En 2012, cuando tenía 38 años de edad y había tomado posesión para encarnar al único Gobierno del Partido Revolucionario Institucional en el Distrito Federal, recibió un epíteto que lo marcó. El propio Enrique Peña Nieto le dijo en un evento del Ejército: “¡Mi próximo Jefe de Gobierno!”. En unos días, Rubalcava estará en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Aunque se le mencionaba como coordinador y uno de los líderes del PRI en la capital, llega con un perfil mucho más bajo. Sin embargo allí estará, mientras que la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra de la Libertad de Expresión (FEADLE) sigue sobando (y sin consignar) una averiguación que ya tiene todo... excepto la voluntad para ser turnada a un juez.
Por Linaloe R. Flores y Humberto Padgett/SinEmbargo
OCTAVA PARTE
Han pasado siete días desde que a Adrián Rubalcava Suárez se le vio como una máquina de furia en San Mateo Tlaltenango, una de las cuatro colonias (o pueblos) de la Delegación Cuajimalpa, la que gobernó hasta entrado marzo de 2015.
La guerra fue entre priistas y perredistas por colocar propaganda. La tarde del 13 de mayo, una llamada le mata ese mal humor que puede tener por el collarín y el parche que le cubre 17 puntadas en la frente, según la foto que difundió él mismo en Internet.
La voz del ex Delegado se torna suave al reconocer a su interlocutor. Quien le habla esJuan Carlos Zaragoza Ríos, el hombre que apenas rebasados los 30 años, se forja en el naciente mercado de la difamación y desprestigio en las redes sociales y que le sirve como operador en contra de sus rivales políticos o los medios que considera críticos.
Uno al otro se brindan impulso:
–Pero vamos bien, mi Adrián –le dice Zaragoza Ríos a Rubalcava Suárez.
–Ok, hermanito. Está bien. Lo checo entonces ahorita. Te mando un abrazo, amigo. Gracias.
Antes, Juan Carlos Zaragoza Ríos, le dio un reporte de su trabajo de ese día:
“De hecho estamos haciendo un blog como de lo que es este, como de la biografía de Cházaro pero en mal pedo”.
En 2005, Rubalcava Suárez cursó la maestría en Administración Pública en la Universidad Iberoamericana. Lo negó por un tiempo, pero uno de sus trabajos fue en un despacho de abogados que llevó el caso de Raúl Salinas de Gortari. De hecho, fue su yerno. En enero de 2015, el llamado “hermano incómodo” reapareció en un acto público que homenajeaba al empresario Alejo Peralta en la Delegación Cuajimalpa.
En 2012, Adrián Rubalcava tenía 38 años de edad y había tomado posesión para encarnar al único Gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Distrito Federal. Entonces, recibió un epíteto que lo marcó. El propio Enrique Peña Nieto, le dijo en un evento del Ejército: “¡Mi próximo Jefe de Gobierno!”, según se publicó en la columna Templo Mayor del diario Reforma ese año. Detractores y amigos coinciden en que lleva esas palabras como tatuajes.
Pero las cosas han cambiado para él.
El de Adrián Rubalcava y Juan Carlos Zaragoza Ríos es un vínculo que ya existía cuando el primero era Delegado de Cuajimalpa. Lo confirma la intervención telefónica del 25 de febrero de 2015 de la Unidad Científica de la Policía Federal por orden de un juez federal, pasados unos minutos de las cinco de la tarde, con una duración de un minuto con 58 segundos. Es su coordinador de asesores, Alejandro Zapata quien le pasa el teléfono (el 5527555401).
Juan: Bueno.
Alejandro: ¿Juan, cómo vas?
Juan: Hey, ¿quién habla?
Alejandro: Alejandro Zapata.
Juan: Ah, qué onda mi Álex, espérame, bueno, bueno, bueno, bueno.
Adrián: Juan.
Juan: Sí, te escucho.
Adrián: ¿Cómo estás?
Juan: Bien. Bien, gracias.
