Armando Martínez, detrás de su defendido |
Por increíble que parezca, Armando Martínez Gómez, presidente del Colegio de Abogados Católicos, se ha registrado como precandidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) a una diputación federal.
Martínez Gómez, personaje vinculado al Arzobispado de México, fue uno de los principales opositores a las reformas progresistas que hace unos años promovió el PRD para despenalizar el aborto y para legalizar el matrimonio homosexual.
Asimismo, el dirigente de los abogados católicos defiende la injerencia del clero católico en la política y en las instituciones públicas, y ha llevado a cabo persecuciones y agresiones contra los disidentes de la jerarquía católica.
Es decir, se trata de un personaje totalmente opuesto a la ideología del PRD y a los proyectos que ese partido ha desarrollado en la capital del país, mismos que han recibido, en las urnas, el decidido apoyo de la población.
Se sabe que Martínez fue invitado a participar en la contienda electoral por la corriente perredista Vanguardia Progresista, afín a Miguel Ángel Mancera, hecho congruente con las tendencias derechizantes que ha mostrado desde el inicio de su gestión el mandatario capitalino.
Sea por obtener algún beneficio personal, o con tal de desacreditar la gestión de Marcelo Ebrard al frente del Gobierno del Distrito Federal, algunos políticos oportunistas que militan en la izquierda le han abierto las puertas a la jerarquía católica para que desde esa fuerza política, mediante Armando Martínez, promueva propuestas contrarias al Estado laico, a las mujeres y a los derechos sexuales.
Por otro lado, la absurda pretensión de Martínez de ser diputado por el PRD es la mejor evidencia de la total bancarrota, en la capital del país, de la derecha política encarnada en el Partido Acción Nacional (PAN).
El PAN abandera la oposición al aborto, al Estado laico y a los derechos sexuales, pero precisamente ese hecho limita sus posibilidades de crecer en la capital de la República, por lo que la jerarquía católica y los sectores ultraderechistas no han vacilado en infiltrarse en el partido de la izquierda, que con propuestas contrarias a las del PAN ha prevalecido en el Distrito Federal.
Candidatura polémica
El dirigente nacional del PRD, Carlos Navarrete Ruiz, se opuso a la candidatura de Armando Martínez a una diputación federal por el Distrito 23, en Coyoacán.
Navarrate expuso que el presidente del Colegio de Abogados Católicos de México y también rector de la Universidad del Pedregal está en desacuerdo con las reformas progresistas que el PRD promovió y concretó en el Distrito Federal, como la despenalización del aborto y legalizar la unión entre personas del mismo sexo.
El dirigente nacional perredista señaló que no está de acuerdo en que un personaje que ha litigado, peleado, argumentado y descalificado las reformas promovidas por el PRD ahora sea candidato del partido en la Ciudad de México.
Afirmó: “No sumaré mi voto a una candidatura de esa naturaleza, que no corresponde a la historia del PRD de la búsqueda de libertades, del respeto a la diversidad sexual y a las mujeres para decidir sobre su cuerpo” (www.sdpnoticias.com/nacional/2015/01/24/a-navarrete-preocupa-candidatura-de-abogado-catolico-como-diputado-federal ).
Por su parte, Armando Martínez ha reafirmado sus tendencias proclericales, al insistir en que “la Iglesia Católica también tiene el derecho a tener representación en el Congreso”.
Ha explicado que competirá como candidato ciudadano invitado por la corriente perredista Vanguardia Progresista, dirigida por figuras cercanas al jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera.
Martínez defiende su candidatura con alegatos tramposos como el de reivindicar la “pluralidad” dentro del PRD (como si ésta tuviera que incluir las ideas diametralmente opuestas a los proyectos de ese partido) al igual que lo que él llama, vagamente, la “participación ciudadana” y el “empoderamiento de la ciudadanía”, que en su caso representa únicamente la posibilidad de empoderarse él mismo, de llegar a un cargo de elección popular (www.radioformula.com.mx/notas.asp?Idn=473095&idFC=2015#sthash.GkdTiIqG.dpuf ).
Cabe preguntarse por qué no optó por buscar esa participación en el partido que corresponde a sus convicciones, y que es el PAN. En caso de convertirse en diputado usaría ese “empoderamiento”, del cual habla tan genéricamente, para seguir respaldando al clero y para oponerse al Estado laico.
