jueves, 9 de julio de 2015

Contra el capitalismo global, el ideal comunista

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Filósofos como Alain Badiou, Slavoj Zizek y Daniel Bensaïd ven en el comunismo el único horizonte contra la depredación y la privatización del mundo. 
Para algunos, defender el comunismo es ahora un anacronismo.
Alinearse con Karl Marx, incluso en la Francia civilizada de siglo XXI puede ser arriesgado. El filósofo Alain Badiou fue criticado porque lo veían como un “revolucionario peligroso” e incluso “defensor de un régimen de terror”, que tuvo en cuenta la Revolución Francesa y el comunismo estalinista. Sus detractores fueron algunos de los “nuevos filósofos”, surgidos en los años 70, que con el tiempo se convirtieron en anticomunistas intransigentes.
“El capitalismo global humanizado no puede ser el horizonte último de la izquierda”, protestó el filósofo y psicoanalista, Slavoj Zizek , para quien es necesario rehabilitar la “idea comunista”, no como algo que ya ha fracasado, sino como un universalismo que se construirá.
“Estoy convencido de que numerosos problemas tales como los ecológicos, biogenéticos y las nuevas formas de apartheid no pueden ser resueltos por el capitalismo global”, dice Zizek, que organizó con Alain Badiou en 2009 en Londres, una conferencia titulada ‘Acerca de la idea del comunismo , que repitió en Berlín, en 2010.
El comunismo, el futuro de la Humanidad
En defensa de los ataques a Alain Badiou, de los “nuevos filósofos” Zizek y Fabien Barby, se llegó a escribir en marzo de 2010 un manifiesto al que se unieron cientos de filósofos e intelectuales de todo el mundo. El texto decía claramente: “Nosotros no renunciaremos jamás a la idea del comunismo.”
Y continuaba: “Sin embargo por problemática que sea esa  idea, por más nueva que aparezca en su formas debe tornarse en realidad,  por más críticos que seamos con la historia de comunismo en el siglo pasado, por muy diferentes que sean nuestras propuestas, una cosa es cierta: un comunismo que se ha reinventado, es el único futuro del Hombre. Esta es  una eterna y única verdad. La única justicia que la razón humana puede concebir de una forma sana”…
El manifiesto concluye: “El tiempo, nos guste o no, es ahora, y necesitamos nuevos filósofos, no advenedizos, ni pretenciosos sino los filósofos de la renovación”.
Para filósofos contemporáneos como Etienne Balibar, considerado ejemplo para Badiou y Zizek, Marx debería ser el contrapunto del capitalismo actual. Lo mismo pensaba el filósofo Daniel Bensaïd, que murió en 2010 en París.
Lo que los une es una certeza: Karl Marx sigue siendo un filósofo fundamental. Ellos estudiaron minuciosamente los escritos de Marx y defendieron en libros y conferencias la relevancia de su pensamiento y la idea del comunismo, que Badiou llama “hipótesis comunista”.
Provocativo y dotado con un sentido de humor inquebrantable, Zizek dijo a un periódico francés: “Todavía soy comunista porque todo el mundo puede ser socialista, incluso Bill Gates”.
Badiou y Zizek son los dos filósofos europeos más conocidos, traducidos y comentados en el mundo. Tanto para Badiou, como para Zizek, “el desastre oscuro del estalinismo” (como lo denomina Alain Badiou) y el fracaso del “socialismo real” no invalidan el horizonte de la emancipación radical que es la “idea comunista”, reactualizada en nuevas formas de acción. Ambos reclaman un universalismo concreto, un universalismo de combate.
Alain Badiou presentó a su amigo Zizek en 2008, y de nuevo este año en su seminario, como a alguien que viene de un horizonte filosófico diferente. “El pensamiento de Zizek es el resultado de la tensión entre el idealismo alemán (Kant, Schelling, Hegel) y Lacan. Su dialéctica es más que la negación,  una preparación que hace de Hegel y lo real, un concepto que encuentra Lacan”.
En cuanto a su propio horizonte filosófico, Badiou dice que se constituyó en tensión dialéctica entre la idea y la libertad, entre Platón y Sartre tratando de responder a la pregunta , “¿Cómo la soberanía de la idea, de verdad, puede ser compatible con la libertad?”
Renovar la vocación igualitaria del comunismo
Citado por Etienne Balibar, el filósofo Louis Althusser, su maestro, dijo que el comunismo estaba presente entre nosotros, imperceptible, invisible, en los intersticios de la sociedad capitalista, en lugares donde los hombres se asocian en actividades sin fines de lucro.
Al pasar por París este mes de junio, Zizek fue invitado a hablar en el seminario que Alain Badiou dio en la École Normale Supérieure, de París, que frecuentó hace unos años. Fue a la capital francesa para lanzar su libro ‘Menos que nada – Hegel y la sombra del materialismo dialéctico’, prologado por Badiou, quien lo llamó “uno de los libros de filosofía más importantes publicados en los últimos años.”
En un libro anterior, ‘Primero como tragedia y después como farsa’, Zizek volvió a Hegel, que consideraba que la historia se repite necesariamente. Karl Marx observó al respecto, “una vez como tragedia y la próxima vez como farsa”. A lo que añadió Herbert Marcuse, “la farsa puede ser más terrible que la tragedia que se repite”.
Considerado por muchos como el “filósofo más peligroso en Occidente”, un agitado  Zizek tiene la ambición de defender la “idea comunista”, “empezar de nuevo “, lo que significa no reproducir lo que fue un fracaso, pero antes que todo ello renovar la vocación igualitaria original del comunismo”.
Dicho esto, está claro que no ve la solución en el mercado.
“Si hay una lección que aprender del fracaso de la Unión Soviética es que el dirigismo de la economía nacionalista sólo funciona en una determinada fase de desarrollo industrial tradicional. No tengo una fórmula clara. Pero la solución es vislumbrar un estado apoyado por un movimiento popular, por la movilización extra parlamentaria”, declaró en la conferencia de París en 2010. Citó como dignos de gran interés las experiencias de Evo Morales, en Bolivia. Para Zizek, Morales obtuvo una poderosa movilización de mayoría silenciosa indígena. Por lo tanto, se sustentó con el apoyo de una movilización permanente de la mayoría.
Antes, no hemos tenido a Podemos en España, ni a Syriza en Grecia, que excita al filósofo hoy.
Según Zizek, el estalinismo era algo mucho más enigmático que el nazismo. Por eso al respecto de  lo que Badiou llama el período estalinista de “desastre oscuro”,  para Zizek, los dos totalitarismos no se pueden comparar, por muchas razones que explica.
En la conferencia que haría que el mes en  que murió, en París, en enero de 2010, Daniel Bensaïd, filósofo y militante trotskista escribió un largo texto que reafirmó su convicción de que el comunismo es el único horizonte en contra de “la depredación y la privatización del mundo” .
Escribió: “De todas las formas de nombrar lo otro, lo alternativo”, y que está en el rostro del capitalismo obsceno, la palabra comunismo es la que conserva mayor sentido histórico, la que mejor evoca lo común, lo que se da en compartir y la igualdad. compartir el poder, la solidaridad en contraposición al cálculo egoísta y la competencia generalizada, la defensa de los bienes comunes de la humanidad, natural y cultural, la extensión de un campo de gratuidad de los servicios y bienes de primera necesidad, en contra de la depredación generalizada y la privatización del mundo”.
Artículo de Leneide Duarte-Plon, periodista francés.

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