Adrián: Sé que tenemos pendiente un asuntillo que ya va a salir, cabrón, pero necesito que me ayudes en este pinche tema que están chingando güey.
Juan: Sí, puse ahorita gente a monitorear el tema. Mira, ahorita estoy llegando a la oficina. Este, 15, 20, minutitos máximo, te mando el reporte de lo que están … De lo se estén generando como comentarios.
Adrián: Ok.
Juan: Pero también o sea nosotros estamos trabajando porque me encargó Álex que hiciéramos una estrategia para medirlo, ¿no?
Adrián: Sí, claro y otra en contra del otro güey que tiene fotos con ese cabrón.
Juan: Ajá, sí, sí, sí, entonces ahorita como fue de rápido agarré a dos cuates que me ayudaran a hacer el tema de monitoreo, estoy reuniendo gente, pues para darle con esto al tema todo el día y ahora sí que parte de la noche.
Adrián: Órale te lo voy a encargar mucho güey, y a los de gobierno y a los de diferentes partidos políticos, güey.
Juan: Sí, sí, sí, sí cuenta con ello, Adrián.
Adrián: Te lo voy a agradecer, cabrón. Te mando una abrazo, amigo.
Juan: Igualmente, que estés bien.
***
Visto así –collarín y un parche en la frente– pareciera que el ex Delegado de Cuajimalpa, Adrián Ruvalcaba Suárez, sobrevivió a una guerra. Está dejando el Hospital ABC de Santa Fe donde permaneció dos días. Hace 48 horas, esquivaba botellas, palos y piedras, mientras avanzaba la madrugada del 6 de mayo de 2015 en San Mateo Tlaltenango, Cuajimalpa. Esa refriega cuerpo a cuerpo validó esa estadística de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal que le puso la categoría a esa demarcación de “la más violenta” debido a que ahí se levantaron 10 denuncias de un total de 27 en cuanto a delitos electorales en el preámbulo de la votación del 7 de junio.
De lo que pasa en Cuajimalpa hay una teoría. La de que “todo se debe a Los Claudios”. La menciona Martina Sánchez, una vecina, quien se refiere al grupo de delincuencia organizada al que se le han adjudicado la intimidación, los golpes, amenazas de muerte y clausura de comercios en los meses pasados. Un grupo que pasó a la hemeroteca del país como “de choque”, encabezado por Claudio y Héctor González, y que a la fecha reúne por lo menos 10 averiguaciones previas en su contra por delitos de lesión culposa y amenazas. Los dueños de una bitácora de violencia: el 15 de abril, siete personas fueron agredidas cuando pegaban propaganda en la colonia Loma del Prado; más tarde, a las 16:00 horas, en la calle Ocampo, tres personas resultaron lesionadas y fueron trasladadas al hospital Enrique Cabrera.
Pero “Los Claudios” ya tenían currículum. En noviembre de 2014, cinco funcionarios de la Delegación Cuajimalpa fueron denunciados ante la Procuraduría capitalina por la agresión a empresarios circenses. Uno de ellos que prefiere el anonimato refiere que aquella vez, se mostraron como golpeadores profesionales. En un documento ante la Procuraduría dejaron asentado que les dijeron: “Les vamos a quemar sus circos”.
La madre de todas las trifulcas ocurrió esa madrugada del 7 de junio, cuando priistas y perredistas se enfrentaron por el territorio de las calles Hidalgo y Mina, en San Mateo Tlaltenango, para colocar propaganda. Las versiones de lo ocurrido se encontraron. Que los perredistas fueron agredidos a pedradas cuando colocaban propaganda y que en el ataque participaron Miguel Ángel Salazar, Adrián Rubalcava, así como Héctor Rodríguez, líder del grupo de Los Claudios fue la versión de Raúl Flores, presidente del PRD en el Distrito Federal. Que el PRI-DF recibió un reporte de que una cuadrilla de hombres retiraba propaganda priista y entonces, tanto el ex Delegado como el candidato se apersonaron en el sitio donde fueron recibidos a palos fue lo que dijo Mauricio López Velázquez, presidente del tricolor en la capital del país.
