E
stoy en favor de la protección de los animales y, por regla general, me gustan. He cuidado de perros, gatos, un perico y mis relaciones con ellos han sido cordiales. Mi última mascota: un perro collie que parece mucho más alerta que algunos de nuestros legisladores. También me gustan la flora y los paisajes. Comparto el respeto por la vida natural. Sin embargo, me ha irritado la promoción de leyes de protección a los animales (en vigor desde el 8 de julio pasado), por varias razones:
1. La falta de previsión con que fueron emitidas. Su blanco es proteger a los animales silvestres que son explotados en los circos. A nadie se le ocurrió que esta medida provocaría la quiebra de unos 100 circos y el desempleo de 8 mil seres humanos. Como los zoológicos del país no pueden absorber a este
animalerío, el destino probable de estas nobles bestias será el sacrificio.
2. El oportunismo y la hipocresía con que se aprobaron. Su verdadero objetivo fue fortalecer al partido Verde que, como apéndice del PRI, se lanzó a una gran campaña como abanderado del equilibrio ecológico. A este partido le preocupa la dignidad animal, pero no la conservación de la vida humana. En 2009 fue expulsado de la Internacional Europea Verde por promover la pena de muerte. Es el mismo partido que provocó que la opinión pública clamara por la cancelación de su registro. En forma reiterada violó la ley y las disposiciones constitucionales. El INE no pudo frenarlo y las multas que se le impusieron para intentar calmar a la opinión pública fueron reducidas por el tribunal federal electoral.
3. La protección a los animales no puede ser prioritaria frente a la necesidad de superar nuestro déficit en libertad, dignidad, igualdad, seguridad, integridad física y propiedad de los seres humanos. Ni el PRI ni el Partido Verde han levantado la más mínima queja ante el hecho denunciado por la ONU ante la práctica de la tortura y el maltrato usados como castigo y como medio de investigación que están generalizados en nuestro país.
4. Los partidos que aprobaron estas leyes no han podido hacer nada contra la desaparición forzada de 20 mil personas, ni en favor de la mitad de los niños de México quienes viven, como sus padres, en condiciones de pobreza.
Las condiciones de desigualdad, pobreza, violencia e impunidad son los grandes problemas de México. Primero deben atenderse, y cuando estén en alguna medida resueltos, fijaremos nuestra atención en la protección de los animales.
Twitter: @ortizpinchetti
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