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| El exgobernador de Nuevo León, Fernando Elizondo. Foto: Fernando Gutiérrez Juárez |
MONTERREY, N.L. (apro).- Decepcionado por la corrupción, opacidad, clientelismo y desvío de recursos, el exgobernador de Nuevo León, Fernando Elizondo Barragán, anunció hoy su renuncia al PAN.
En una carta enviada al dirigente nacional Gustavo Madero, el también exsenador dice sentirse entristecido porque en el PAN “los males se han generalizado y han alcanzado los más altos centros de decisión, precisamente donde se podrían tomar las decisiones para poder corregirlos”.
La renuncia ocurre luego de que el domingo pasado fueran elegidos los 14 panistas que se integrarán al Consejo Nacional, en los que predominan nombres asociados a la nueva cúpula o grupo San Nicolás, contrario a la denominada “vieja cúpula” o grupo San Pedro, a la que está integrado Elizondo y que ha sido desplazado en los últimos años.
El excandidato a la gubernatura en la pasada elección explica en su carta que ingresó al PAN con la creencia de que el partido era el instrumento para “la construcción del México del futuro”, pero se percató de que la institución “adoptó numerosas prácticas que siempre combatió”.
Elizondo Barragán, quien se afilió al PAN en mayo del 2001, enumera en su carta las “prácticas viciadas” del partido:
“La corrupción, la opacidad, el acarreo, la afiliación masiva, la compra y coacción del voto interno y externo, el uso de recursos públicos para fines partidistas, el clientelismo, los puestos públicos como botín, la subordinación al bien común en beneficio personal o de grupo, la mentira y el cinismo como estrategias”.
Y atiza: “Este es el sentimiento de un enorme y creciente número de ciudadanos que con razón dicen frustrados: Todos son lo mismo”.
Además, sostiene que atacó los males internos integrándose al Grupo Acción nacional Democrático (Grande) y a Panistas por México, aunque sus esfuerzos fueron infructuosos.
“Al que no renuncio es al esfuerzo que como ciudadano estoy obligado a hacer para contribuir a mi patria y a mi comunidad. Mi pensamiento no ha cambiado, como tampoco lo ha hecho mi disposición a participar activamente en causas a favor de un México y un Nuevo León mejores. Vuelvo al actuar comunitario, donde siempre he coincidido y coincidiré con quienes de buena fe buscan el bien común”, concluye en su carta que va con copia para el dirigente estatal del PAN, José Alfredo Pérez Bernal; y el dirigente municipal de San Pedro, Américo Ferrara Olvera.
Fernando Elizondo Barragán es hijo de quien fuera gobernador de Nuevo León, Eduardo Elizondo, en la década de los 70.
Fue gobernador interino de Fernando Canales Clariond en el 2003 y secretario de Energía en el sexenio de Vicente Fox. Su hijo, Fernando Elizondo Ortiz, es diputado local por Acción Nacional.
Hasta esta tarde, Elizondo Barragán no había dado un pronunciamiento sobre su decisión.
Por su parte, el PAN estatal acusó hoy al político de 65 años de renunciar porque busca seguir “un proyecto político personal al margen de Acción Nacional”, en referencia a sus amenazas recientes de postularse por otro partido en las elecciones para gobernador del 2015.
En breve comunicado, Pérez Bernal dijo que respetaba la decisión de su correligionario aunque señaló que éste ha dejado en claro en distintas oportunidades su interés de alcanzar un proyecto político personal.
“En Acción Nacional, respetamos a los individuos pero entendemos que ninguno de ellos, independientemente de su posición, condición y trayectoria está por encima del interés del bien común por el cual trabaja diariamente nuestro Partido”, dice el dirigente local.
El 6 de enero pasado, con motivo de su cumpleaños, el exsenador reconoció que había recibido invitaciones de otros partidos para los comicios del año entrante y que cabía la posibilidad de competir con otra bandera diferente a la del PAN.
La renuncia de Elizondo se suma a la de Rogelio Sada Zambrano, otro connotado militante nuevoleonés que dimitió en marzo del 2012, en protesta por la designación como candidato a diputado federal de Fernando Larrazabal Bretón, integrante, también de la “neocúpula”.
En ese entonces Larrazabal recién había sido acusado, cuando era alcalde de Monterrey, de negociar a través de su hermano sobornos a los propietarios de casinos, escándalo mediático que se denominó como el Quesogate.
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