Deserción escolar y desempleo
Historia nacional resumida: ¡shalalala!
Circuló ayer un extraño comunicado conjunto emitido por las secretarías de Gobernación y de Educación Pública (Los jóvenes en México, realmente ¿ni trabajan ni estudian?), que puso en duda la voluminosa existencia de los llamados ninis mexicanos, y exhorta a hacer un manejo cuidadoso
de las cifras relativas a este obvio problema social. Aparentemente, el inquilino de Los Pinos habría registrado esta lamentable situación juvenil por mera casualidad (la reiterada denuncia que sobre este tema hace el rector Narro nada tiene que ver), y por lo mismo giró instrucciones precisas a Francisco Blake y a Alonso Lujambio para que la realidad cuadrara con el discurso oficial.
Tal comunicado asegura que “de acuerdo con algunos expertos en la materia, el análisis riguroso de este subgrupo de la población debería excluir, además de quienes se dedican al trabajo doméstico, a los jóvenes que actualmente se encuentran buscando empleo (pues forman parte de la población económicamente activa) y a quienes experimentan algún tipo de discapacidad que les impide realizar actividades económicamente productivas… La percepción generalizada de que existe una gran cantidad de jóvenes nini no se refleja en las cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Con frecuencia, el volumen de la población nini se sobreestima debido a una conceptualización parcial del fenómeno, ya que algunas estadísticas en torno a esta población incluyen en ellas a jóvenes que se dedican al trabajo doméstico, entre los que la proporción de mujeres jóvenes unidas es predominante”.
A manera de ejemplo, cita el comunicado, “la Encuesta Nacional de la Juventud 2005 reporta 24 por ciento de jóvenes entre 12 y 29 años que dicen no estudiar ni trabajar. Sin embargo, de este conjunto poco más de ocho de cada diez son mujeres, entre las cuales cerca de siete de cada diez están unidas y, presumiblemente, se dedican a la vida doméstica. Otro 30 por ciento de las mujeres son solteras, pero podrían participar en las actividades domésticas de su hogar de origen. Incluir a este subgrupo de la población joven entre los nini parece inapropiado, ya que el trabajo relativo a la reproducción no es una labor menor… Al respecto, resulta pertinente cuestionar si el hecho de que las mujeres jóvenes se dediquen a actividades reproductivas y domésticas desde edades tempranas obedece o no a una situación de exclusión social que acota sus oportunidades y las orienta desde edades muy jóvenes hacia la vida doméstica… Es necesario aprovechar el bono demográfico para impulsar el desarrollo del país y que las generaciones actuales y futuras de mexicanos vivan mejor.”
Eso dicen la Segob y la SEP, y lo hacen apenas un días después de que el rector de la UNAM, José Narro Robles, reiteró que “las condiciones actuales para la juventud en México son preocupantes y su panorama a futuro es complicado… De acuerdo con datos del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), cuatro de cada cinco mexicanos de entre 12 y 29 años viven en condiciones de pobreza o vulnerabilidad. (Es) una vergüenza que haya 7.5 millones de jóvenes mexicanos que ni estudian ni trabajan (ninis), y lo que resulta aún peor es que de éstos, 6 millones son mujeres. Es necesaria una política gubernamental más contundente que considere como prioridad nacional a este sector, que es el futuro del país. Los mexicanos de entre 12 y 29 años que ni estudian ni trabajan representan 22.8 por ciento de los 33 millones de jóvenes que reporta el Coneval. Es una vergüenza que tengamos 7.5 millones de jóvenes en esta situación, fundamentalmente porque no hay oportunidades para ellos… Si sólo se pretende matizar las cosas, si nos planteamos un mundo color de rosa, nos vamos a equivocar de manera muy grave”, es decir, exactamente lo que hacen el inquilino de Los Pinos y sus heraldos (Blake y Lujambio): acomodar la realidad al discurso oficial, mientras el número de ninis va en aumento y el país a la baja.
En la Segob y en la SEP también se dieron cuenta que es urgente combatir el incremento de la tasa de desocupación abierta de los jóvenes, es decir, el porcentaje de población entre 15 y 24 años que, sin estar ocupada, ha buscado incorporarse a alguna actividad económica. Este indicador se ha incrementado entre los jóvenes en poco más de 50 por ciento en los últimos cinco años, al pasar de 6.6 por ciento a 10 entre 2005 y 2009. Asimismo, es fundamental atender las condiciones en las que se emplean los jóvenes trabajadores, pues frecuentemente experimentan situaciones laborales precarias e inestables
.
Qué bueno que recuerdan la existencia del grave problema de la desocupación en el país: 2.5 millones y medio de mexicanos, o lo que es lo mismo, casi un millón más que el primer día de diciembre de 2006, la fecha del haiga sido como haiga sido
. De ese millón de desempleados adicionales durante el calderonato casi 30 por ciento está representado por jóvenes de entre 14 y 29 años. Al cierre del segundo trimestre de 2010 las cifras oficiales reconocen cerca de 2.5 millones de desocupados, de los que 54 por ciento corresponden al citado rango de edad, de acuerdo con la estadística de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, citada en el comunicado Segob-SEP. A estas alturas del partido, un millón 338 mil jóvenes (se insiste en eso de las cifras oficiales) forman parte del ejército de reserva.
Otras cifras oficiales indican que en México la mayor parte de la población económicamente activa es joven; 56 por ciento de ella obtiene un ingreso de entre uno y tres salarios mínimos; 64 por ciento carece de seguridad social. Y de la Encuesta Nacional de Juventud 2005: 38 por ciento de los jóvenes abandona los estudios entre los 15 y los 17 años, seguidos de los que tienen entre 18 y 20 años, y en tercer lugar los de 12 a 14 años. El primer motivo de tal abandono es la necesidad de trabajar (43 por ciento), y la mayoría fracasa en el intento.
Entonces, como bien denuncia el rector Narro es una vergüenza el abandono en el que se tiene a millones de jóvenes en el país, pero lo es aún más que lejos, muy lejos de siquiera intentar corregir esta lamentable situación el calderonato se empeñe en negar la realidad y (supuestamente) gobernar a golpe de discursos y/o comunicados.
Las rebanadas del pastel
¡Alegraos!, mexicanos, que el creativo calderonato resumió así 200 años de historia nacional: “¡shalalala... el futuro es milenario… shalalala!”, (tema del Bicentenario)… ¡Qué cosa!
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