Washington/Ciudad de México. Funcionarios mexicanos y estadunidenses no habrían llegado a un acuerdo el miércoles en Washington para evitar que Estados Unidos imponga aranceles a todos los productos de México, dijo la televisora estadunidense CNBC que citó a NBC.
Antes de conocerse la noticia, México había anunciado que se preparaba para una represalia si la próxima semana le imponen los aranceles.
Frustrado por la falta de progreso en una de sus promesas durante la campaña electoral de 2016, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le exigió a México que asuma una línea más dura contra la inmigración ilegal o enfrente, desde el lunes, aranceles del 5 por ciento en todas sus exportaciones a su vecino del norte, los que aumentarán hasta 25 por ciento a fines de año.
Si los gravámenes se materializan, Estados Unidos estaría en una seria disputa con dos de sus tres principales socios comerciales. Las relaciones de Estados Unidos con China han empeorado en el último mes luego que Washington y Pekín impusieran aranceles adicionales a sus respectivos envíos.
México también quiere detener una guerra con su mayor socio comercial que, según analistas, podría llevar a su economía a una recesión. Su presidente, Andrés Manuel López Obrador, insistió el miércoles en que las conversaciones en Washington llegarían a buen puerto.
Pero México está analizando una lista oficial de productos estadounidenses que podrían estar sujetos a aranceles de represalia si las amenazas de Trump entran en vigencia, dijeron funcionarios en Ciudad de México.
La medida estaría dirigida a golpear la base electoral de Trump, quien anunciará próximamente su candidatura para las elecciones de noviembre de 2020. Sin embargo, las fuentes precisaron que las medidas no incluirían al maíz, uno de los productos agrícolas estadounidenses más rentables.
"México puede detenerlo (el flujo migratorio). Tienen que detenerlo, de lo contrario, no podremos hacer negocios. Es algo muy simple. Y creo que lo detendrán. Creo que quieren hacer algo. Creo que quieren llegar a un acuerdo y enviaron a gente de alto nivel para intentarlo y lograrlo", dijo Trump en Irlanda.
Una delegación mexicana, encabezada por el canciller Marcelo Ebrard, se encuentra en Washington desde el fin de semana buscando allanar el camino, y se reunió el miércoles con una representación estadounidense encabezada por el vicepresidente, Mike Pence, y el secretario de Estado, Mike Pompeo.
-Resistencia en casa-
Trump ha enfrentado una resistencia significativa dentro de su propio Partido Republicano por los aranceles y muchos legisladores están preocupados por el posible impacto al comercio transfronterizo, a las empresas y a consumidores estadunidenses.
Chuck Grassley, presidente republicano del Comité de Finanzas del Senado estadounidense, vaticinó que Estados Unidos y México firmarían un acuerdo para evitar los aranceles tan pronto como el jueves por la noche.
Grassley representa al estado de Iowa, que exporta carne de cerdo y otros productos agrícolas a México y podría verse afectado por represalias mexicanas en una disputa comercial prolongada.
Durante la campaña que lo llevó a la presidencia de Estados Unidos en enero de 2017, Trump cautivó a sus votantes con una retórica contra los migrantes mexicanos y centroamericanos.
Algunos republicanos le han dicho a la Casa Blanca que no cuente con el mismo nivel de apoyo dentro del partido que recibió a principios de año, cuando Trump declaró una emergencia nacional para desviar fondos para construir un muro en la frontera con México.
Los aranceles propuestos también han sido criticados por la Cámara de Comercio de Estados Unidos y grupos industriales debido a las preocupaciones sobre el aumento de los costos para las empresas estadounidenses y los consumidores de productos mexicanos importados, desde automóviles y autopartes hasta cerveza y fruta, pasando por aparatos eléctricos.
-Migración al alza-
En mayo, el número de personas detenidas en la frontera México-Estados Unidos alcanzó su máximo mensual en más de una década. Las autoridades estadounidenses han dicho que están abrumadas no tanto por el número de migrantes, sino por un cambio en el tipo de persona que llega a la frontera.
Un número cada vez mayor de familias centroamericanas y menores no acompañados que buscan asilo después de huir de la violencia y pobreza en casa se han entregado a los agentes fronterizos de Estados Unidos, que durante mucho tiempo han estado preparados para atrapar principalmente a mexicanos adultos solteros que intentan cruzar clandestinamente.
México ha dicho que la imposición de aranceles sería devastadora para su economía y que se le complicaría contener el flujo migratorio por el impacto económico que tendrían.
López Obrador ha insistido en que la solución a la migración es el desarrollo de El Salvador, Guatemala y Honduras, así como el sur de México. De hecho, ha propuesto que los fondos destinados a la Iniciativa Mérida sean reorientados al impulso del desarrollo en el sur.
Además, la posición negociadora de México sigue siendo la de no aceptar el estatus de "tercer país seguro", que requeriría que los solicitantes de asilo centroamericanos busquen refugio en el país latinoamericano en lugar de Estados Unidos, dijeron a Reuters fuentes del gobierno mexicano.
Desde que Trump anunció las medidas, el peso y la bolsa mexicanas han sufrido el embate y, según un sondeo de Reuters, la economía local probablemente entrará en recesión este año si el mandatario estadunidense cumple con su amenaza arancelaria.
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