Armando Martínez y los abogados católicos
El Colegio de Abogados Católicos de México (CACM), que encabeza el hoy precandidato del PRD, fue creado en 2005 a imitación de grupos existentes en Italia, Francia, Argentina y España, para defender al clero, así como “los valores” y “la fe” (www.es.catholic.net/abogadoscatolicos/435/…/articulo.php?…).
Dicho Colegio (www.abogadoscatolicos.org.mx ) surgió “con la esperanza de constituirse con la venia del eminentísimo arzobispo primado de México en una asociación pública de fieles laicos”, para “contribuir a la recuperación o al mantenimiento de los principios cristianos en la filosofía y la ciencia del derecho, en la actividad legislativa, judicial y administrativa, en la enseñanza y en la investigación, así como en la vida pública y profesional”.
En particular, buscan “defender al clero en el ejercicio de sus actividades profesionales y representarlos ante el Estado y sus demás sociedades intermedias y particulares”.
En los hechos, esa labor se ha entendido como la persecución judicial contra los disidentes y críticos del clero y en particular del arzobispo, como si ese Colegio quisiera hacer el papel de lo que antiguamente era la Santa Inquisición.
Por ello, en noviembre de 2007 Armando Martínez, presidente de dicho Colegio, anunció que presentaría ante la Procuraduría General de la República (PGR) una denuncia penal por las protestas que en la Catedral habían protagonizado grupos de manifestantes de la resistencia civil.
Martínez Gómez es abogado egresado de la Universidad Anáhuac, donde estudió de 1993 a 1998 (“Armando Martínez Gómez”, en LinkedIn), y ha fungido también como director de derecho de la Universidad del Pedregal, de la que es rector desde el 19 de noviembre de 2008 (www.siame.com.mx/index.php?option… ) y como apoderado legal de la Arquidiócesis de México.
Al lado de personajes de grupos conservadores, como Jorge Serrano Limón, de Provida; Paola Villela, de Yo Influyo, entre otros, Armando Martínez pertenece al autodenominado Consejo de Analistas Católicos de México, que promueve la defensa de la jerarquía religiosa en los medios de comunicación (www.analistascatolicos.org).
En marzo de 2010, Martínez pretendió justificar las agresiones físicas de fanáticos contra la activista Julia Klug y otros manifestantes, alegando con hipocresía: “No queremos que la gente salga a hacerse justicia para defender su fe” (Milenio, 29 de marzo de 2010).
En el Colegio de Abogados Católicos, Norberto Rivera ejerce “las funciones y venia eclesiástica a través del canciller de la Curia, quien tendrá voz y voto de calidad en todas y cada una de las decisiones del Colegio”.
Hace unos años, en San Luis Potosí, los Abogados Católicos estuvieron defendiendo al sacerdote salesiano José Carlos Contreras Rodríguez, acusado del asesinato de una estudiante del Colegio Carlos Gómez.
Armando Martínez también intervino a favor de María Carrera Rivera, prima de Norberto Rivera, quien fue detenida y luego liberada en Durango, acusada de posesión de drogas; el abogado atribuyó el arresto a un error del juez.
Contra las libertades de los demás
Al frente de los Abogados Católicos, Armando Martínez ha luchado por castigar a las mujeres que abortan y se ha opuesto al matrimonio homosexual y a otros derechos sexuales, porque contravienen las normas que dicta la jerarquía católica.
El Colegio de Abogados Católicos de México fue uno de los grupos más activos en la lucha para castigar el aborto, por lo que en 2007 respaldó el recurso que promovieron la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la PGR para derogar la despenalización del aborto en la capital.
Se ha opuesto al reconocimiento de derechos para las uniones homosexuales, por lo que, en noviembre de 2009, Martínez calificó de “adefesio jurídico” las propuestas para ampliar esos derechos, por ejemplo en materia de seguridad social.
En enero de 2010, la agrupación encabezada por Armando Martínez emprendió una campaña política y jurídica contra miembros del Partido de la Revolución Democrática que se atrevieron a criticar al extinto cardenal Ernesto Corripio. Martínez anunció que buscaría entrevistarse con Jesús Ortega para solicitarle que “meta en orden” a los integrantes de su partido que osaron cuestionar al jerarca (http://www.razon.com.mx/spip.php?article19693).