Cuajimalpa, la región que se extiende en los pueblos de San Lorenzo Acopilco, San Mateo Tlaltenanco, San Pablo Chimalpa, El Contadero y el Parque del Desierto de los Leones, representa 5.1 por ciento del territorio del Distrito Federal. Dados sus bosques, alguna vez fue respiradero de la capital. Y, por sus barrancas, cañadas y corrientes, su reserva acuífera. En los días que antecedieron a la elección del 7 de junio, la delegación donde habitan casi 200 mil personas es el territorio donde actuó el llamado grupo de Los Claudios.
Y se convirtió en resumen de la violencia electoral.
¿Y de quién fue la culpa?
José Fernández Santillán, politólogo del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de México (ITESM), tiene una explicación: “En México, ha sido efectiva la idea de la política como espectáculo. En el escenario de violencia que es Cuajimalpa, Adrián Ruvalcaba no está solo. Tampoco lo está el PRI. Para bailar se necesitan dos. Y la violencia siempre encontrará la réplica. Si hay porros de un lado, también del otro. El mal ejemplo cunde. Enfrentados PRD y PRI-Partido Vede, vemos que la delegación es la muestra de cómo la política se está degradando, en lugar que la democracia se perfeccione”.
Para José Antonio Crespo, del Centro de Investigación y Docencia Económicos (CIDE), “los políticos en México pueden hacer lo que quieran. Las probabilidades de que haya consecuencias por sus actos son mínimas. Para la violencia no hay castigo”.
***
Pero luego, cambió de decisión. El viernes 6 de marzo, Adrián Rubalcava solicitó licencia para separarse del cargo y ser candidato a una diputación en la ALDF. Entonces, en un comunicado, informó que entregaba una administración que había cumplido ciento por ciento con la obra comprometida, en la que destacó la creación de la Central de Emergencias, el Centro de Seguridad y Vigilancia C2, así como dos centros deportivos.
Aun con licencia, la Delegación continuaba bajo sus manos. Es probable que el dinero con el que pagó los servicios de Zaragoza Ríos haya salido de ahí. Siempre hablan de “pasar a la Administración”, de “el dinero que me mandaste” en fechas en las que ya no ocupaba el cargo. En las llamadas intervenidas por la PF al ex empleado de Televisa –despedido a partir de los audios–, a Adrián Rubalcava le interesa incorporar a la memoria cibernética imágenes negativas de sus enemigos políticos.
Hay tres personas que se mantienen en la mira de Zaragoza Ríos y de alguna u otra manera, los acosa.
Mauricio López, dirigente del Partido Revolucionario Institucional, en sustitución de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre; el perredista Luis Espinoza Cházaro quien se postuló como candidato a Delegado en Cuajimalpa y Carlos del Valle Guerrero, quien se desempeñó como director de Desarrollo Social en esa demarcación.
¿Qué le hicieron?
En el caso de Carlos del Valle, el número de dardos será mayor. No sólo presentó una acusación en contra de Adrián Rubalcava ante la Procuraduría General de la República por presuntos vínculos con la banda de secuestradores Los Claudios; sino que pidió la expulsión del ex Delegado del PRI.
Es así que en la interpretación de las llamadas intervenidas, la PF identificó como Alejandro Zapata Sánchez, asesor de colaboradores de Adrián Rubalcava, el diálogo sostenido con Juan Carlos Zaragoza Ríos, del 3 de marzo de 2015, pasados 54 minutos y 24 segundos de las cinco de la tarde:
Juan: Le genero cosas a Mauricio haciéndolo creer que es Carlos del Valle el que las están mandando.
Álex: Así es.
Juan: Ahhh, órale.
Álex: Negativas obviamente.
Juan: Sí, sí.
Álex: Que es un perrote y que es un pendejo, y cosas así ya manchadas como quieras.
Juan: Órale.
