viernes, 12 de junio de 2015

Tú vas a ser delegada .- JAIME AVILÉS


Por: Jaime Avilés (@Desfiladero132)
12 de junio de 2015. ¿Cuál es el verdadero nombre de  Marco Rascon? ¿El verdadero nombre del ex camarada Rascón? ¿Del ex combatiente de la Liga Comunista 23 de Septiembre en el estado de Chihuahua? ¿Del héroe que aguantó a pie firme un interrogatorio de Miguel Nazar Haro, que originalmente se apellidaba Nassar?¿Del guerrillero que aceptó la amnistía de José López Portillo en 1979? ¿Del activista que contribuyó a organizar la Asamblea de Barrios después del terremoto de 1985? ¿Del creador de SuperBarrio, defensor de los inquilinos?
¿Cuál es el verdadero nombre de Marco Rascón? ¿El verdadero nombre del político clientelista que acarreaba masas de inquilinos controlados mediante tíquets que debían presentar al llegar a los mítines de Cuauhtémoc Cárdenas? ¿El verdadero nombre del diputado federal del PRD que interpeló al presidente Ernesto Zedillo con una cabeza de cerdo sobre su propia cabeza después de la matanza de Acteal?
¿Cuál es el verdadero nombre del ex aspirante a la jefatura del Gobierno del Distrito Federal, que participó en la elección interna del PRD contra AMLO, Amalia García y Jesús Ortega? ¿El verdadero nombre del ex representante de las cooperativas pesqueras en el Congreso, que al retirarse a la vida privada invirtió sus ahorros en un restaurante de mariscos, malito por cierto, llamado Peces?
No lo comenten pero el verdadero nombre del luchador social que perdió la chaveta cuando perdió la candidatura al GDF ante AMLO, el verdadero nombre de uno de los precursores de la amlofobia, el resentido que se adhirió a los Chuchos para mamar de la ubre y engordar hasta convertirse en una tortuga bípeda…
Pues bien, el verdadero nombre de Marco Rascón es Marco Antonio Ignacio Rascón Córdova. Me enteré leyendo el directorio de la Secretaría de Cultura del DF, que encabeza mi querido amigo el poeta Eduardo Vázquez, ex discípulo de Alejandro Aura en el arte de la adminsitración pública.
En la página web de la SecreCult del DF, Marco Rascón figura como “coordinador interinstitucional”. Esto tal vez explica por qué el domingo pasado, en plena jornada electoral, llegó solo y su alma al restaurante del Club Libanés en la colonia Florida, y se sentó a presidir una mesa vacía, que estaba reservada para ocho.
Más tarde llegó a unírsele una candidata del PRD que me fue descrita como “rubia de pelo chino”. Bastante más tarde se sentó con ellos Dionne Anguiano, candidata del PRD a la jefatura delegacional de Iztapalapa. Varios testigos concidieron en decirme que Rascón celebraba cuchicheando en su celular: “Ya se chingó Clarita”.
Clarita, huelga explicarlo, es Clara Brugada Molina, candidata de Morena a la jefatura de la misma delegación. Esa misma noche, mientras el empleado del regente Mancera operaba la mapachería para ayudar al PRD a robarse Iztapalapa, Brugada denunció que la elección había sido alterada ilegalmente por las maniobras ilícitas de Anguiano y el aparato del PRD-GDF.
Uno de mis informantes aseguró que Rascón esperaba con impaciencia a Eduardo Vázquez. Pero el secretario de Cultura del DF no llegó. Iztapalapa es una de las delegaciones que Morena impugnará ante el Tribunal Electoral de la Federación. Clara Brugada tendrá que volver a someterse a los dicterios de María del Carmen Alanís, alias Maca, una de las mejores amigas de Margarita Zavala, de Manlio Fab Beltrones, de Luis Videgaray y por supuesto de Peña Nieto, que quiere ser ministra de la Suprema Corte y está dispuesta a todo con tal de lograrlo.
Clara Brugada, candidatoa de Morena a la delegación Iztapalapa.
Clara Brugada, candidatoa de Morena a la delegación Iztapalapa.
Maca, aliada de Jesús Ortega y Jesús Zambrano, flor y nata a su vez de los bajos fondos en las altas esferas del crimen organizado, hizo presidente del PRD a Ortega y despojó a Brugada de su primera candidatura a Iztapalapa. En un contragolpe magistral –que la dictadura mediática y la imbecilidad promedio siguen denostando–, AMLO inventó el antídoto para impedir que el veneno de Maca, Zavala, Beltrones, Videgaray y Peña surtiera efecto.
Como se recordará, invitó al candidato del PT a comprometerse a recibir los votos de los ciudadanos de Iztapalapa, ganar la elección y declinar en favor de Clara. Juanito ganó, por supuesto. Después Televisa le ofreció el oro y el moro si rompía su compromiso y se animó a traicionar a sus aliados. Y como Marco Rascón, se convirtió en fervoroso promotor de la amlofobia.
En aquellos momentos, el jefe del Gobierno del DF era Marcelo Ebrard Cassaubon (MEC= tipo o fulano en francés). Había heredado la popularidad, los programas sociales y la base electoral consolidada por AMLO y contaba con más que suficientes recursos para conseguir que Juanito se portara bien.
La noche que Juanito renunció, Clara recibió una llamada telefónica. “Ganaste”, le dijo Ebrard. “Mañana tomas posesión como delegada de Iztapalapa.” “Oh, Marcelo”, dijo Clarita. “Nada más que como yo también hice mi chamba, porque no todo el mérito es de Andrés Manuel, voy a designar a tu secretaria de finanzas y a tu secretaria de gobierno.”
Cuando me lo contó, Clara Brugada también me lo tradujo: Ebrard iba a controlar el dinero y la política en la delegación. “Y entonces yo qué voy a hacer”, le preguntó llorando rabiosamente. “Tú vas a ser delegada de Iztapalapa.”

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