de que mediante la sindicalización se podría transformar su propia naturaleza… dejando de ser policía, una utopía reaccionaria insostenible. Al respecto, Leopold Trepper destacaba en su libro “El gran juego”, la confesión de un viejo policía miembro del partido nazi: “fui policía en tiempos del Kaiser, lo fui asimismo durante la República de Weimar, ahora soy un esbirro de Hitler, mañana podría ser un buen servidor del régimen de Thaelmann (secretario general del PC alemán)”.
¿Acaso la sindicalización de la policía en Francia sirvió para que sus demandas “confluyeran con las de otros trabajadores”? Por el contrario, sirvió para equipar de mejor armamento e instruir con nuevas técnicas represivas, fortaleciendo “el carácter irrevocablemente represivo del Estado capitalista”, como señala formalmente Guerrero.
Por el contrario, los socialistas no defendemos las huelgas policiales y luchamos por la disolución de todas las fuerzas de seguridad, al tiempo que defendemos y promovemos todas las formas de autodefensa obrera y popular que se doten las masas, enfrentando la violencia centralizada del Estado y sus bandas de hombres armados, en aras de construir milicias populares y un Estado de los trabajadores.
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