miércoles, 4 de agosto de 2010

SCJN: mayoría avala los matrimonios gay


Siete de los 11 ministros del alto tribunal se pronunciaron ayer por declarar que este tipo de matrimonios no violenta ninguna disposición establecida en la Constitución. Se espera que el número de votos a favor aumente en la sesión del jueves

Los matrimonios entre personas del mismo sexo, en el Distrito Federal, recibieron el aval de la mayoría de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, durante el primer día de discusiones en torno al juicio que promovió el procurador General de la República para impugnar la reforma capitalina que permite este tipo de uniones.

Siete de los 11 ministros del alto tribunal se pronunciaron ayer por declarar que este tipo de matrimonios no violenta ninguna disposición establecida en la Constitución. Se espera que el número de votos a favor aumente en la sesión del jueves. Pero con la mayoría existente se puede dar por hecho que las bodas gay en el DF se mantendrán.

Una vez que terminen de fijar sus posturas en torno a este tema, los ministros pasarán a establecer los alcances de su decisión a nivel nacional y a fijar sus posturas en torno a si respaldan o no que estas parejas puedan adoptar niños.

El presidente de la Suprema Corte, Guillermo Ortiz Mayagoitia, junto con el ministro Sergio Aguirre Anguiano, se manifestó en contra de las reformas capitalinas. Pero al darse cuenta de que perderán la votación y de que la reforma, en el punto de los matrimonios, será avalada, Ortiz buscó evitar que la decisión tenga un alcance nacional y sólo se restrinja al Distrito Federal.

Ortiz les pidió a sus compañeros que se pronuncien por declarar constitucionalmente validos los matrimonios, pero sólo bajo el argumento de que es competencia de los legisladores locales definir el concepto de matrimonio.

Con este argumento, en opinión de Ortiz, se preservaría la medida, pero se evitaría que tuviera impacto en el resto del país. El presidente de la Corte les pidió no validar la norma con base en el argumento de que con esta medida se preservó el derecho a la no discriminación y a la igualdad de los homosexuales y lesbianas, porque de ser así se avalaría este tipo de uniones para todo el país y se diría, en la práctica, que los estados que no las implementen estarían violando la Constitución. Pero este tema se dejó pendiente para la sesión de mañana.

Por lo pronto, la primera sesión de la Corte se llevó a cabo sin mucha polémica, dado que los ministros se limitaron, básicamente a fijar sus posturas. El único intercambio de opiniones fue generado por el ministro Sergio Anguirre Anguiano, quien, como se preveía por su estilo conservador, se opuso a la reforma del DF. Para defender su postura Aguirre lo mismo hizo referencia a Benito Juárez, a sus Leyes de Reforma, que a figuras geométricas, al origen cultural y etimológico de la palabra matrimonio, que a la defensa de una institución que, dijo, está destinada a la procreación y preservación de la humanidad.

De inicio, Aguirre afirmó que la reforma aprobada en el DF traiciona la ideología juarista y los ideales de los liberales que consideraban que los matrimonios sólo deben contraerse entre un hombre y una mujer. A manera de ejemplo, para dar una idea de cómo se alteró la esencia del matrimonio, dijo, que la medida había sido tanto como quitarle un lado a un cuadrado para que dejara de ser un cuadro y se convirtiera en un triángulo.

La respuesta a sus afirmaciones llegó de inmediato. Punto, por punto, el ministro Arturo Zaldívar refutó a Aguirre.

Al fijar su postura en torno al primer tema de la discusión, Zaldívar dijo que le parecía “muy preocupante” lo dicho por su compañero, porque era desconocer que en el país hay distintos tipos de familias, las formadas por quienes tienen hijos adoptivos, por madres solteras, por padres divorciados, por abuelitos que se hacen cargo de los nietos.

“No veo —afirmó— razón para sostener que hay un concepto ideal de familia”, ni para decir que el modelo formado por heterosexuales es el mejor, basta, agregó, con ver las cifras en torno a abusos sexuales cometidos en este tipo de familias y que, dijo, son alarmantes. No es posible, afirmó, seguir pensando en esta “familia tipo Disneylandia”, porque no hay familias de primera ni de segunda; todas, agregó, merecen respeto

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