viernes, 17 de septiembre de 2010

Las adicciones y su tratamiento - Avelino Soto Ugalde

Nuestros gobernantes, continúan empeñados en erradicar los efectos de una realidad que es producto de unas estructuras injustas, mismas que deforman a los individuos, toda vez que priorizan el afán de ganancia y de riqueza, por encima de los valores que elevan y convierten a los individuos en verdaderos seres humanos.



Los hombres no nacen con vicios, ni con las deformaciones conductuales que presentan en su vida de adolescentes o de adultos. Los vicios y las conductas negativas se las impone este tipo de sociedad y de estructuras en que vivimos.

Nadie es pobre por voluntad propia; o está desempleado por gusto. El ingreso producto del trabajo, solamente alcanza para vivir, pero no hace millonario a nadie, a menos que se aproveche la oportunidad de sustraer del erario público salarios estratosféricos como lo hacen los representantes populares y los gobernantes, que por encima de esos salarios, aún se asignan jugosas partidas por comisiones que muchas veces no desempeñan.

Las estructuras económicas, son las que van determinando y condicionando la personalidad y la conducta de los individuos. Tenemos millones de pobres debido a esas estructuras injustas. El afán de ganancia provoca en el individuo el olvido de los valores humanos, de los escrúpulos.

Por ejemplo, lo extendido del consumo de drogas en nuestro país, obedece únicamente a dos causas fundamentales: la pérdida de valores en quienes han optado por ese tipo de negocio, sin importarles los daños que provoquen a la salud en los demás y; por otra parte, la corrupción en todas las esferas de gobierno, que debiendo velar por la salud de los gobernados, permiten por interés, que otros arruinen la salud de la sociedad.

Esta serie de ideas vienen a propósito de la inauguración que de la Unidad Municipal de Atención a las Adicciones ( UMAA), acaba de hacer la semana pasada el licenciado José Reyes Ferriz, aún presidente municipal de Juárez.

Con todo lo positivo que resulte este proyecto municipal, ¿no habría sido mejor combatir a tiempo, a fondo y sin simulaciones el tráfico de enervantes en nuestra ciudad y en todo el municipio? La protección de la sociedad y particularmente de la juventud y la niñez, ¿no ameritaba un esfuerzo hasta sobre humano para combatir a los enemigos de la sociedad, o sea los narcotraficantes?

Claro que no es correcto afirmar que se haya dejado de combatir este flagelo de nuestro tiempo, pero lo cierto es que no se ha tenido la voluntad política suficiente para erradicar este cáncer.

Incluso, da la impresión de que la propia concepción de esa Unidad Municipal de Atención a las Adicciones, se hizo sin tener en cuenta la magnitud del problema, pues se estima que en la ciudad actualmente el número de adictos rebasa los cincuenta mil.

Pero, suponiendo sin conceder, que esa unidad tuviese capacidad para atender a todos los adictos, resulta que las causas que provocan el fenómeno siguen sin combatirse a fondo. Dejar casi intocada la circulación y comercialización de las drogas, implica no terminar nunca con el ingreso de más individuos a ese tipo de muerte. Se pueden crear incluso cien o mil centros de atención a las adicciones y el problema no se termina.

Para empezar, la labor de prevención contra las adicciones, casi es nula, a pesar de ser tal prevención una tarea fundamental.

La política de atención a la educación, a la recreación, al deporte y a las actividades culturales si la hay, no está a la altura de las necesidades.

Dos cosas requiere una política de prevención contra las adicciones: espacios públicos y apoyos económicos y materiales por parte de todas las autoridades. Pero que tales apoyos no sean “flor de un día”, como el programa “Todos somos Juárez” que trajo el gobierno federal, con el cual sólo pretendía deslumbrarnos.

Atender a los adictos es necesario, ya que la droga los ha convertido en enfermos, sin embargo, sin combatir las causas de la enfermedad, equivale a dejar que las víctimas se sigan multiplicando.

La labor de prevención es fundamental, sin ella no hay avances.

Con la prevención se identifica la labor y los verdaderos propósitos e interés de cualquier nivel de gobierno, por proteger a la inmensa mayoría de la sociedad.

Los efectos negativos de cualquier problema debemos combatirlos sí, pero sin olvidarnos que también es necesario el combate de las causas que los provocan. Un efecto también muy negativo es la pérdida de nuestros valores patrios y el culto a nuestros héroes, pero eso no se combate suspendiendo aquellos actos que permiten exaltar esos valores.


1 comentario:

VersionDG dijo...

He estado leyendo al respecto en Fundacion Doce Casas acerca de los distintos tipos de tratamiento para las distintas adicciones, pero no entiendo como se puede utilizar el mismo criterio para las distintas adicciones, entendiendo que las drogas por ejemplo implican mayor problema que el alcohol, aunque su fuerza destructiva sea similar. Lamentablemente hay adicciones mas dificiles de controlar, porque su venta no esta restringida.