México, DF. El director del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC), Joel Ortega Cuevas, informó a la Cámara de Diputados que sería muy difícil determinar si era conveniente o no inaugurar la Línea 12 del Metro con las fallas que presentaba, pero informó que un día después de la apertura, su antecesor, Francisco Bojórquez, notificó a Proyecto Metro que la Línea estaba “fuera de estándares de seguridad en materia de movimientos, lo cual originaba un fenómeno de bamboleo”.
En una reunión de trabajo con la Comisión del Distrito Federal, Ortega dijo ante las preguntas de los legisladores que la decisión de inaugurar o no la Línea Dorada en esas condiciones debieron ser “en conciencia por el gobernante que estaba en el cargo”.
Ortega Cuevas mostró a los diputados un oficio, firmado el 30 de octubre de 2012, por Francisco Bojórquez y dirigido a su homólogo del Proyecto Metro.
“El oficio es de un día después de la inauguración, donde se informa de un estudio que se hizo entre el 13 y 14 de octubre, 15 días antes de la inauguración, y el resultado es que en todos los tramos se tenía que corregir y verificar”.
También presentó actas notariales, levantadas por el jurídico del STC ante el notario 64, Luis González Zermeño, y presentadas en una reunión de directivos del Metro, quienes levantaron un acta de dicho encuentro.
“En todos los casos informaron que en todas las estaciones reportaban bamboleos, en otras, golpes en soldaduras. Se sabía que había un problema en términos de las soldaduras, del acoplamiento de los rieles. Esta acta es levantada antes de que se inaugure la línea. Corresponde con el estudio que se hacía de las fallas”.
El funcionario capitalino entregó una carpeta a los diputados con documentos en los que, refirió, se demuestran “de manera secuencial las fallas de la línea” y que justifican la decisión de cerrar el tramo elevado.
“Hay un problema del tendido de la vía, dallas en los durmientes, en los sujetadores, en los cojinetes. Uno de estos cojinetes se rompió en la misma posición cinco veces, en una línea recta. Eso quiere decir que hay un riesgo operativo mayor. En otros tramos los tornillos fueron degollados. Esto podría causar que el tren se saliera en un túnel, lo cual es un grave riesgo, pero si saliera en el tramo elevado, las consecuencias serían descomunales. En el tramo subterráneo sólo se ha roto un durmiente y en el elevado más de cuatro mil. Y antes de la inauguración se cambiaron una parte importante de durmientes. El consorcio constructor informó que la falla en los durmientes se debió a arenas contaminadas”.
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