La falta de un consejero volvió a producir un empate y el tema fue retirado
El dictamen consta de 12 mil 600 cuartillas y había que leerlas en cinco días
Recriminaciones a la Cámara de Diputados por el incumplimiento para designar a quien sustituirá a García Ramírez
Leonardo Valdés, María Marván y Edmundo Jacobo, durante la sesión del IFEFoto Cristina Rodríguez
Alonso Urrutia y Fabiola Martínez
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de julio de 2013, p. 7
Miércoles 3 de julio de 2013, p. 7
El Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) pospuso la discusión del dictamen de los gastos de las campañas federales de 2012. Virtualmente divididos por mitades, la determinación no provino de la votación mayoritaria, sino fue consecuencia reglamentaria de un empate a cuatro en torno a retirar el punto del orden del día, como lo solicitaron los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadadano (MC), así como el senador panista Javier Corral.
Aunque el debate giró en torno a la interpretación de un artículo del reglamento de sesiones –relacionado con la aprobación del orden del día–, no inhibió críticas, alusiones al ‘‘fantasma’’ del empate y recriminaciones a la indefinición en el nombramiento del consejero faltante por parte de la Cámara de Diputados.
La sesión dio inicio hasta tres horas después de un debate sobre la viabilidad de retirar el dictamen de la Unidad de Fiscalización. Haciéndose eco de la petición de los partidos, los consejeros Benito Nacif y Alfredo Figueroa plantearon de entrada excluir del orden del día el punto para analizar con más tiempo el fondo del dictamen, como ya lo había hecho el IFE en enero pasado cuando se pretendía aprobar solamente el correspondiente a la campaña presidencial.
A pesar del carácter del debate sobre un tecnicismo reglamentario, esto no inhibió que el priísta José Antonio Hernández Fraguas descargara su inconformidad contra los promotores del diferimiento acusándolos de estar recurrentemente cercanos a la izquierda y respaldar todas sus propuestas, incluida la última prórroga.
O bien que el perredista Camerino Márquez censurara que el criterio aplicado en enero (para diferir) no fuera ratificado ayer: ‘‘¿Por qué cambiamos el criterio del 30 de enero al día de hoy? ¿Acaso hay una consigna? ¿O de qué nos extrañamos? Nos extraña que en este momento tenemos algo que ocultar, proteger al PRI sus excesos de gasto, volver a discutir el tema Monex, el rebase de topes de campaña o porque tenemos una elección altamente competida en 14 entidades, donde el PRI y el Verde van a perder gran parte de su electorado’’, previó.
El senador panista Javier Corral subrayó que a partir de la entrega del dictamen se había generado ‘‘en el ambiente algo de desconfianza y dudas razonables. No debemos colocar a una materia tan importante como es ésta una sospecha política ni de forma ni de fondo’’, dijo.
Su correligionario Rogelio Carbajal aludió al volumen del dictamen y con una frase cuestionó la posibilidad de votarlo: ‘‘Para leer más de 12 mil 600 cuartillas en cinco días, desde que me fue circulado hasta este momento, habría ocupado casi 34 segundos por cuartilla. Ni siquiera en un curso de lectura rápida es posible hacerlo’’.
Desde la víspera, los consejeros ya conocían que el tema los conduciría al empate, pero debatieron largamente sobre ello. Incluso, el llamado a discutirlo que hizo el consejero presidente, Leonardo Valdés, fue infructuoso, pues por la vía de los hechos saldría derrotado y se pospuso la discusión por la mera aplicación reglamentaria que indica que una votación que se empata en dos ocasiones obliga a retirar el punto y votarlo en otra sesión.
Valdés pidió a sus colegas ejercer su responsabilidad y estimó que el posible impacto en las elecciones de votar el saldo de la fiscalización de las campañas federales –como argumentaban los partidos de izquierda en su petición– no era razón suficiente para posponer la decisión, y afirmó que se contaba con todos los elementos para debatir.
Fueron Lorenzo Córdova y Francisco Guerrero quienes aludieron directamente al impacto que tiene la indefinición en el nombramiento del noveno consejero en las decisiones del IFE. Córdova habló de que el instituto opera en condiciones anómalas, lo que abre la ‘‘posibilidad de un empate’’, no sólo en torno a cuestiones de forma, sino eventualmente si se discutiera el fondo del dictamen.
Guerrero recriminó a los diputados su indefinición, al apuntar que con ocho consejeros siempre estará presente el ‘‘fantasma del empate’’, pues se requiere la mitad más uno para aprobar cualquier rubro. Lo anterior era el presagio del inminente empate que ya se avizoraba y en consecuencia la posposición del debate hasta la sesión que determine Valdés, quien tiene la facultad de agendarlo.
Los consejeros Marco Antonio Baños y Macarita Elizondo, quienes respaldaban la postura de Valdés, subrayaron la inviabilidad reglamentaria de posponer una discusión que por disposición legal estaba prevista para ayer: la fiscalización de las campañas de 2012. Elizondo fue más allá y dijo que el diferimiento sólo sería válido ‘‘siempre y cuando haya efectos vinculantes al proyecto’’.
En contraste, para la consejera María Marván, el IFE ‘‘merece la oportunidad de revisar esas decisiones, que sean sistemáticas, justas, que hayan sido aplicadas por igual a todos los fiscalizados’’, por lo que se pronunció por diferir el debate dos semanas.
Momentos después se votó la propuesta de excluir el tema del orden del día. El empate a cuatro en dos ocasiones precipitó el diferimiento.
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