I. En sínodo nocturno, a puertas cerradas en el Club de Industriales, los dirigentes empresariales Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial; Enrique Solana Sentíes, presidente de la Comisión de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, y la crema y nata de su elite acomodada (aliados de banqueros, comerciantes mayoristas y financieros, que constituyen el núcleo del neoliberalismo económico, punta de lanza del capitalismo salvaje que, además de no crear empleo, están despidiendo trabajadores) invitaron a los titulares de la Secretaría de Marina, Vidal Francisco Soberón Sánz, y de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, no para compartir un desayuno, sino para tomarse la libertad fascista (lo mismo hicieron los nazis) de usurpar facultades presidenciales, pisotear la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y despreciar las instituciones, para ordenarles al general y al almirante que “por ningún motivo” permitan que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, los padres de los 43 estudiantes desparecidos ni la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ni absolutamente nadie “se meta en los cuarteles”. Así, con toda la insolencia y provocación, los empresarios emitieron su decreto golpista. Y los dos integrantes de las Fuerzas Armadas toleraron que Gutiérrez y Solana asumieran las funciones y facultades del presidente de la República.
II. Ha sido un acto fascista. Cuando todavía Hitler y sus huestes no asumían el poder en Alemania, los empresarios invitaban a los militares para atizar el golpismo militar. La asistencia del marino y el militar se vio mucho muy mal. ¿Obtuvieron el visto bueno de Peña, o se fueron por la libre? Y que los empresarios se pongan belicosos, amenazantes y dando órdenes al general y al almirante, es para, más que conjeturar, sospechar que hay ciertos arreglos inconfesables entre el poder económico y el poder de las armas. Y que además Solana Sentíes y Gutiérrez Candiani pusieran un ultimátum a la lucha pacífica a favor de que aparezcan los 43 normalistas secuestrados en la modalidad de desaparecidos quiere decir que el presidencialismo peñista ha perdido el control político, administrativo y militar de sus secretarios del despacho, abocados a lo que ordene el titular del Poder Ejecutivo federal. Mismos que ahora reciben órdenes de los empresarios. Así empezó el fascismo-nazi.
III. Estamos ante un hecho de gravedad extrema. El más reciente fascismo empresarial-militar-marino tuvo a Pinochet, quien asestó su golpe sangriento y el homicidio del entonces presidente de Chile en 1973. Un pinochetismo que secuestraba disidentes y los arrojaba al mar, mientras impusieron la dictadura de un régimen de barbarie. ¿Eso buscan Candiani y Sentíes? Las provocadoras intervenciones de los empresarios (Charles Bettelheim, La economía alemana bajo el nazismo, editorial Fundamentos), no deben pasarse por alto, ya que “el fascismo empresarial coludido con los militares no es, como piensan muchos, un peligro acabado, algo que haya sido arrojado al baúl de la historia. Ese fascismo sigue siendo la reacción de los capitalistas ante una crisis política y económica”.
*Periodista
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