Michael Gabriel Lozada Álvarez, uno de los boxeadores que representa el actual líder del Sindicato del Metro, Fernando Espino Arévalo. |
MÉXICO, D.F. (apro).- El pasado 29 de marzo agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) realizaron un operativo en el municipio del Tultitlán, con el propósito de capturar a Francisco Javier Resillas Ríos, El Víbora, uno de los delincuentes más buscados en esa entidad.
El objetivo de la policía mexiquense no se cumplió, pero en la intervención capturó a Michael Gabriel Lozada Álvarez, uno de los boxeadores que representa el actual líder del Sindicato del Metro, Fernando Espino Arévalo, y a quien incluyó en la nómina como trabajador de base del Sistema de Transporte Colectivo Metro desde el 2 de junio de 2010.
Lozada Álvarez fue vinculado al Cártel de Sinaloa y acusado de homicidio y tráfico de drogas. En su declaración ministerial se declaró culpable de tres homicidios. Actualmente se encuentra preso en el penal de Barrientos.
Su socio El Víbora, fue aprehendido el pasado 19 de mayo en Acapulco, Guerrero, en un operativo encabezado por la Secretaría de Marina.
El joven originario de Tijuana, Baja California, era parte del grupo de unos 30 boxeadores “protegidos” por el hombre más poderoso del sindicato del Metro.
Como lo documentó Proceso en su edición 1940 –publicada el 5 de enero de 2014—, el líder priista y actual diputado local integra a pugilistas y entrenadores como empleados del Metro a cambio de que ellos “se mantengan cercanos a él y sirvan de atractivo en los negocios que hace con recursos públicos”.
De acuerdo con la investigación, Espino Arévalo, declarado fanático del box, ha condicionado el pago de un salario y prestaciones sociales a sus protegidos, a cambio de que los deportistas mantengan sus contratos con el promotor Fausto García Navarro, de la empresa Boxeo de Gala.
Según el Sistema de Transporte Colectivo Metro, que encabeza Joel Ortega Cuevas, la más reciente categoría laboral de Michael Gabriel Lozada Álvarez fue la de asistente administrativo A, adscrito a la Subgerencia de Mantenimiento Sistemático Ticomán.
Su salario era de 7 mil 400 pesos mensuales más 2 mil 421 pesos como bono cada cuatro semanas. Los días que iba a “trabajar” mostraba distracción y era un tanto agresivo, según lo describieron algunos compañeros.
Además, solía alardear de su cercanía con Espino Arévalo y de sus logros boxísticos: 39 peleas ganadas, 31 por nocaut, 10 perdidas y un empate; también peleó en Las Vegas, Nevada, y en Tokio, Japón.
A partir de la catorcena número 10 de 2015 –periodo comprendido del 4 al 17 de mayo–, confirmó el Metro en una tarjeta informativa, la Subgerencia de Personal del STC solicitó por oficio a la Subgerencia de Nóminas y Fondo de Ahorro “inhibir” el sobre de nómina de Lozada Álvarez.
La razón: Faltó a trabajar los días 25, 30 y 31 de marzo, y del 1 al 17 de abril, en su horario laboral de 9:00 a 16:00 horas.
Un mes y medio después, el 29 de mayo, Lozada Álvarez envió un escrito al STC para solicitar a la dirección general la suspensión de su relación laboral con el organismo.
“Vengo de mi parte a informarle que el suscrito está siendo procesado penalmente ante un juez de control de distrito judicial de Tlalnepantla de Baz, Estado de México, por lo que me encuentro privado de mi libertad, encontrándome recluido en el penal de Barrientos (…)”, escribió.
Este miércoles el STC Metro informó que Lozada Álvarez fue dado de baja como su trabajador y que dio vista a la Contraloría Interna para los efectos legales que correspondan.
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