Revuelta en Magreb y medio oriente
“!>Llamaré a millones para que limpien Libia casa por casa”!>, amenaza el coronel
Tenemos el control de la ciudad, dicen habitantes de Bengasi; temen ataques
Foto: Reuters
Kim Sengupta y David Usborne
The Independent
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de febrero de 2011, p. 2
Miércoles 23 de febrero de 2011, p. 2
El coronel Muammar Kadafi advirtió este martes a la creciente oposición libia que prefiere morir como mártir que dejar el país que ha gobernado durante más de 40 años, con lo cual puso el escenario para una conclusión brutal de un conflicto que se ha vuelto más sangriento cada día.
En un discurso deshilvanado, muy alejado de la poco característica brevedad de su surrealista aparición televisiva de la noche anterior, el dictador caracterizó a los manifestantes como “!>niños”!>fáciles de manipular y
“!>terroristas”!>que deben ser ejecutados.
“!>Aún no usamos la fuerza”!>, advirtió, pese a evidencias cada vez mayores de que su régimen ha emprendido una feroz campaña para echar a los manifestantes de las calles, en la que se habla al menos de 295 muertos y muchos más desaparecidos. Emitió un estremecedor ultimátum a sus enemigos, quienes al parecer han expulsado del oriente del país a las fuerzas gubernamentales. “Si necesitamos usar la fuerza, lo haremos –expresó–. Si no entregan las armas, anunciaremos la marcha sagrada. Llamaré a millones de un desierto a otro para que limpien Libia casa por casa.”
Potencias extranjeras, responsables
El coronel Kadafi, de 68 años, habló desde un podio en la residencia que fue bombardeada por los ataques aéreos estadunidenses de la década de 1980. Vestido con turbante marrón y túnica, golpeaba con el puño y apuntaba con el índice al hablar vía pantalla de video a unos cientos de partidarios en la plaza Verde de Trípoli. Atribuyó los disturbios a las potencias extranjeras, al lavado de cerebro, a los narcotraficantes y a la revuelta regional que ha precedido la incipiente guerra civil en Libia. “Vayan a las calles, deténganlos –ordenó a sus fieles–. Sus crímenes son punibles con la ejecución.”
Mientras los precios del petróleo se disparaban en respuesta a una aparente amenaza de suspender exportaciones, el líder libio declaró ser la personificación de los valores que la nación propugna con mayor orgullo. “!>Muammar Kadafi es historia, resistencia, libertad, gloria, revolución”!>, sostuvo.
Sin embargo, sus proclamaciones de gloria, libertad y resistencia entraban en agudo contraste con las escenas de horror en las calles de Trípoli, que testigos describieron como un baño de sangre.
“!>Disparaban a todo lo que se moviera”!>, dijo un residente.
“!>Hay cuerpos en las calles; los heridos se desangran sin encontrar un hospital o ambulancia que los rescate. No se permite entrar a nadie, y si alguien lo hace, tiran a matar.”!>
El testigo, que se negó a identificarse por temor a represalias, señaló que encontró a un grupo de milicianos cuando intentaba escapar de la violencia.
“!>Los libios que había entre ellos me advirtieron que me fuera y me mostraron los cuerpos de los muertos”!>, relató. “Me dijeron: ‘tenemos órdenes de dispararle a todo lo que se mueva en la plaza’.”
Se afirmó que hombres armados leales a Kadafi, entre ellos al parecer algunos provenientes de África subsahariana, habían instalado retenes carreteros y abrían fuego desde las azoteas.
Otro manifestante describió violencia sin piedad en la plaza Verde.
Las protestas del martes respondían a la transmisión anterior de Kadafi, la cual enfureció a la oposición, aunque muchos no oyeron el mensaje a causa de los cortes de energía. Alguien que sí lo escuchó, una estudiante de Trípoli de 22 años de edad llamada Mina Abdulá (nombre incompleto), expresó:
Al extenderse la violencia, se inició un éxodo en masa. Las grandes trasnacionales petroleras, organizaciones filantrópicas y gobiernos extranjeros pusieron en operación vuelos de emergencia, mientras miles de personas se congregaban en las fronteras con Túnez y Egipto. Informes desde el interior de Libia sugerían que el gobierno había perdido el control en el este del país.
