Desplomaron al Imss y al Issste para crear el “seguro popular” con esperanzas privatizadoras
Pedro Echeverría V.
1. Los desfalcos y fraudes en México, hechos por altos funcionarios de gobierno y por empresarios, han sido muy sonados y famosos en los últimos 100 años; han sido tan grandes que cada uno puede equivaler en cantidad de dinero a 100 o 1000 robos o asaltos que los miserables ladrones hacen para comer, a comercios, bancos o personas. Lo que sucede es que pronto se silencian porque el botín alcanza para comprar a todos los medios de información y para repartir entre altos funcionarios, abogados, jueces y carceleros. Es el caso que hoy se ventila acerca de fraudes multimillonarios en el Issste donde la líder magisterial Esther Gordillo y Miguel Angel Yunes, exdirector del Issste, se han lanzado fuertes acusaciones de fraudes multimillonarios. Yunes acusa a la Gordillo de exigirle 20 millones mensuales para su partido, pero nada se investigará y ha llegado a tal grado la chacota porque Gordillo sólo le dijo: “Vente mi yunes” y aquel “oyó mal”.
2. En México se siente tan impotente y tan apocado el pueblo que piensa que es imposible hacer algo contra el gobierno y los empresarios; es entonces cuando toma el camino de reírse, burlarse, chacotear con los desfalcos y fraudes, y también toma la ruta del desinterés en la política. “¿Para qué me meto –dice- si nada se puede hacer, si los mismos que protestan pronto se convierten en lo mismo?”. Lo que sucede con los servicios públicos de salud, educación y en otros campos sociales en México es sumamente grave. La política y economía neoliberal vino a agudizar los problemas -a hacerlos más grandes y profundos- que de por sí el capitalismo había venido descomponiendo. Y no es que luchemos porque se construyan más hospitales o más cementerios para que tengan cabida más enfermos y puedan enterrarse a más muertos, pero por lo menos, si el capitalismo ha estado provocando más enfermedades, justo es exigirle que las cure.
3. Desde luego que cuando se multiplican los hospitales es porque ha crecido el número de enfermos producidos por la miseria, la contaminación ambiental y una deficiente educación. Si la población gozara de un buen nivel de vida y la orientación necesaria, no habría gigantescos gastos en la cura de enfermedades; tendríamos servicios de salud que no requerirían enormes presupuestos. En México, desde los años 40 tuvimos un poderoso instituto de seguro social (IMSS) y al iniciarse la década de los 60 un gran instituto de salud para los trabajadores del Estado (ISSSTE) que cumplieron más o menos bien sus funciones hasta 1982, porque los gobiernos les destinaron los presupuestos necesarios. Sin embargo la mitad de la población mexicana no tenía derecho de asistirse en estas instituciones y se veía obligada a atenderse en pobre y desantendida secretaria de salubridad (SSA) o a pagar consulta privada, como lo hacían los ricos.
4. Desde 1982, con el argumento de que el gobierno no tenía dinero, que estaba en crisis o en quiebra, comenzó a retirar o a congelar presupuestos públicos en servicios de salud, educación, gasto social, con el fin de que más adelante justificara el gobierno la privatización de las instituciones. Las campañas calumniosas del gobierno y los medios de información contra las “altos salarios” de los trabajadores, sus sindicatos, así como contra la “irresponsabilidad” en su trabajo, se intensificaron para justificar golpes a las instituciones públicas así como el congelamiento de las inversiones presupuestarias. La caída y luego el desplome de esas dependencias de gobierno (IMSS e ISSSTE) se hizo evidente en la falta de contrataciones de médicos y enfermeras, en la carencia casi total de medicamentos, la falta de camas y la prolongación de tiempo para lograr consultas, exámenes médicos e incremento de la “subrogación” de operaciones, consultas especiales y medicinas.
5. La realidad es que el llamado “Seguro Popular” (SP) se creó con la idea de privatizar los servicios de salud frente a un IMSS y un ISSSTE “muy caros para el Estado e imposibles de seguir manteniendo por los gastos multimillonarios que representaban, así como su enorme endeudamiento”. No había duda en el pensamiento de los gobiernos privatizadores, derechistas y proempresariales de Fox y Calderón, que el (SP) debería ser un modelo de “prepago” o con servicios que se pagarían de acuerdo a los ingresos de los derechohabientes. Pero luego las protestas y las presiones masivas y de muchos articulistas, hicieron que aquellos servicios fueran hasta hoy gratuitos. Fueron y siguen siendo muy deficientes, pero sin duda alguna –debe reconocerse- cumplen el papel de remedios caseros urgentes y de cura de enfermedades sencillas de la población que acude a las clínicas y hospitales de la secretaria de salubridad (SSA) a recibir servicios del Seguro Popular.
6. Según definición del gobierno, “el Seguro Popular es un seguro médico público y voluntario que ofrece servicio de medicina preventiva, consulta externa, hospitalización y cirugía para la población no derechohabiente del IMSS, ISSSTE, SEDENA y otras. Dice que atiende 1,440 enfermedades, 95% de las más comunes y que entrega sin costo 422 medicamentos de su cuadro básico; además hace exámenes de laboratorio: análisis de sangre, orina y niveles de colesterol. Ha señalado que no se cobrará el servicio si se presenta la póliza vigente y que en caso de las aportaciones económicas se harán de acuerdo a un estudio socioeconómico de cada familia. Mientras los gobiernos panistas de Fox y Calderón han hecho abundante demagogia diciendo que el Seguro Popular ha solucionado los servicios universales de salud en México, los derechohabientes del IMSS y del ISSSTE, todos trabajadores pobres y de clases medias jodidas, se quejan con toda justicia.
7. ¿Por qué ha crecido enormemente y de manera acelerada la clientela de las clínicas y los hospitales privados, representando para ellos gigantes riquezas? ¿Crecerían en número y en tamaño de manera tan rápida si los servicios del IMSS, ISSSTE, Seguro Popular fueran eficientes? Los servicios médicos en medicina, especialidades y hospitalización que me proporciona la Universidad son muy eficientes, pero debo pagar fuertes cantidades porque la institución sólo me cubre el 50 por ciento, por media jubilación. Por los que me proporciona el Issste debo esperar casi seis meses para que me atienda un cardiólogo, otro tiempo para que me hagan un examen de laboratorio, (sino pago el examen particular) y esperar algún medicamento una o dos semanas si no me subrogan. El IMSS está en peores condiciones que el ISSSTE porque atiende a trabajadores de menos nivel económico. ¿De qué “magnífica cobertura de servicios de salud habla el gobierno de Calderón?
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