El expresidente Felipe Calderón.
Foto: Miguel Dimayuga
Foto: Miguel Dimayuga
MADRID (proceso.com.mx).- En un escenario totalmente controlado y bajo el cobijo del expresidente español José María Aznar, Felipe Calderón ofreció hoy aquí su primera conferencia fuera de Estados Unidos, en la que destacó que “el gran reto de México es ser un país de leyes” para que se consolide el Estado de derecho.
En su larga intervención, Calderón resaltó que medios de comunicación que llegaron a hablar de “Estado fallido” durante su gobierno, hoy se refieren al “milagro mexicano”.
El expresidente de México aprovechó el rígido modelo en su comparecencia en el campus de verano de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que encabeza Aznar, para evitar responder a las preguntas de la prensa, argumentando que está en su año de “voto de silencio”.
“No quisiera hacer declaraciones. Estoy en año de voto de silencio. Quiero ser cuidadoso y por lo menos un tiempo estar así, una disculpa”, se justificó ante los reporteros al finalizar su conferencia celebrada en la localidad de Guadarrama, al norte de Madrid.
En su intervención ante un público conformado básicamente por estudiantes, el exmandatario mexicano afirmó que “el gran reto de México es ser un país de leyes” para que se consolide el Estado de derecho, porque “para que haya comercio tiene que creerse en la libertad humana y para que haya inversión tiene que haber estado de derecho”.
Asimismo, en este ambiente a modo, se dedicó a defender durante 45 minutos las reformas económicas y políticas que puso en marcha su gobierno frente a la crisis económica de 2009 y destacó el papel de apertura de México en el comercio internacional durante su gestión.
Calderón no pronunció una sola palabra sobre el país que dejó como consecuencia de su guerra contra el narcotráfico, ni de los alrededor de 70 mil asesinados reconocidos oficialmente, más de 24 mil desaparecidos y decenas de miles de desplazados como consecuencia de esa estrategia.
No dijo una palabra sobre la denuncia que se formuló en su contra en la Corte Penal Internacional de La Haya, por violaciones “sistemáticas y generalizadas contra los derechos humanos”. Tampoco habló de la pelea al interior de su partido en México, Acción Nacional, donde el grupo de su discípulo Ernesto Cordero pelea contra el dirigente nacional, Gustavo Madero.
Solo se dedicó a presumir supuestos logros en materia económica.
“Las claves estuvieron no sólo en enfrentar con fuerza y firmeza la crisis expandiendo y luego contrayendo, aportando competitividad y eso radica en la inversión en capital humano y físico, así como en el comercio, allí veo la potencialidad de la relación atlántica”, dijo.
Propugnó que América, Europa y África deben aprovechar su capacidad para expandirse mediante el comercio y la inversión.
Tras criticar las medidas proteccionistas de algunos países del G-20 o incluso de Brasil, Calderón resaltó la decisión de su gobierno de seguir abriendo a México a los tratados internacionales, hasta llegar a 44 acuerdos que abarcan a más de mil millones de consumidores en el mundo, que permitió reducir las tarifas arancelarias del 11 al 4 por ciento.
Repasó las medidas contracíclicas que adoptó su gobierno en plena crisis, primero para ayudar a la expansión y luego el ajuste en el déficit público.
En un mensaje que en España es motivo de gran debate sobre el déficit público, Calderón explicó que en el caso de México la clave fue que se tuvo claridad que esas medidas debían ser temporales, porque hacerlas permanentes tiene consecuencias muy negativas, justo esto es lo que le está pasando a Europa.
Asimismo, defendió su decisión de cerrar la compañía eléctrica Luz y Fuerza del Centro, cuyo operación calificó de “caótica” y “brutal”, con “un sindicato capaz de movilizar a miles y con amenazas de retirar la luz en toda la ciudad de México y zona metropolitana” y que “se negaba a la instalación de computadoras”.
Aseguró que pese a que está previsto en la ley, “ningún presidente había podido con la encomienda de cerrarla (LyFC)”.
El expresidente presumió que México tiene una deuda del 32% del Producto Interno Bruto (PIB) frente al 65% que es la media de los países de la OCDE.
Apabulló con más datos, al señalar que dejó las reservas del Banco de México dos veces y media del total de la deuda externa mexicana, y que el déficit público en México será cero.
Tras la participación de Calderón estuvo presente la bloguera cubana Yoani Sánchez.
Por su parte, durante la introducción a la conferencia, José María Aznar destacó la presidencia de Calderón, “que es digna de ser reseñada”, y “su coraje y determinación” de combatir a la criminalidad organizada, cuyos “valores” dijo compartir.
El exmandatario y aún consejero de Endesa, de cuya empresa eléctrica es broker y que es una firma con amplia presencia en México, bromeó diciendo que en Guadarrama sí podía decir lo que quisiera (a favor de Calderón) y no como le sucedió en 2006 “por desconocer parte de la realidad mexicana, cuando en la sede de tu partido, Acción Nacional, expresé mi deseo que ganaras la presidencia de México y casi me cuesta que me arresten”, dijo entre risas.
Fue notoria la ausencia del embajador de México en España, Francisco Ramírez Acuña, y de personal de la embajada en el evento, la cual es habitual en estos actos. Sin embargo, el portavoz de la embajada, Bernardo Graüe, sí confirmó que Ramírez Acuña recibió a Calderón a su llegada a España, en el aeropuerto de Barajas, de la capital española.
Quien sí estuvo en la conferencia fue Luis del Rivero, el destituido presidente de Sacyr ValleHermoso, la constructora con la que PEMEX sindicó sus votos en el consejo de administración de la petrolera Repsol.
Por la tarde, Calderón participó en un encuentro en la Fundación Internacional para la Libertad, que preside el premio Nóbel Mario Vargas Llosa. Está previsto que esta misma noche abandone España.
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