Entre tanto, una sesión de emergencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la noche de este martes, llamó al gobierno de Kadafi a detener la campaña de sangre.
Mientras la Liga Árabe suspendía la membresía de Libia, se esperaba que el Consejo de Seguridad de la ONU emitiera una declaración para demandar que se ponga un alto inmediato a la violencia perpetrada por el régimen libio contra su pueblo.
El consejo se reunió luego de un llamado directo del embajador adjunto de Libia ante la ONU, Ibrahim Dabbashi, quien el lunes rompió con el régimen de Kadafi y tachó de
Sin embargo, había poca evidencia en Libia de un cese de hostilidades. Enfrentando a los rebeldes en Trípoli aparecieron por primera vez en gran número beduinos llegados a la capital para manifestar apoyo a Kadafi, quien es de ascendencia beduina.
Residentes de la ciudad portuaria oriental de Bengasi permanecían atemorizados. Un médico declaró este martes que muchas personas habían pasado la noche fuera de su casa, al escuchar rumores sobre inminentes ataques aéreos y de artillería.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya
“!>Hombres vestidos de civil nos disparaban”!>, narró a Human Rights Watch.
“!>Vi hombres que se quitaban la camisa y mostraban el pecho a los francotiradores. Nunca había visto nada igual. Sentí vergüenza de esconderme bajo un árbol, pero soy humano.”!>
Las protestas del martes respondían a la transmisión anterior de Kadafi, la cual enfureció a la oposición, aunque muchos no oyeron el mensaje a causa de los cortes de energía. Alguien que sí lo escuchó, una estudiante de Trípoli de 22 años de edad llamada Mina Abdulá (nombre incompleto), expresó:
“!>Fue un insulto. No se disculpó por las matanzas ni por todos los actos terribles que sus hombres han cometido. En verdad esperábamos que se hubiera ido, pero sigue aquí; continuarán todos los problemas y no habrá cambio.”!>
Al extenderse la violencia, se inició un éxodo en masa. Las grandes trasnacionales petroleras, organizaciones filantrópicas y gobiernos extranjeros pusieron en operación vuelos de emergencia, mientras miles de personas se congregaban en las fronteras con Túnez y Egipto. Informes desde el interior de Libia sugerían que el gobierno había perdido el control en el este del país.
Entre tanto, una sesión de emergencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la noche de este martes, llamó al gobierno de Kadafi a detener la campaña de sangre.
Mientras la Liga Árabe suspendía la membresía de Libia, se esperaba que el Consejo de Seguridad de la ONU emitiera una declaración para demandar que se ponga un alto inmediato a la violencia perpetrada por el régimen libio contra su pueblo.
El consejo se reunió luego de un llamado directo del embajador adjunto de Libia ante la ONU, Ibrahim Dabbashi, quien el lunes rompió con el régimen de Kadafi y tachó de
“!>genocidio”!>los ataques contra manifestantes pacíficos. Sin embargo, en un giro sorpresivo, el superior de Dabbashi, cuya ausencia fue notoria el lunes, dijo este martes que él se mantiene al lado de Kadafi, pero prometió un cese a la violencia en su país.
“!>Detendrán todo. Detendrán la intensificación y la represión”!>, afirmó ante los reporteros el embajador Abdelramán Mohamed Shalgam.
Sin embargo, había poca evidencia en Libia de un cese de hostilidades. Enfrentando a los rebeldes en Trípoli aparecieron por primera vez en gran número beduinos llegados a la capital para manifestar apoyo a Kadafi, quien es de ascendencia beduina.
Residentes de la ciudad portuaria oriental de Bengasi permanecían atemorizados. Un médico declaró este martes que muchas personas habían pasado la noche fuera de su casa, al escuchar rumores sobre inminentes ataques aéreos y de artillería.
“!>Sabemos que aunque tenemos control de la ciudad, los leales a Kadafi están ocultos y pueden hacer cualquier cosa en cualquier momento”!>, explicó.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya
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