Astillero
‘‘Ocupación temporal’’
El balón energético
Neozapatismo de copa
Faraón volante: ‘‘el avión’’
Julio Hernández López
LIBERAN A NIÑAS Y NIÑOS EN GUARDERÍA DE ZAMORA. Autoridades policiacas y militares rescataron a cerca de 500 menores de edad que permanecían privados de su libertad en la casa hogar La gran familia, en Zamora, Michoacán. En conferencia de prensa conjunta el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, y el gobernador de la entidad, Salvador Jara, informaron que esta acción se dio luego de 50 denuncias anónimasFoto Agencia Esquema
T
erapia pinolera de consolación taimadamente optimista. Lamer de heridas deportivas y políticas más para provecho del anfitrión petrolizado que para gloria futbolera que no hubo, sino cansina repetición de ensueños de quinto partido mundial, frenados los proyectos de heroicidad balompédica en el mismo nivel frustrante de siempre. Enrique Peña Nieto abriendo la casa del poder (televisivamente adquirido) para agasajar y celebrar a los jugadores de la marca nacional controlada por Televisa y acaudillada por el propicio Miguel Herrera que, con sentido de oportunidad casi electoral, recordó a los presentes el placebo retórico que plantea que #NoFuePenal, tal como días atrás lo había pronunciado el mismísimo tlatoani atlacomulquense para beneplácito de sus presuntamente gobernados que también han caído en la muletilla exculpatoria con cargo al providencial villano holandés Robben.
Teleprompter de circunstancia, con elogios llenos de lugares comunes y una retórica deseosa de inflamar las bajas pasiones del patrioterismo barato y la complacencia de los caídos de cara al sol. Pero al medio (campista) mexiquense lo que le interesaba era hablar del juego en conjunto y de los promisorios horizontes que se abren para los mexicanos ahora que la clase política está desempeñándose de maravilla, conforme al libreto de los patrocinadores trasnacionales, en ese ir y venir del balón energético que está terminando con la cesión de la cancha a las firmas consideradas rivales en el periodo del postcardenismo nostálgico y que ahora ya están tomando posesión del terreno para desplegar sus banderas, el personal de contención y de ataque, los medios tan creativos para servir al gran capital y la portería denominada Los Pinos, o su suplencia escenográfica, Palacio Nacional, lista para recibir todos los goles que sus mercedes inversionistas tengan a bien enjaretarnos, con una tribuna repleta del jugador número .12 (punto doce, ni siquiera una unidad), cuyas acciones y reacciones siguen siendo manejadas por los merolicos televisivos y políticos que prometen campeonato en Rusia 2018, como antes prometieron Brasil 2014 mientras, en realidad, se pierde estrepitosamente el México de 2014 en delante.
En otra cancha dispareja iba cerrándose la suerte petrolera y energética (por cierto, los mexicanos tuvieron que sobrellevar la demagogia complaciente en Los Pinos, pero a los argentinos les fue peor en un episodio parecido, con su presidenta Cristina que en sesión casi funeral pretendía levantar ánimos y figurar trazos épicos, junto a un Messi facial y corporalmente caído en la abulia y la depresión). En el Senado se aprobaban dictámenes y se preparaba la sesión plenaria que dará fuerza legal (con uso de fuerza pública contra quienes se opongan a esas normas técnicamente imperativas) a la cesión de la riqueza nacional energética a inversionistas locales y extranjeros, siempre de la mano del comisionismo político que históricamente ha producido comaladas de multimillonarios sexenales y en esta ocasión buscará romper las marcas anteriores.
Como en otras negociaciones pactadas, al PAN se le cedió una posibilidad de ganancia electoral al ser el partido sin bases campesinas el que ‘‘logró’’ echar abajo la forma más aparatosa e irritante de despojo de tierras agrarias para servir a los proyectos empresariales del ámbito energético. Ya no habrá ‘‘expropiaciones’’, como originalmente se había planteado y ante lo cual se había levantado una fuerte oposición encabezada por las principales organizaciones campesinas del país. Ahora sólo se permitirá que los señores del gran capital, en su mayoría extranjeros, practiquen la caballerosa suerte de la ‘‘ocupación temporal’’ (¿de todo el país?), si es que los rejegos agraristas se niegan a convertirse en efímeros portadores de unos cuantos billetes de compensación a cambio de sus predios que fueran necesarios para las tareas de los nuevos dueños de México. Si no hay arreglo entre esas partes desiguales (con los apabullantes bufetes jurídicos trasnacionales ‘‘entendiéndose’’ con los hombres doctorados solamente en tareas del campo), podrá entonces decretarse esa ‘‘ocupación temporal’’ que en los hechos y en el México de la corrupción institucionalizada podría significar solamente un eufemismo provisional en espera de posterior consumación completa y una jugosa veta para que esos mismos gobernantes entreguistas se beneficien al ‘‘afinar’’ detalles pendientes a favor del gran billete. Pero el PAN podrá agitar la bandera agrarista en las próximas elecciones (neozapatismo de sombrero de copa), alegando que gracias a sus populistas oficios impidió expropiaciones prediales, aunque votó a favor de la magna e histórica desexpropiación petrolera y negocios energéticos anexos.
El partido del declinante sol azteca también mantuvo la vista puesta en los próximos comicios. Cuando caiga el telón del reformismo peñista aprobado en las cámaras también habrá terminado la fase de la convivencia pacífica entre los partidos pactados. Locaido, caido, dirían los rancheros (al estilo ortográfico y prosódico que en el sexenio pasado tuvo al haiguistaCalderón como principal referente). O, en versión urbana, de taller mecánico luego de choque vial, cada quien sus golpes. Cada partido político habrá levantado lo que haya podido y con ello deberá defenderse en las urnas por venir, aunque siempre con la benevolente comprensión y ayuda del faraón volante (¡alto, no disparen, el tecleador se refiere a una elegante posición futbolera, no a alguien que vaya a viajar en un avión paradisiaco con cargo al pueblo tan empobrecido que cuando mucho podrá gritar, ‘‘el avión, grandísimo avión’’!)
Pensando en las urnas, se decía en el anterior párrafo de divagaciones idiomáticas, el PRD (junto al difuminado PT) protagonizó otro bonito entremés de graciosa huida del voto en comisiones y apasionada entrega en los resultados finales. De nada sirve el arrebato escenográfico de último momento, pues lo esencial ya avanzó y este jueves será aprobado en la Cámara de Senadores. Ah, pero ¡#NoFuePenal! ¡Hasta mañana!
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