Sobre Luis Espinoza Cházaro, el audio del 13 de mayo, apenas arrancaba la madrugada, da cuenta de lo siguiente:
Juan: De hecho estamos haciendo un blog como de lo que es este, como de la biografía de Cházaro pero en mal pedo, o sea que este güey tenía broncas porque utilizaba un reloj de más de 150 mil pesos, entonces conforme a esos datitos que vamos teniendo, estamos haciendo la biografía y esa es la que vamos a lanzar también mañana, con adwords también.
Y el del 12 de marzo, de las 10 de la noche con cinco minutos, da cuenta que desde Cuajimalpa, se planeaba emprenderla en redes sociales en contra de Carlos del Valle. Hablan Alejandro Zapata y Juan Carlos Zaragoza Ríos:
Álex: Qué pasó amigo, ya ni me pelas cabrón.
Juan: No, es que estoy en una junta este Álex, pero dime.
Álex: Namás te aliviano y ya no me pelas, cabrón.
Juan: No, cálmate, cálmate, acuérdate que te dije que entre jueves y viernes iba a tener algo de chamba ahí cargada y mañana me toca salir a Cuernavaca por parte de unas grabaciones que hay, este.
Álex: Ah, no, eso a mí no me dijiste.
Juan: No, sí te dije, pues te dije que …
Álex: No, güey, no me dijiste.
Juan: Te dije que lo presentáramos el sábado porque el viernes tú querías y te dije no, porque el viernes voy a salir fuera, entonces no, no me comprometo y ahorita estoy en una juntita pero la verdad es que se portaron muy buena onda en darme chance en reponderte güey, jajajajaj.
Álex: Ay, pura ….
Juan: Sií, sí, sí.
Álex: Hombre, cabrón.
Juan: Pero mira ya vi tus mensajes de Whatss app y con mucho gusto te ayudo a que nos repliquen, no te preocupes.
Álex: O sea lo que necesito es nomás qué dice que entres a esa mamada ya ahí no está directo.
Juan: O.K. Yo lo busco en ese menú.
Álex: Tienes que entrar a menú.
Juan: Ajá.
Álex: Y en menú buscas la entrevista de Óscar Mario, Óscar Mario Beteta, esa es la que fue hoy y ahí ya la puedes, si puedes, generar el link y generarla y replicarla en todos lados, güey.
Juan: Ajá.
Álex: Estaría chingón güey.
Juan: O.K.
Álex: Eso es lo que me pide Adrián.
Juan: Cuenta con ello. Sí, sí, cuenta con ello.
Álex: Oye y luego ahí en las cuentas de también de redes.
Juan: ¿Ajá? ¿De las negativas?
Álex: De las negativas. Es del pendejo este Del Valle, que fue a pedir hoy la renuncia, digo, que expulsaran del partido a Adrián.
Juan: O.K. Ehhhh.
Álex: Entonces nada más para que me ayudes a bajar esas mamadas.
Juan: Bueno, ira, ahí, ahí para bajar, o sea, tenemos que dar de baja todo el perfil, lo que sí podemos hacer es atacarle un poquito, pero yo le decía ayer a Adrián que lo que podríamos hacer es que si tú me dices oye, hoy inauguro tal cosa oye, hoy tengo un evento.
***
El 5 de febrero de 2015, Rubalcava y Zaragoza tienen una nueva conversación. Y se despidieron con el siguiente intercambio:
Adrián: Va. A ver si nos vemos, ¿no?
Juan: Sí, sí, sí ya ando libre porque andaba, le dije a este Álex (Zapata Sánchez) que andaba en New York con un tema de política del libro de Barack, que me gustaría que aplicaras esa estrategia tú. Es de un niño que es Presidente. Con gusto te la presto para que puedas copiar algo.
Adrián: Órale, me encanta la idea, güey.
Juan: Ya estás.
Adrián: Te mando un abrazo amigo, bye.
Juan: Igualmente que estés muy bien, bye.
Adrián: Bye.
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