MÉXICO, DF (apro).-El nuevo presidente de la Asamblea Nacional venezolana Henry Ramos Allup anticipó la ruta que seguirá el poder legislativo al ordenar el desalojo del recinto todos los objetos y fotografías del expresidente Hugo Chávez.
El miércoles pasado, un día de asumir su cargo como jefe de la Asamblea ordenó a los trabajadores del edificio sacar además algunas imágenes del héroe de la Independencia venezolana, Simón Bolívar, lo que generó gran polémica con el gobierno de Nicolás Maduro.
“Que se los lleven para Sabaneta (ciudad natal de Chávez), el que quiera prenderle velas que se lo lleve para Sabaneta, que se lo lleven a las hijas, a las viudas. Esta vaina no es cementerio”, dijo Ramos, en lo que fue su primera decisión como jefe de la Asamblea dominada por la mayoría opositora por primera vez en 16 años.
Luego instó a los trabajadores a llevarse los objetos desechados a la casa de Gobierno de Miraflores, o “al aseo”.
“No quiero ver aquí a Chávez, ni a Maduro. Llévense toda esa vaina para Miraflores o se la dan al aseo”, pidió el líder de la Asamblea.
“No quiero ver aquí a Chávez, ni a Maduro. Llévense toda esa vaina para Miraflores o se la dan al aseo”, pidió el líder de la Asamblea.
Quien se mete con Chávez “se seca”
La respuesta del presidente no tardó en llegar. Maduro llamó a los partidarios de su gobierno a realizar acciones contra las “manifestaciones neofascistas” que agravian a Chávez y Bolívar.
“Llamo al pueblo a rebelarse ante estas manifestaciones neofascistas y antibolivarianas.
“Llamamos al pueblo a realizar actos de desagravio. Intentan mancillar la memoria histórica, la memoria de nuestro comandante supremo Hugo Chávez, el líder político más importante del siglo XX y creo que del XXI”, dijo el mandatario en un mensaje transmitido en cadena nacional de radio y televisión.
Maduro tildó la medida emprendida por Ramos de “vulgar” y acusó al líder opositor de ofender los sentimientos nobles de millones de venezolanos y de “no respetar la memoria de un hombre que cuando murió era presidente y comandante en jefe de la Fuerza Armada”.
Y cuestionó:
“¿Si ellos tomaron ese poquito de poder en la Asamblea y no tienen respeto para millones de venezolanos, qué se puede esperar que venga de esa Asamblea burguesa?”.
Quien se “mete con Chávez se seca” advirtió Maduro quien anunció cambios en su gabinete la noche del miércoles pasado tras la debacle electoral que sufrió su partido en las elecciones pasadas.
Maduro designó al actual gobernador del estado oriental de Anzoátegui, Aristóbulo Istúriz, como el nuevo vicepresidente ejecutivo, en sustitución de Jorge Arreaza, exministro de Ciencia y Tecnología de Chávez y quien está casado con la hija de éste, Rosa Virginia.
Ahora Arreaza será el nuevo ministro de Educación Universitaria, en tanto que Luis Salas, un profesor universitario, estará a cargo del nuevo ministerio de Economía Productiva, que no tendrá presupuesto propio y supervisará otros ministerios a cargo de la economía, como el despacho de Industria y Comercio, en el que nombró a Miguel Pérez Abad, presidente de Fedeindustria, gremio de pequeños y medianos empresarios cercanos al gobierno.
Maduro anunció también la creación de dos nuevos despachos para promover el comercio exterior y las actividades agrícolas en las ciudades: el ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera y el ministerio de Agricultura Urbana, cuyos titulares serán Jesús Farías y Emma Ortega, respectivamente.
Wilmar Castro Soteldo, un exteniente coronel que acompañó a Chávez en el fallido golpe de Estado de 2002 y quien se venía desempeñando como gobernador del estado agrícola de Portuguesa, fue nombrado ministro de Producción Agrícola y Tierra.
El exministro de Economía, Finanzas y Banca Pública y actual presidente del estatal Banco de Venezuela, Rodolfo Marco Torres será el nuevo ministro de Alimentación.
Según Maduro, la nueva formación será capaz de “proteger a la revolución”, ante la nueva era política del país y tendrá la misión de “enderezar” el rumbo de la economía venezolana.
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