Los Abogados Católicos, presididos por Armando Martínez, respaldaron a los cardenales Juan Sandoval y Norberto Rivera en sus enfrentamientos con el gobierno de Marcelo Ebrard por temas como el de la autorización del matrimonio homosexual en la Ciudad de México.
En diciembre de 2010, Armando Martínez criticó de nuevo al PRD por la Ley de Gestación Subrogada, aprobada el 30 de noviembre en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, reforma a la que la Iglesia Católica consideró una “perversidad”.
Fanático y golpeador
El 24 de abril de 2011, Domingo de Pascua, el propio Armando Martínez golpeó a un joven que junto con otras personas participó en una protesta dentro de la Catedral.
El episodio ha sido relatado con detalle en espacios de internet; cito en extenso el texto de uno de esos blogs:
“Un incidente en la Catedral Metropolitana el pasado 24 de abril de 2011.
“Con altavoces varias mujeres y un hombre ingresaron a la Catedral Metropolitana e interrumpieron la liturgia del Domingo de Pascua con consignas contra el cardenal Norberto Rivera.
“Las mujeres, que se decían embarazadas, llevaban cojines debajo de la ropa. Una de ellas afirmó ser la elegida de las profecías y que es necesario destruir a la Iglesia Católica para que nazca un nuevo Dios.
“Un hecho que es reprobable, pero que en términos estrictos de derecho representa una alteración del orden público. Una persona que comete estos hechos es remitida a un juez cívico y se hace acreedor a una sanción establecida por la Ley de Cultura Cívica del Distrito Federal.
“Sin embargo, el abogado, formado en la ANAHUAC (sic) no actuó como ciudadano, sino como porro.
“De inmediato, elementos de seguridad de la Catedral los detuvieron con el apoyo del presidente del Colegio de Abogados Católicos, Armando Martínez, quien golpeó en la cabeza al hombre. Durante la trifulca cayó al suelo una imagen de cerámica de la Virgen María que llevaban consigo las mujeres.
“Los acusados fueron detenidos por personal de seguridad de la iglesia, los cuales los entregaron a policías del Gobierno del Distrito Federal, quienes los trasladaron en patrullas a la Agencia 50 del Ministerio Público, por denuncia de hechos.
“Un abogado que golpea a un hombre menor que él, sometido por elementos de seguridad, pues él tiene 33 años de edad, mientras que José Francisco Ávila García tiene sólo 23, no sólo es un cobarde y un abusivo, debe ser detenido también por alterar el orden público y ser presentado también a la Agencia 50 del Ministerio Público. En la [Universidad] Anáhuac, seguramente no aprendió que el Artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece con claridad que ?Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho’.
“Es correcto que se haya remitido al Ministerio Público a quienes alteraron el orden público en la Catedral Metropolitana, pero es correcto también que se remita a Armando Martínez Gómez y se le aplique la sanción correspondiente por ejercer violencia para reclamar su derecho…” (El relato anterior proviene del bloghttp://doscabezasunmundo.blogspot.mx/2011_04_01_archive.html ).
En ese tiempo, Armando Martínez hablaba ya de participar en la política, pero decía que no se integraría a un partido político, sino que buscaría una nueva opción para representar y defender “los valores y principios de los católicos en la Ciudad de México”.
Finalmente, Martínez encontró esa opción con el pretexto de ejercer la “participación ciudadana” y con el apoyo nada menos que de algunos perredistas que, inexplicablemente, no encontraron mejor prospecto que un ultraderechista católico que siempre se ha opuesto a la despenalización del aborto, que defiende los privilegios y abusos del clero, y que, en su fanatismo católico, ha llegado al extremo de golpear abusivamente, como si fuera un porro, a quien no está de acuerdo con sus creencias religiosas.
Paradójicamente, Armando Martínez, un personaje que se ha distinguido por pedir la persecución y la censura contra quienes critican al clero o violan sus mandatos, pretende convertirse en abanderado de un partido que, especialmente en la capital del país, ha defendido las libertades y el Estado laico.
Edgar González Ruiz*
*Maestro en filosofía; especialista en estudios acerca de la derecha política en México
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