MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Escondido detrás de la empresa “Hmex Pdte. Ltd.”, cuya sede está ubicada en Singapur, el multimillonario mexicano Carlos Hank Rhon ocultó 158 millones de dólares en la filial suiza del banco HSBC entre 2005 y 2007, protegido por el secreto bancario de este país, reveló hoy el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (CIPI).
A inicios de 2014, el diario francés Le Monde tuvo acceso a los archivos internos guardados entre 2006 y 2007 por la filial suiza de HSBC, los cuales revelaron los datos bancarios de más de 106 mil clientes, así como de más de 20 mil sociedades offshore, a través de las cuales se transfirieron más de 180 mil 600 millones de euros –el equivalente a 2 billones 970 mil millones de pesos–, a Ginebra.
Según los datos de “SwissLeaks”, mil 893 de estas cuentas bancarias de HSBC en Suiza pertenecían a mexicanos, mientras que 2 mil 642 clientes tenían un vínculo con México –el 39 por ciento de ellos tenía un pasaporte mexicano–. En total, el CIPI estimó que más de dos mil 200 millones de dólares almacenados en las cuentas de HSBC estaban vinculados a mexicanos.
Si bien el CIPI aún no ha revelado los nombres de todas las personas implicadas en estas sospechosas transferencias, afirmó que “el monto máximo de dinero asociado con un cliente conectado con México fue 596 millones de dólares”, al recordar que en 2007 el Producto Interno Bruto per cápita se elevaba a poco más de nueve mil dólares en México.
Respecto a Carlos Hank Rhon, el CIPI recordó que forma parte de una de las familias más poderosas de México y de las 800 más ricas del mundo, e insistió en que el multimillonario fue investigado en varias ocasiones, tanto por la justicia mexicana como la estadunidense, la suiza y la francesa, sobre presuntos delitos de lavado de dinero y de vinculación con el narcotráfico, aunque el CIPI concluyó que en la actualidad “no existen cargos pendientes contra la familia Hank”.
Carlos Hank Rhon es el hijo mayor del fallecido Carlos Hank González, quien por mucho tiempo fuera cabeza del Grupo Atlacomulco al que pertenece el actual presidente Enrique Peña Nieto. En 2012, Forbes lo ubicó como el octavo mexicano más rico del país y en el casillero 913 a nivel mundial. Su fortuna entonces se calculaba en 1.4 mil millones de dólares.
Su padre que fue gobernador del Estado de México y secretario de Turismo y Agricultura en el salinismo es recordado por la frase de “un político pobre es un pobre político”.
Aparte del hijo del priista Carlos Hank González, el CIPI destacó que el también multimillonario Jaime Federico Said Camil Garza, quien fue investigado en 2013 en Estados Unidos por el supuesto papel de intermediario que desempeñó en los sobornos que pagó la empresa alemana Siemens a altos funcionarios de Pemex en 2004.
El CIPI informó que Camil Garza abrió “al menos” dos cuentas bancarias en HSBC, en 1994 y 2000, y precisó que “las personas legales vinculadas con el perfil de Garza tenían direcciones en (los paraísos fiscales) Liechtenstein y las Islas Vírgenes”.
Camil Garza se defendió ante el CIPI, al aseverar que su familia tuvo cuentas en HSBC porque su padre era un amigo cercano del fundador del banco. Asimismo, dijo que abrió una de sus cuentas “con el objetivo de realizar negocios en Medio Oriente y Europa”, pero aseveró que este plan “fracasó”, por lo que la cerró en 2001.
Afirmó que “no reconocía” la otra cuenta ya que “pasaron 20 años desde su creación”. Concluyó que “todas mis cuentas en Suiza estuvieron perfectamente en reglas con las autoridades fiscales mexicanas”.
Entre los más de 106 mil clientes de HSBC en Ginebra se encuentran, entre otros: traficantes de armas y de drogas, apoyos financieros de actores terroristas, políticos –entre ellos el rey de Marruecos–, celebridades, deportistas y empresarios.
Asesorías
El banco británico HSBC, segundo mayor banco de inversión en el mundo, ya demostró en varias ocasiones la diferencia entre su discurso de banco ético y sus prácticas fraudulentas. En diciembre de 2012, las autoridades estadunidenses le impusieron una multa de mil 900 millones de dólares por su responsabilidad en el lavado de miles de millones de dólares provenientes del tráfico de drogas en México.
Según Le Monde –el cual encabezó la investigación–, unos asesores especializados de la filial de HSBC en Ginebra organizaron un “amplio sistema de evasión fiscal” a través de la elaboración de sociedades fantasma en paraísos fiscales –en Panamá y las Islas Vírgenes, entre otros–, lo que garantizó a sus clientes la opacidad suficiente para burlar las leyes fiscales nacionales.
Según el diario francés, los clientes más cuidadosos de no dejar huellas viajaban a Ginebra para discutir directamente con los asesores de HSBC. Los demás se entrevistaban con sus asesores en las filiales de sus países, los cuales transmitían la información a la ciudad helvética.
El informador
De acuerdo con el CIPI, el informático francés Hervé Falciani laboraba en la filial suiza de HSBC el 22 de diciembre de 2008, cuando agentes de la policía federal suiza lo detuvieron por el supuesto robo de datos de HSBC y la tentativa de venderlos a un banco en Líbano. Lo liberaron y lo citaron al día siguiente para que lo explicara ante la justicia.
Este mismo día, Falciani huyó de Suiza y se refugió a Francia con su familia. Ahí, entregó esta enorme base de datos de clientes extranjeros de la filial HSBC de Suiza a las autoridades judiciales y fiscales, las cuales abrieron entonces una investigación por “incitación bancaria y financiera ilícitas” y “lavado de dinero agravado de evasión fiscal”, imitadas tiempos después por sus homólogas belgas, argentinas, estadunidenses, españolas, alemanas e italianas.
Fue esta base de datos a la que tuvo acceso Le Monde, antes de compartirla con el CIPI.
Pero la “filtración” no le cayó bien a la justicia suiza, cuyo procurador general inculpó a Falciani por los delitos de “espionaje económico”, “robo de datos” y “violación del secreto comercial y bancario” el pasado 11 de diciembre.
Asimismo, una funcionaria francesa encargada de la investigación denunció en un informe, reportado por Le Monde, que “hasta la fecha, las autoridades suizas rechazaron a todas las demandas de cooperación que les hemos dirigido”.
Por su parte, HSBC desmintió en un primer tiempo la veracidad de los documentos y luego trató de cancelar todas las investigaciones bajo el argumento de que los archivos fueron recuperados mediante un robo.
“Los bancos como HSBC han creado un sistema para hacerse ricos a ellos mismos, al perjuicio de la sociedad, mediante la asesoría en evasión de impuestos y de lavado de dinero”, afirmó Falciania al diario alemán Der Spiegelen 2013.
Según Le Monde, los ejecutivos del banco estarían dispuestos en reconocer su responsabilidad, bajo la condición de que la confesión les permita salir de este escándalo mediante el pago de una multa.
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