Miguel Ángel Velázquez
E
stá claro: nada que provenga del PRD en manos delchuchismo logra credibilidad. Tal vez por ello, y por alguna confusión, no se ha difundido con la importancia que merece el recurso que un grupo de senadores interpuso ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que se efectúe una consulta popular acerca de lo que se debe hacer con los recursos energéticos del país, y que esa instancia, la SCJN, aceptó.
Se trata de una forma de legislar que otorga a los ciudadanos, desde el artículo 35 de la Constitución, la posibilidad de hacer y deshacer leyes, a partir de la consulta popular, lo que pondría en manos de la ciudadanía la reforma energética, por la que se entrega a manos privadas, tanto nacionales como extranjeras, la más importante riqueza del país.
El pasado 12 de febrero, apoyados por más de un millón y medio de firmas, los senadores Alejandro Encinas, Manuel Camacho y Mario Delgado –ninguno pertenece al chuchismo– recibieron la noticia de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación había aceptado la solicitud que obligará a esa instancia a declarar si la consulta popular es válida para modificar los artículos 27 y 28 de la Constitución mexicana.
Decíamos que, pese a su importancia, el asunto no tuvo la resonancia que se esperaba, seguramente porque en eso estaba involucrado el PRD de loschuchos, y eso resta credibilidad y seriedad al asunto, que, como decíamos, tiene mucho de fondo y más de importancia para el país.
Es por ello que ahora el priísmo quiere, a como dé lugar, legislar sobre la consulta popular, para quitar, de una vez por todas, lo de
consultay no dejar pasar, por ningún motivo, eso de
popular, porque ellos, los priístas, están seguros de que si se preguntara a la ciudadanía sobre las reforma energética, la gente votaría en contra de la ley que impuso Enrique Peña Nieto.
Y si eso sucediera, el proyecto entreguista de Peña Nieto se vendría abajo. Por lo pronto, el proyecto de ponencia que deberá explicar si es o no constitucional la consulta que se propone está en manos del más nuevo de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, nos referimos a Alberto Gelacio Pérez Dayán, a quien tocará argumentar sobre el tema.
Y vaya responsabilidad. Si el ministro Pérez Dayán quisiera no enemistarse con el régimen actual, y para ello declarara la inconstitucionalidad de la consulta, la responsabilidad que tendría que cargar durante el tiempo que vista la toga de ministro sería, digamos inaguantable, porque en estos tiempos es muy difícil ir en contra de los intereses de las mayorías sin sufrir las consecuencias de ello.
Pero no, el asunto es no abandonar la batalla antes del primer disparo, y eso lo tiene muy claro el senador Delgado, que busca todos los argumentos legales precisos para evitar que el fallo de la Corte se ampare en algún error legal que hubiera sido ajustado por los demandantes.
En fin, no se debe quitar la atención a este esfuerzo, porque es mucho lo que se juega el país en ello. ¡Aguas!
De pasadita
Está lista la reforma política del DF, pero eso no quiere decir que todos los políticos que tienen que ver con ella estén muy contentos. Tendrá que haber algunos ajustes para que, por ejemplo los delegados, que hasta ahora apoyan en su totalidad el trabajo del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, sigan por ese camino y no sientan que la construcción de una constitución local pudiera ir en su contra.
De cualquier manera, Mancera tiene claro el panorama y, según nos dicen, también esos ajustes que llevarán tranquilidad administrativa a las delegaciones. Por lo pronto, lo más trascendente es que se dé ya la reforma, luego vendrán los procesos por los que se vayan acordando las adecuaciones requeridas en una empresa de este calado. ¡Suerte!
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