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ecuerdo que Manuel Clouthier, candidato del PAN a la presidencia, dijo:
El que se roba las urnas, terminará robándose las arcas, se refería al PRI y a las elecciones de 1988. Pero su advertencia podría darnos la clave para el pobre desempeño en los años recientes del albiazul. Al quebrar su estructura ética y permitir el robo de las elecciones en 2006, las cosas que ya iban mal, terminaron por torcerse. Para legitimarse Calderón se lanza a una guerra interior sangrienta (121 mil muertos, Inegi) que resultó un fiasco. Como si los panistas hubieran introyectado lo peor de la cultura priísta, multiplicaron los actos de corrupción y se volvieron descarados.
No sólo la mala conciencia llevó al PAN a una mala gestión, sino su Miedo a gobernar (Arriola, Océano 2008), la inexperiencia de sus cuadros y la entrega de posiciones claves a priístas. A pesar de las enormes campañas publicitarias costeadas con dinero fiscal, el PAN cayó al tercer lugar en las elecciones presidenciales y está cayendo en todas las encuestas. Es probable que quienes estén hartos de los abusos panistas quisieran que el viejo partido no tuviera salida. Sería mejor afinar el análisis.
El PRI y el PAN forman una unidad política que trabaja a largo plazo. A partir de 1989 se convierten en aliados estratégicos del proyecto Salinas que sigue vigente, igual que la asociación de ambos partidos. Esto nunca se ha ocultado. En ningún caso han impugnado las elecciones fraudulentas del PRI y ellos mismos las han organizado con tal de contener el crecimiento de la verdadera oposición a la izquierda. El PRI puede ver como un peligro a López Obrador pero verá siempre como un aliado al PAN. Puede garantizar el encubrimiento de sus fechorías y ventajas políticas locales, incluso un honroso segundo lugar en la elección presidencial.
A últimas fechas la prensa ha hecho revelaciones de hechos casi irrefutables de corrupción, complicidad, encubrimiento de figuras importantes de los regímenes panistas (fuga de El Chapo y fraude de Oceanografía). Es probable que Gobernación induzca esos ataques para dificultar la recuperación panista. Aunque yo apostaría que pronto estos escándalos saldrán del escenario y volverá a reinar la impunidad y también la voluntad del PAN de
cogobernarcon el PRI.
El PAN es un partido fuertemente arraigado. Tiene una importante vida interna y, de seguro, logrará rescatar su unidad en sus próximas elecciones para renovar su dirigencia nacional. Las denuncias y ataques entre los competidores se olvidarán por pragmatismo. Volverán a alinearse todos. Creo que es tontería pensar que el PRI es más patriota o menos corrupto que el PAN, o que romperá la alianza con éste. El PRIAN tiene muchos recursos para bloquear la urgente modernización de México y los va a utilizar en 2015. Y volverán a usar el voto conservador que probablemente necesiten desesperadamente en 2018. La única esperanza para sacar del poder a este binomio está en una fuerte organización progresista capaz de ganar las elecciones y hacer valer su triunfo. ¡Vaya, un reto!
Twitter: @ortizpinchetti
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