Por Joel Hernández Santiago*
Jacobo Zabludovsky Kraveski fue un periodista controvertido. Para unos un villano a disposición deTelesistema Mexicano, luego de Televisa y de los hombres del gran poder político y empresarial mexicano. Para otros el gran comunicador, ejemplo de disciplina y reciedumbre periodística, de sagacidad e intuición. Unos y otros tienen razón. Fue, a fin de cuentas un hombre de su tiempo y a los hombres y sus hechos hay que analizarlas en sus propios términos…
Durante casi tres décadas desde24 Horas, su noticiario en televisión, informaba, tomaba decisiones de contexto, ensalzaba o destruía;sabía utilizar el lenguaje corporal en la televisión y con un solo gesto suyo el televidente sabía si aprobaba o reprobaba: era su editorial.
Lo mismo se sentaba a platicar con Gabriel García Márquez para escuchar sus relatos del río de luz como presentaba a hermanos insospechados de Cuauhtémoc Cárdenas, hijos ocultos de don Lázaro, para influir en plena efervescencia electoral mexicana…
Apoyó al gobierno de Luis Echeverría cuando el 8 de julio de 1976 el entonces presidente operó para la salida de un grupo importante de periodistas críticos del régimen del periódico Excélsior… De todo poco y mucho. El contribuyó al encumbramiento de Televisa como fuerza informativa y poder político, desde entonces tenemos la maldición.
Periodista encerrado en un tiempo y en un régimen de gobierno y en un régimen de empresa, construyó su fortaleza en base a su carisma y a su cultura. Informaba con sentido político y de esta manera preservaba el estado de cosas en el país: crítico con los críticos y voluntarioso y apoyador de quienes decidían vidas y futuros desde el gobierno. Periodista de los mejores, también.
Nació en la calle Doctor Barragán en mayo de 1928. Sus padres David y Raquel habían llegado de Polonia a México en 1926. El padre, para trabajar en una fábrica de colchones de un paisano suyo en la colonia de los Doctores. Pronto comenzó su propio negocio en el mercado Hidalgo de la misma colonia y de ahí la permanente mudanza…
El mismo lo dijo así: “Llegaba yo al mundo envuelto en la turbulencia entre dos magnicidios históricos contra el mismo personaje [Álvaro Obregón]. Nací en una vecindad ya desaparecida en Doctor Barragán 97, colonia de los Doctores. Ese día la prensa ignoró mi arribo al mundo: prefirió dedicar sus encabezados principales a un hecho más detonante “Hizo explosión una bomba en la Cámara de Diputados.
“Mi primera cuna fue un huacal de jabón donde me llevaban al mercado Hidalgo, para cuidarme mientras vendían trapos. Al poco tiempo nos mudamos a la calle de Mesones; luego a la calle de San Jerónimo 134; de ahí pasamos a la calle delas Cruces 24, y más tarde a una casa con dos pisos en Correo Mayor 117. Luego vivimos en Mesones esquina con 20 de noviembre…
“Cada una de esas mudanzas representaba una mejoría para la familia; íbamos ganando espacio y algunas comodidades. Era muy sencillo mudarse: en las mañanas mi papá iba a la calle Uruguay, alquilaba un camión de redilas y en la tarde ya estábamos instalados en una nueva casa…”.
El 21 de julio de 1967 obtuvo su título como abogado por la UNAM, aunque ya desde 1946 había comenzado a trabajar en los medios periodísticos. En aquel primer momento e Cadena Radio Continental, como ayudante redactor de noticieros.
En 1947 pasó a la XEX como subjefe de información y en los inicios de la televisión mexicana en 1950 asumió la producción y dirección del primer noticiero. De ahí en adelante su vida fue Televisa, hasta el año 2000 cuando renunció luego de que la empresa rechazó a su hijo Abraham Zabludovsky y opta por Joaquín López Dóriga para conducir el noticiario nocturno.
Entonces Jacobo se vuelve libre. Es otro. Y comienza una etapa de reflexión y crítica. Ya no de sometimiento empresarial o complicidad empresarial; sí como un periodista que está dispuesto a acometer los hechos con experimentados rasgos de objetividad, aunque siempre predominaba en su programa de radio desde 2001 el tono de nostalgia por aquellos tiempos, aquellos hombres y aquellos hechos, que él mismo vio y compartió, lo mismo en sus artículos periodísticos.
Ya se dice que los gatos viejos son roñosos con los otros gatos viejos, pero cariñosos con los gatitos. Una noche un grupo de estudiantes de periodismo fuimos a su programa. Nos recibió con afecto. Nos saludó a cada uno de mano. Nos presentó al aire diciendo que un grupo de futuros periodistas estaban en el estudio y nosotros azorados vimos recorrer la cámara frente a nosotros… Entre corte y corte se acercaba al grupo para preguntar si queríamos algo, si teníamos alguna pregunta o si queríamos conocer a alguno de los colaboradores ahí presentes… Fue gentil y cariñoso con nosotros y siempre se lo agradecimos.
El controversial periodista mexicano, muy reconocido y al final muy respetado, murió a las 2 de la mañana del jueves 2 de julio de 2015 en un hospital de la capital de México.
El venturoso hombre que decía conocer al centro histórico de México no calle por calle, sino casa por casa, que se sentía orgulloso de su origen proletario, de sus padres migrantes, de su profesión judía, de ser amante y gran conocedor del tango y los boleros; el hombre al que se le inventaron dichos y hechos y quien supo transmitir con el corazón en la mano la destrucción de nuestra ciudad por el sismo del 19 de septiembre de 1985 murió ya.
Sí. Termina una referencia importante del periodismo mexicano. Pocos como él tienen aún la etiqueta de ‘Prensa’ en el sombrero. Y pocos como él sabe de mudanzas humanas. El jueves alquiló su último camión de redilas, subióahí sus cosas y ya está en otra casa: una nueva casa… “¿Ya llegó Paula?”.
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